NovelToon NovelToon
De Sirvienta A Reina

De Sirvienta A Reina

Status: Terminada
Genre:Venganza de la protagonista / El Ascenso de la Reina / Brujas / Reencarnación / Mujer poderosa / Harén Inverso / Completas
Popularitas:92.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Libi 2

Lissa Rosette una joven doctora del siglo XXI cae en coma después de salvar a una niña de ser atropella por un camión. Sin saberlo queda atrapa en una de las mejores novelas de harén inverso y erotismo escrita por su autora favorita. Ahora Lissa es Eyra una extra que muere cuando el príncipe heredero del reino de Eldoria se aburre de ella, al fijar sus ojos en la dulce protagonista. Pero ahora Lissa siendo Eyra cambiará su destino, se vengara del príncipe que jugo con ella como si fuera un objeto y de la protagonista que no le importo arruinar las vidas de las demás para su lograr sus objetivos. Todo esto antes de que la maldición que posee el cuerpo de Eyra la mate. ¿Lograra Lissa cumplir sus objetivos?

NovelToon tiene autorización de Libi 2 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 24

La biblioteca real del palacio estaba en silencio. Las cortinas pesadas filtraban la luz del mediodía, y el aire olía a pergamino antiguo y tinta seca. Eyra se encontraba en una de las mesas del ala oeste, rodeada por tomos polvorientos que no habían sido abiertos en décadas. Sus dedos recorrían las páginas con precisión, buscando respuestas.

Y las encontró.

La estatua que había visto en el templo subterráneo representaba a Elyzeth, una de las diosas terrenales oscuras. Madre del rencor y la venganza. Según los tomos antiguos, Elyzeth había nacido del odio acumulado por generaciones, de las traiciones no vengadas, de los deseos reprimidos. Su culto no era nuevo. Era ancestral. Silencioso. Persistente.

Las personas que acudían a ella lo hacían a través de sacrificios de sangre. Elyzeth ofrecía lo que más se deseaba: poder, belleza, riquezas, influencia. Pero todo tenía un precio. Ella no daba nada sin tomar algo a cambio. Y lo que pedía… no siempre era justo. Ni humano.

Los seguidores de Elyzeth eran conocidos como el Culto de las Sombras, una orden que había sobrevivido en secreto durante generaciones. Se infiltraban en cortes, en gremios, en templos. Siempre ocultos. Siempre esperando.

Eyra cerró el último libro con lentitud. Su mente estaba en llamas.

La reina Sibylla.

La estatua.

El templo.

No había duda. Sibylla adoraba a Elyzeth.

Y Eyra quería saber qué había pedido…

Y qué había pagado.

Los días siguientes fueron agotadores. Con el inicio de la Semana de los Lazos de Valdoria, Eyra tuvo que atender a nobles de distintos reinos e imperios. Preparar tónicos, coordinar tratamientos, mantener la imagen de la reina impecable. Todo mientras evitaba cuidadosamente encontrarse con Raven… o más bien, con Freyr Alderidge, príncipe heredero del Imperio de Alderidge.

Desde aquel encuentro en el pasillo, cuando Freyr intervino para detener a Alexander, Eyra lo había estado evitando como la peste. Por suerte, él estaba ocupado asistiendo a reuniones diplomáticas, pactando acuerdos de comercio y tratados políticos. Eso facilitaba las cosas.

Pero no todo podía evitarse.

La reina Sibylla no tardó en enterarse de lo sucedido entre Eyra, Alexander y Freyr. Así que Eyra se vio obligada a presentarse en su oficina. Y a mentir.

—La discusión fue por una sirvienta general del palacio, Sunna Hawthorne —dijo Eyra con voz serena—. El príncipe Alexander vino a reclamarme por haberla tratado mal.

En parte, no era mentira.

Días atrás, Eyra había sorprendido a Sunna intentando colarse en los jardines privados del palacio de la reina. Al verla, Eyra le preguntó qué hacía allí sin permiso. Sunna, con altanería, respondió que era doncella personal de la reina y que estaba allí para servirle.

Eyra soltó una carcajada.

—No eres más que una mentirosa —le dijo—. Estás irrumpiendo en el palacio sin autorización.

Llamó a los guardias y pidió que la sacaran. Sunna, al verse acorralada, fingió inocencia y comenzó a llorar. Pero los guardias la sacaron igual.

Eyra terminó de contarle todo a la reina, quien la escuchó en silencio.

—Puedes retirarte —dijo Sibylla finalmente—. Ya había escuchado esos rumores. No tiene nada de malo que mi hijo quiera divertirse con esa chica. Lo que me molesta es que no sea discreto.

Eyra se inclinó ligeramente.

—Su majestad… le recomiendo que tenga cuidado con esa chica. Por lo que pude observar, podría convertirse en un problema. Sería terrible que esos rumores tomaran fuerza y llegaran a oídos de la corte… o del rey.

Mostró una expresión de preocupación genuina.

—Esa chica podría interponerse en sus planes.

Sibylla la observó con calma. Luego habló con voz serena.

