La Segunda Oportunidad De La Princesa

Esa noche el emperador se durmió tarde de la noche y también Cristian quien tomaría su lugar al día siguiente.

Los dos hablaban sobre los detalles del tratado de paz y ponían todo en orden.

Jonás y Milton se habían quedado también, por nada se perderían todo ese proceso.

A los dos les resultaba divertida la situación.

Cuando ya no había más que decir sobre el tratado de paz, todos se fueron a dormir, puesto que, el día siguiente llegaría llenos de muchas emociones.

***

Cuando los primeros rayos de sol se asomaron en el imperio Oregon, nuestra princesa Bianca ya estaba de pie lista para su reunión.

Su doncella llegó con el desayuno y le avisa que a primera hora de la mañana el emperador Bruno Oregon la espera en el salón del trono para hablar sobre el asunto en cuestión.

Ella desayunó allí en esa habitación y desde que terminó salió del lugar.

Fuera estaba Jonás quien se ofreció para guiarla hasta el salón del trono.

Tardaron unos minutos en llegar al lugar, y allí ya estaba el emperador esperando, en compañía de un hombre con apariencia guapa y sería.

Bianca al llegar le reverencia al emperador y este la saludó con normalidad.

Dicho hombre la invita a sentarse y ambos se sentaron en un lugar preparado previamente para tener una reunión sería.

Nada más los dos tomar asiento, las negociaciones sobre el tratado de paz dieron inicio.

Bruno estaba cerca de Cristian mirando la situación, y solo deseaba ver un indicio de interés romántico en la joven princesa para dejarla en vergüenza.

Pero, Bianca en ningún momento se mostró coqueta, y en cambio tenía un semblante serio.

Jonás no se había ido, estaba mirando también, tenía interés en saber cómo terminaría la situación para el emperador, quien lucía desconcertado.

Para asombro de Bruno, Bianca se mantuvo igual con el mismo rostro, y no hizo siquiera un gesto con su cara de querer coquetear con el falso emperador, cosa que no entiende aún. Todas las mujeres desean escalar más alto de lo que ya están.

Los temas a tratar estaban más que claros para ambos, y no había impedimento para firmar la paz ese mismo día.

Por lo que se procedió a firmar los documentos y Bruno ya tenía todo listo, por lo que solo faltaba la firma de la joven princesa.

Todo iba bien, pero después de firmar, Bianca volvió a hablar.

—Quisiera proponerle al emperador Bruno Oregon un negocio muy importante — dice ella y Bruno puso mala cara, de seguro ella iba a tocar el tema que más odia, pero lo que dice la joven princesa lo dejó sin argumentos.

—Estoy trabajando en un proyecto en el imperio para ayudar a los más necesitados y necesito más fondos para llevar a cabo ese proyecto, si el emperador desea ayudar en el proyecto, yo le daré como pago la mina a mi nombre al este del imperio— dice ella y su doncella se acerca en silencio y le lleva los documentos a su ama.

Ella se lo muestra a Bruno o al Bruno falso, quien tomó los documentos y leyó con rapidez la información.

La mina al año daba una ganancia exagerada, y era muy productiva, ya que lo que se obtenía de allí eran diamantes.

"Demasiado bueno para ser verdad"

Fue lo que pensó el verdadero Bruno, quien también con discreción había leído los documentos.

El falso emperador le hizo una pregunta a Bianca de lo más normal.

—¿Por qué la princesa Bianca me da esa mina a cambio de mi apoyo, no es mejor vender esa mina?— pregunta él y ella le dice lo más claro posible.

—Nadie en el imperio me daría lo que cuesta esa mina, y los pobres no pueden esperar a que yo junte el dinero en el futuro. Lo más viable es hacer negocios con alguien que tenga más recursos que yo. Si lo que le preocupa es la mano de obra, durante un año le ayudaré con esa problemática, solo tiene que darme su cooperación antes de irme y el trato está cerrado— dice y el verdadero Bruno decide intervenir.

Piensa revisar esos documentos bien, por si tienen alguna trampa en letras pequeñas.

—Creo que el emperador debería pensar bien en esta propuesta— dice él, y Cristian lo entiende bien y decide hablar.

—Lo pensaré mejor, y le daré mi respuesta — dice él y mira a Bruno quien con las manos hace entender que necesita diez días para ver bien la propuesta.

Cristian sin entender bien la razón para que el emperador pida esos diez días, decide darle lo que él quiere.

—En diez días tendrá mi respuesta, mientras tanto, que mi asistente Cristian la ayude en lo que guste— dice Cristian refiriéndose a qué Bruno ayude a Bianca en lo que ella necesite, es un castigo por ponerlo a trabajar tanto.

Bruno al escuchar aquello casi tiembla de la ira y en secreto estaba planeando cómo escapar de la situación.

Bianca agradece la amabilidad del emperador y acepta tomar al asistente Cristian, que estaba rígido como una tabla.

Sin más que hacer allí ella se pone de pie y se retira de allí después de hacer una reverencia.

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No podía dejarlos sin capítulos, espero y los hayan disfrutado.

Para los que no me están apoyando en La Poderosa Luna Del Alfa booknet, por favor, necesito que sigan mi perfil y también la historia, tengo planes de crear una historia nueva de ese género.