Cuando la ambición y el poder se juntan en una sola persona, puede hacer muy feliz o muy desgraciada a una persona. Esta es la historia de Ornella una mujer que cambió su vida, por dinero. Era una jovencita de diecinueve años cuando conoció a Bastian Leroy, un magnate de la industria farmacéutica que vivía en la ciudad del amor, Paris. Ornella no se detendría ante nada para lograr lo que siempre había anhelado.
Andrei Volkov jefe de la mafia Rusa, todo un líder que no solo inspiraba miedo, también respeto. Un soltero empedernido difícil de complacer y sobre todo de comprometer, pero será atrapado por la obsesión y la confusión sobre a quien amar. ¿Que sucede cuando dos personas se cruzan en el camino?. Acompáñenme a descubrirlo.
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A las estrellas
Capítulo 9
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Después de la recepción con sus invitados, ambos salieron directo al aeropuerto para su luna de miel. Ornella estaba nerviosa, tenía aún incertidumbre por su vida al lado de su ahora esposo.
—Todo va a estar bien, viajaremos a las hermosas playas de indonesia.—
—Bastian, quiero agradecerte por todo. Nunca olvidaré este día.—
Bastian se acercó para besarla tiernamente, después de algunas horas llegaron a su destino, el hotel era muy elegante y la playa era un paraíso. Antes de entrar a la habitación, Bastian la cargó entre sus brazos como era tradición. Ya estando dentro Bastian la beso tiernamente mientras que con su mano bajaba el cierre de su vestido, con su boca recorría su cuello hasta llegar a una altura conveniente, con su mano deslizaba el vestido para despojarla de el, deslizó su boca hasta llegar a uno de sus senos el cual lamió y disfrutó sin detenerse, ambos terminaron siendo acariciados por su boca. Ornella no dejaba de gemir, era una experiencia nueva para ella. Dejó caer el vestido totalmente dejándola completamente desnuda, era simplemente perfecta. Bastian bajo su boca por el abdomen y el vientre de Ornella, con su mano quitó su tanga de encaje, al mismo tiempo se puso en cuclillas para poder probar de ella a su vez con sus manos acariciarla. Los gemidos de Ornella eran más y más agitados, el sentir como la hacía estremecer lo invitaba a seguir disfrutándola.
Segundos después se levantó Bastian para quitar su ropa y así poder dejar su cuerpo desnudo frente a su amada esposa. Mientras la besaba una vez más, ella le correspondía, Bastian podía ver las mejillas enrojecidas de su querida Ornella todo causado por el placer que estaban viviendo.
Bastian la cargó para recostarla en la cama, su respiración era muy agitada, todo su cuerpo estaba estremecido por el placer de las caricias previas que le había hecho a su mujer. Antes de continuar Bastian la besaba tiernamente una vez más, le decía dulces palabras al oído. Besaba cada parte de ella, hasta llegar entre sus piernas. Se posó en medio, y mirándola fijamente se preparaba para unirse a su esposa y así consumar su unión. Poco a poco, lentamente se introdujo dentro de ella arrancando su respiración. Ambos sentían esa conexión, Ornella lloraba de felicidad mientras Bastian la embestía. Estaba haciendo el amor con la mujer que el amaba, el se comportaba de manera tierna, eran momentos únicos en su vida. La unión de sus cuerpos y sus almas, era algo excitante e inexplicable. La hizo varias veces su mujer entre palabras dulces y caricias bellas, ahora nada podría separarlos, así continuaron hasta que ambos llegaron al clímax de la pasión.
Más tarde ella dormía, Ornella estaba descansando sobre el pecho de su esposo, y Bastian por primera vez pertenecía a una sola mujer. Bastian no podía dejar de observarla, era solamente suya y jamás volvería a dejarla sola, quería un futuro brillante para ella dentro de la empresa, convertiría a su esposa en su mano derecha en todo aspecto de su vida.
Bastian y Ornella paseaban por la playa, nadaban juntos, comían de todo y en cada oportunidad hacían el amor como dos adolescentes.
—¿estás feliz?—preguntó Bastian mientras estaban relajados sobre su cama
—Si, mucho. Me has llevado a las estrellas, con tus besos, tus caricias y tu amor. Eres el mejor hombre y el único que he conocido, me esforzaré día a día para hacerte feliz.—
Bastian volvió a besarla para unirse una vez más a ella, Ornella no tenía idea de toda la alegría que le otorgaba. Pero eso solo era el comienzo de su vida juntos.
Días después Ornella y Bastian regresaron a casa, Liah estaba feliz de verlos de nuevo. Ornella le había comprado regalos durante su luna de miel, Liah le ayudaba a desempacar. Verlas juntas hacía que Bastian se sintiera tranquilo, esperaba que su buena relación se mantuviera siempre.
—Ornella tus zapatillas son hermosas, algún día creceré y podré usarlos.—
—Claro que si todo a su debido tiempo, vas a ser la señorita más bonita de toda la sociedad parisina. Le lloverán los pretendientes a tu padre para casarse contigo.—
—Te quiero mucho.—Ornella abrazaba con mucho cariño a la pequeña Liah
—También yo.—
Ornella tomaba clases de urbanidad, ella las había solicitado a Bastian ya que era un hombre importante y no quería avergonzarlo frente a sus clientes. Aunque a él no le importaba el tema de la etiqueta, pero sí su esposa lo solicitaba. Sin duda no le negaría nada, lo tenía completamente a sus pies.
—Señora Leroy ha sido mi mejor alumna.—
—Merci, es lo menos que puedo hacer por mi importante esposo.—
En ese momento la ama de llaves Clair anunciaba la visita de Mariella, sin duda Ornella la estaba esperando.
—Mariella, me alegra que estés aquí.—
—Vine lo antes posible, ¿en qué puedo servirle señora Leroy?—
—Ornella para ti, lo hablamos hace mucho. Pero ahora necesito una asistente conmigo todo el tiempo posible, así como Theo se encarga de los asuntos de mi esposo. Lo hablé con Bastian y aceptó, ¿aceptas trabajar conmigo?—
—No sé, necesito ver si puedes pagarme. Por supuesto que sí, aunque Luc se va a poner triste sin nosotras.—
—Ya encontrará quien nos sustituya.—Ornella abrazó a su mejor amiga, estaba feliz porque la tendría cerca.
Ornella tenía todo lo que alguna vez soñó, pero incluso tenía más de lo que anhelaba, simplemente porque tenía a Bastian y por primera vez se sentía protegida y segura.