—Una simple sirvienta como esa jamás podría interponerse entre Alexander y el trono.

Eyra no dijo más. Se retiró de la oficina.

Pero mientras caminaba por los pasillos, su mente ya estaba tramando algo.

Si la reina no consideraba a Sunna un obstáculo…

Tendría que convertirla en uno.

Eyra había terminado con sus labores del día, así que se retiró de regreso a su habitación. Al entrar, todo estaba oscuro. Pero no estaba sola.

Al encender las lámparas de cristales mágicos, la luz reveló una figura recostada contra su cama, con los brazos cruzados y la mirada serena.

Un pelinegro que llevaba días evitando.

—¿Vas a seguir evitándome, o ya nos sentaremos a hablar, pequeña centella?

Eyra no se sobresaltó. Caminó con calma hasta el pequeño sillón que había en la habitación y se sentó con elegancia.

—No te he estado evitando —respondió con voz neutra—. Simplemente, después de ese breve reencuentro, no hemos coincidido más.

Freyr la miró fijamente. Sonrió de lado.

—Fingiré que te creo… aunque ambos sabemos que desde que nos conocemos no has hecho más que mentir.

—No eres quien para juzgarme. Ambos mentimos en todo lo relacionado con nuestras vidas. Incluso con nuestros nombres —se encogió de hombros y lo miró con firmeza—. Pero el más mentiroso de los dos resultaste ser tú, príncipe Freyr —remarcó las últimas palabras con intención—. Por lo menos yo fui sincera en cuanto a mi origen.

—Sabes que estaba cumpliendo una misión. No podía revelarte quién era en realidad —la recorrió con la mirada, de arriba abajo—. Además, no fui yo quien incluso mintió con su apariencia… y se fue sin despedirse.

—Tuve mis razones —dijo Eyra, cruzando las piernas y apoyando una mano bajo su mentón—. Solo sé que ambos mentimos en varios aspectos de nuestra vida. Por no decir en todos. Lo que nunca imaginé fue reencontrarme contigo en estas circunstancias.

—Lo mismo digo. Pero dime, pequeña centella… ¿qué relación tienes con el príncipe heredero de Eldoria? ¿Y cómo rayos acabaste sirviendo aquí en el palacio?

Eyra soltó un pequeño suspiro. Luego, con tono firme, le contó que desde que entró al palacio, Alexander no ha hecho más que acosarla. Lo que quiere de ella es que sea una más de sus amantes en turno, para calentarle la cama. Y aunque muy guapo que sea ese príncipe, no es de su interés. Preferiría matarlo antes que siquiera considerar la idea.

También le habló brevemente de su vida después del orfanato. Le dijo que se graduó de la Academia de Cryovent, pero omitió el detalle de que lo hizo con honores. Y por supuesto, no mencionó que fue la creadora de la cura. Algunas verdades aún no estaban listas para ser compartidas.

—Príncipe Freyr, ya es muy tarde. Mañana tengo que levantarme temprano para cumplir con mis deberes. Le pido, por favor, que se retire de mi habitación.

Freyr se levantó de la cama con calma. Caminó hasta la puerta, pero antes de salir, se detuvo y la observó unos segundos.

—Está bien. Continuaremos esta plática en otro momento. Hay cosas sobre ti que aún me resultan un misterio —sonrió con suavidad—. Espero no vuelvas a seguir huyendo de mí.

Y sin darle tiempo a responder, salió de la habitación.

A lo lejos, alguien observaba.

Oculto entre las sombras del pasillo, una figura había presenciado la salida del príncipe imperial de la habitación de Eyra. Sus ojos brillaban con rabia contenida. Sus manos se cerraron en puños.

—Tú vas a ser mía tarde o temprano, Eyra Rosenberg. Ya sea por las buenas… o por las malas.

La tarde era cálida, y el palacio vibraba con los ecos de la Semana de los Lazos de Valdoria. Eyra caminaba por los pasillos con paso firme, su mente ocupada en algo más que tónicos y protocolos. Había llegado el momento de mover una pieza clave.

Sunna Hawthorne.

Desde que vio al príncipe Freyr Alderidge, la pelimorada había hecho lo imposible por encontrarse con él “por casualidad”. Cambiaba sus rutas de servicio, se ofrecía para tareas en el ala este, y hasta fingía perderse en los pasillos cercanos a las habitaciones imperiales. Pero no había tenido resultados. Freyr era demasiado ocupado… y demasiado inteligente para caer en juegos tan evidentes.

Eyra lo había notado. Y también lo había notado Rosalind.

Ambas se reunieron en los jardines interiores, bajo la sombra de los sauces, para afinar los detalles del plan.

—La reina aún no la ve como una amenaza —dijo Eyra, con tono frío—. Así que tendremos que convertirla en una.

Rosalind sonrió con elegancia.

—Y qué mejor forma que dejar que su propia ambición la destruya.

El plan era sencillo. Bastaba con empujar a Sunna hacia el lugar donde más daño podía causar: el corazón de la reina. Y para eso, Alexander era el camino perfecto.

