Akira un día despertó en el cuerpo de Mei, una princesa ignorada por su esposo el segundo príncipe, ahora Mei dejará de lado a ese esposo suyo y buscará liberarse de ese matrimonio y unirse al ejército de su padre.
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capítulo 9- escape
- así que fue a ver al emperador...
- eso han dicho, pero, el emperador no lo recibe, creo que más bien a ver a su madre.
- ¿el segundo príncipe no es bien visto por el emperador?
- ¿eh? ¿No recuerda eso princesa?
La sirvienta la esta peinando mientras hablan, pero se detiene.
- no, hay cosas que me resultan difíciles de recordar.
- bueno, el emperador ya no lo considera, porque el príncipe se negó a ir a dirigir al tercer escuadrón. Desde ese día, fue considerado un cobarde por el emperador y perdió el favor de este.
- mmm...así que eso paso. Interesante. Entonces la que debe sentir vergüenza soy yo, por tener un esposo cobarde.
La sirvienta ríe por lo que ha dicho, aunque si el príncipe la escuchará, seguro querría castigarla por faltarle al respeto. Mei se quedo en silencio, tendrá que pensar que puede hacer hoy, porque Sumi salió, fue a visitar a su madre después de mucho tiempo ¿madre? Ahora que lo recuerda, Mei perdió a su madre desde pequeña y mucho antes de casarse, la nana que la crío falleció de una enfermedad. Pobre Mei, siempre sola, tal vez por eso, se aferró a ese príncipe inútil.
- Yama-san quiero salir, estoy aburrida.
- claro princesa, pero esta vez no se meta en problemas.
- lo intentaré. Aunque quisiera salir sola, a caballo.
- ¿que? Una dama no debe hacer eso.
- bueno, al menos que me acompañen dos guardias. El carruaje es molesto y se sacude demasiado.
- no puedo permitir eso princesa.
Mei frunce los labios, que aburrido es salir en carruaje, pero, se levanta y pide a las sirvientas salir, diciendo que va dormir, porque no tiene nada mejor que hacer; las sirvientas dudan un poco, pero acceden a dejarla sola, cuando ya es de noche, Mei cree que ya es el momento, se sale por la ventana, llevando consigo una capa y su espada, va por detrás del jardín, donde hay un gran árbol y sube en él, para poder saltar el muro, la falta de su kimono se rasga un poco, pero no le toma importancia, baja del muro, lo mismo hace con el muro de la mansión y al fin, es libre, pero debe conseguir un caballo, por suerte hay un pueblo cerca y podrá comprar uno ahí.
El príncipe llegó a la mansión y se dirigió a su alcoba, estaba furioso, porque el emperador no quiso verlo nuevamente, no puede creer que solo por no ir a una batalla, sea despreciado, que el primer príncipe sea más competente para las guerras, a él no le hace menos importante, también es un príncipe y además, es el hijo de la primera concubina, mientras que el primer príncipe, solo es hijo de la tercera concubina que además esta muerta.
- yo debería ser más importante, que haya nacido el primero, no lo hace superior.
Golpea la mesa de su habitación, detesta que el emperador sea más considerado con su hermano, si tan solo su madre fuese promovida a emperatriz, podría tener más poder que el primer príncipe.
Mei al fin había conseguido el caballo que necesitaba y ahora estaba en el campo, dando un paseo a toda velocidad, era tan divertido y agradable sentir la brisa nocturna, cruzo el bosque con el caballo hasta llegar en un campamento que estaba ahí, eran soldados de la ciudad que al ver a esa persona sobre el caballo y con capucha, rápidamente fue rodeada con hombres apuntando sus espadas.
- ¿quien eres y que haces aquí? Habla!
Mei baja la capa para dejar ver su cara, todos se sorprenden de ver a una chica y uno de ellos rápidamente la reconoce, es sin duda la chica que lo golpeo días atrás, Mei también lo reconoce.
- oooohh! Eres al que le di una paliza!
Mei le apunta y todos voltean a verlo, sin poder evitar reír por lo dicho, el chico por supuesto se enoja y se acerca jalando la capa de Mei para que baje.
- este lugar esta prohibido para una chica, podrías ser una espía. Baja!
- ya, ya, pero no tienes porque ser tan brusco.
Mei baja del caballo y el chico de inmediato le ata las manos para llevarla con el general, espera esta vez no la deje ir, si esta en ese lugar es porque debe ser una espía. Cuando llegan a la tienda del general y le llaman, este sale ya solo vistiendo un pantalón.
Mei al verlo se queda embobada, el hombre sin duda tenía un buen cuerpo, lo dedujo desde que lo vio en esa tienda. Sin poder contenerse estiró las manos aunque estuviera atadas y toco abdomen del general, todos los presentes se quedan asombrados, Mei continúa frotando sus manos, sin duda era una musculatura bien formada, el general se había quedado pasmado por el toque de la chica, hasta que reacciona y le aparta las manos.
- ¿que hace esta niña aquí?
El general rápidamente se coloca la bata para cubrirse porque pudo ver que Mei le seguía observando, aunque sus razones no eran lo que todos podrían creer, Mei solo le toco, porque sintió envida de que ese hombre pueda tener tan buen cuerpo, sin duda era fuerte, ojalá pudiera tener un cuerpo así, debió reencarnar en una hombre y no en una chica.