La Mujer De Alguien

Mauricio Millaje Pedregosa...

Sigo pensando en lo que sucedió en la fiesta, no quise armar ningún lío, pero me siento herido, termine una relación que creí buena, pero no, no fue así.

Ahora si puedo andar libremente con Genna, sé que no la amo, pero ella me hace sentir bien, quizá en el futuro me puedo enamorar completamente de ella.

Estoy en mi habitación y suena mi teléfono, Genna me envía un mensaje contándome lo sucedido con su teléfono.

Luego me llama Mariela, una compañera de trabajo y algo más. Me invita a desayunar, me doy una ducha y salgo para su casa.

Mis padres aún duermen y ni sospechan lo que sucedió en casa de Rebeca. Bueno que puedo esperar si a ellos solo los mueve una farsa de matrimonio perfecto y de eso lo sabe muy bien mi madre que ella no quiera ver por completo lo que sucede es distinto.

Aquí saliendo en silencio, apago mi teléfono y voy con Mariela Palmo. Fue una de mis novios en la universidad, sucedió antes que estuviese con Rebeca,

luego se tuvo que ir a otra ciudad y hace poco que regrese solo por un fin de semana y aquí yo el buen exnovio yendo para hacerle compañía.

Minutos después de conducir más o menos un diez minutos porque no está muy lejos nuestras casas, llego y ella me recibe muy apasionada, vaya que esos recibimientos hacen que uno sea feliz, ja.

(Mariela) No has cambiado nada. Tus labios siguen siendo tan buenos.

(Mauricio) Llegaste como caída del cielo.

(Mariela) No. No te confundas yo me escapé de infierno unos días para hacerte pecar.

(Mauricio) Y que esperamos entonces.

La llevo hasta su ya conocida habitación y en cuestión de segundos la ropa cae al piso, aquel lunar cerca a uno de sus senos me hace recordar nuestras aventuras, como olvidar aquel día en que hicimos el amor en la barra de su cocina, fue tan delicioso.

Yo la sostengo entre mis brazos, mientras ella coloca sus piernas sobre mi cintura, la presionó a la pared y me introduzco en ella, ya el placer del sexo me hace sentir un rehén de su cuerpo tan sexy que maneja, aunque se aumentó el trasero y los labios, pero está como a mí me gustan.

Aquí sintiendo sus gritos en una casa sola junto a ella es fenomenal, pasaré toda la mañana con ella. Hoy no pensaré en nada ni nadie. Exclusivamente seremos nosotros recordando nuestro pasado. Seguimos unos minutos más abrazos en total placer, olvido lo que paso, olvido hasta la mismísima Genna, si no fuese tan de campo, quizá y yo ya me hubiese casado con ella...

Río para mí solo porque sé que lo del matrimonio aún no va conmigo, puedo decir que no ha llegado la mujer que dome a este gran bestia sexual.

Mientras ella queda tendida en la cama, yo salgo a fumar un cigarrillo, me dirijo a la ventana y aquel día despejado de la mañana parece que se esfumó, la lluvia amenaza con caer en cualquier momento.

(Mariela) En que piensas ... ¿A caso tu novia quedo plantada por culpa mía?

(Mauricio) No hay una que sea actual, solo paso ratos como estos con algunas mujeres.

(Mariela) Supe que estabas de novia con la tal Rebeca Portland Asirán, ¿o es que ella ya te dejo?

(Mauricio) Sabes perfectamente que no soy hombre de una sola mujer, unas tienes los senos perfectos, otras los labios perfectos, otras un trasero que deslumbran, si pudiese unir todo lo perfecto que tiene cada mujer en una sola pues creo yo que si me casaría y terminaría enamorado de ella.

(Mariela) Eres un idiota sexy, no cambias por nada, sabía que el gran mujeriego Mauricio no podía estar quieto en un solo puerto, ya que su barco ama los recorridos.

Ojalá y jamás te arrepientas de los usos que le das a las mujeres.

(Mauricio) ¿Crees tú? Uno no se puede enamorar completamente, uno tiene que ser libre, sin ataduras, ni compromisos, ni complicaciones, imagínate tú, voy por la calle y se me atraviesa una morena guapísima, o una rubia hermosa, quizá una latina llena de pasión, y yo casado pues no puedo voltear a verlas, porque las leyes de Dios no me lo permiten. Pero como yo soy soltero pues nadie me puede privar de esos placeres.

(Mariela) Déjame decirte que tú ni al mismo Dios le temes, y vas así a poder esperar un matrimonio, tu lo que eres es un hombre que es adicto al sexo y anda con la primera mujer que le siga el juego.

(Mauricio) Me conoces tan bien. Las cosas suceden por algo, siempre hay una puerta a la que puedo recurrir si la otra se cierra. 😉

(Mariela) ¿Y no has pensado en que harás cuando tu vejez se vaya notando?

(Mauricio) Cuando esté llegando a esa edad, buscaré una mujer mayor que yo con mucho dinero para que me resuelva la vida. Y así vivir a plenitud mi vejez.

(Mariela) Estás loco, me sirves un trago.

(Mauricio) Lo quieres en una copa o te lo doy yo mismo a que bebas de la botella hacia tu boca deliciosa.

(Mariela) Sí tal vez no te conociera, caería en tus artimañas, pero como sé quien es el gran gigoló Mauricio Millaje, no caigo así de fácil.

... Y así quedo con Mariela en su casa, mientras el cielo se abre a dejar salir la lluvia.

"Café Bohemio "

(Atelia) ¡Madre mía el cielo se está cayendo!

Hola chicas.

(Genna) Jefa buen día.

(Lee) Buen día, soy Lee, amigo de Genna.

(Genna) Jefa le debía un café, así que lo traje a probar el mejor café del centro de la ciudad.

(Atelia) Gracias, me alegra ver que Genna sonríe.

(Lara) Jefa buen día, ¿le preparo su descafeinado?

(Atelia) Sí por favor, bueno permiso los dejo, iré a secarme.

(Lee) Gracias.

(Genna) Mi jefa es una excelente persona, cuando llegue a esta ciudad fue la primera en tenderme la mano y acomodar mis horarios según mis clases, gracias a ella he podido lograrlo.

(Lee) Te dio abrigo como una mamá gallina lo hace con sus pollitos.

(Genna) Sí.