Sunna ya había demostrado interés en el príncipe heredero. Lo seguía con la mirada, se ofrecía para tareas cerca de sus habitaciones, y no perdía oportunidad de mostrarse dulce y disponible. Eyra y Rosalind solo tuvieron que facilitarle el escenario… y asegurarse de que el público adecuado estuviera presente.

La fiesta de té organizada por la reina Sibylla esa tarde era el momento ideal. La duquesa Rosenthal y varias damas nobles influyentes habían sido invitadas. Eyra se encargó de ajustar los horarios, los recorridos y los accesos al jardín privado del palacio de la reina.

Y allí ocurrió.

El escándalo.

El príncipe Alexander y la sirvienta Sunna fueron encontrados en medio de un apasionado beso. La blusa del uniforme de Sunna estaba medio desabrochada, y las manos del príncipe se aferraban a sus senos con descaro. Ambos estaban tan absortos en su juego que no notaron la llegada del grupo.

La reina Sibylla se detuvo en seco. La duquesa Rosenthal abrió los ojos con incredulidad. Las damas nobles se cubrieron la boca, algunas con indignación, otras con fascinación.

Alexander retrocedió, pero ya era tarde. Sunna, con el rostro sonrojado y la ropa desordenada, intentó recomponerse. Pero el daño estaba hecho.

Los rumores no tardaron en circular.

La dulce y bella sirvienta.

La favorita del príncipe.

La que se atrevía a seducirlo en los jardines de su madre.

Y lo peor: frente a testigos.

Eyra observaba desde la distancia, con una taza de té en la mano y una sonrisa apenas perceptible en los labios.

La reina no podía ignorarla ahora.

Sunna ya no era solo una sirvienta.

Era un escándalo.

Un obstáculo.

Una amenaza.

Tal como Eyra y Rosalind lo habían planeado.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

¡Hola chicas!

Feliz Día del Lector para todas ustedes, espero que alguien les regale un libro, o tal vez empiecen uno nuevo.

Mi regalo para ustedes este día, va a ser un maratón. Si como lo leyeron, puede que yo no pueda regalarles un libro a cada uno, pero si puedo regalarles un maratón, para que distraigan su mente con mi novela.

Agradecerles quiero por el apoyo que le están dando a esta novela. También quiero agradecerle a una de mis autoras favoritas de fantasía, la bella Arhuchim, quien recomendó mi novela, muchas gracias 😘.

No sé dé cuantos capítulos haré el maratón, pero ya tienen tres para que vayan empezando.

Como pueden ver ya apareció de nuevo nuestro Raven, o mejor dicho nuestro bello príncipe Freyr.

¿Cómo se desenvolverán las cosas entre Eyra y él?

¿Con quién se quedará nuestra protagonista al final, con Freyr, con Oliver?

¿O puede que con ambos?

Háganmelo saber en los comentarios. Por favor no olviden dejar sus me gustas en cada capítulo y si pueden voten por la novela.

Que tengan una lindo día, tarde, noche o madrugada

Besos, Libi 2 😚

1
nelida ballesteros
hermosa 😘😍
Libi: Muchas gracias 😘 🥰
total 1 replies
Vero Ramírez
q buen trabajo
Libi: Gracias 🥰
total 1 replies
Josefa Villalta
Excelente
Angel Fonseca
Muy buena
Sabri Nahir Zapata Zini
Hermosa historia
Magdalena Escobar Aranda
maravilloso trabajo felicidades autora y espero poder seguir disfrutando de tus novelas
Libi: Gracias por tus palabras. Espero ver tus comentarios en la nueva novela El Renacer de la Extra Exiliada
total 1 replies
Magdalena Escobar Aranda
muy buena 👍
Magdalena Escobar Aranda
hasta que por fin se decidieron 😍
Magdalena Escobar Aranda
cuando llega el agua al cuello cuidado
Magdalena Escobar Aranda
si que hará Eyra😬
Magdalena Escobar Aranda
hay caray caray 😬
Magdalena Escobar Aranda
hay y ahora que pasará
Magdalena Escobar Aranda
ya es hora que los pongan en su lugar
Magdalena Escobar Aranda
le dieron probada de su propio chocolate
Stella
gracias
Magdalena Escobar Aranda
pues al ataque 😉
Cruz Mejia
La relación del ex emperador con Miranda la vi venir, esa lealtad qué ella daba debía tener una recompensa y que mejor que con un hombre al que ella reparo con dedicación y paciencia y que la ama.
Eyra tuvo su final feliz e hizo a dos hombres felices /Shy//Awkward//Awkward//Facepalm//Facepalm/
Me encanto de principio a fin.
Cruz Mejia
Buena jugada le hizo Silas a Rosalind 🤭 solo así se le quito lo tonta indecisa /Shy//Facepalm//Facepalm/
Una noche de pasión y lujuria desenfrenada para la parejita y el trío /Awkward//Awkward//Awkward//Awkward//Awkward/ años de abstinencia desbordada 🥵🥵🥵🥵🥵
Magdalena Escobar Aranda
así que regreso a su vida real Lisa
Magdalena Escobar Aranda
que pasará
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play