Traicionada por su Prometido, Gana un Presidente

¡CRASH!

Los dos amantes que estaban retozando en la cama se sobresaltaron al instante. El cuerpo del hombre estaba cubierto con una sábana improvisada. La mujer gritó, apresurándose a tomar una almohada para cubrirse el pecho.

"¡¿Lia?!"

Una hermosa mujer de cabello largo escudriñaba la habitación con una mirada aguda. Su mandíbula se tensó, sus labios se apretaron para contener la ira.

"Lia... Esto... Esto... ¡no es lo que piensas!"

El hombre se acercó cubriendo su cintura hacia abajo con la sábana.

"¡¿NO ES LO QUE PIENSO, DICES?!" Los ojos de Lia se abrieron, su respiración se aceleró. Estaba parada en el umbral de la puerta como una tormenta a punto de destruir todo.

"Lia, al final apareciste..." pensó Silvi sonriendo. Era la mejor amiga de Lia, y la había traicionado. Sin vergüenza, intentó persuadir y convertirse en la mujer que parecía buena, "Lia... puedo explicar..."

Lia sonrió con cinismo, "¿QUÉ QUIERES EXPLICAR? ¡EN LA CAMA, EN UN HOTEL DE LUJO, CON MI FUTURO MARIDO?!"

Los ojos de Lia se entrecerraron, "¿Qué quieres explicar? ¡¿QUÉ!? ¡¿Huumm?!"

Jono dio un paso lento, "Cariño, por favor, cálmate".

Lia agarró un florero en la mesa pequeña y lo arrojó contra la pared. Jono se congeló, el jarrón se rompió, a solo unos centímetros de su cabeza.

"¡NO ME LLAMES CARIÑO!"

"¡¡Aaaarrrhhh!!" Gritó Jono. "Yo... yo estaba fuera de mí, perdóname, Lia..."

Silvi se puso de pie, todavía envolviendo su cuerpo. Pero en lugar de sentirse culpable, miró a Lia con un rostro que... se sentía victorioso...

"Me ha gustado durante mucho tiempo, Lia. Y siempre presumes de vuestra relación. Pero nunca lo has conocido de verdad. Necesita ser comprendido..."

"¡¿QUÉ?!" Lia se acercó a Silvi a grandes zancadas y...

¡Plac!

Una fuerte bofetada aterrizó en la mejilla de Silvi.

"¡ERES UNA TRAIDORA!"

Silvi miró a Lia, su mejilla enrojecida. "Solo estoy diciendo la verdad. Él necesita amor."

"¿Jajaja, amor? ¿Te refieres a... tu cuerpo?"

Las manos de Silvi se cerraron en puños a los lados de su cuerpo. "¡Jono me ama!" dijo en voz alta. "Y solo estoy tomando lo que debería ser mío".

¡Plac!

"¡¿Justo antes de mi día feliz!? ¡Bien! ¡Puedes tenerlo! ¡Quédate con mis sobras!"

Silvi miró de reojo mientras sostenía su mejilla que se sentía caliente. "¡No actúes como si fueras la que más sufre, Lia!" Dijo Silvi sin sentir culpa.

"¿Entonces, según tú, qué debería hacer, huumm? ¡¿Aceptar simplemente que mi futuro marido se acueste con mi propia mejor amiga?!"

Lia se rió...

"Lamento haberte llamado alguna vez amiga", dijo Lia con dureza. Estaba demasiado enojada, con su amiga que ahora ni siquiera se sentía un poco culpable. Tiró del cabello de Silvi.

"¡Aahhh! ¡Lia! ¡Duele!"

"¡Mujer barata!"

"¡Lia! ¡Detente!" Jono se acercó para separarlas.

Lia miró con saña, empujando el cuerpo de Silvi que se encorvaba porque le estaba tirando del pelo, hasta que su cuerpo se estrelló contra la cama.

"¡Aakkkhhh!"

"¡Bastardo!" Esta vez, Lia golpeó a Jono, todo se convirtió en el blanco de su furia. Lia estaba demasiado dolida y enojada.

"¡Traidor! ¡Basura! ¿Cómo pudiste, pudiste hacer esto antes de nuestra boda, Jon!" Reprochó mientras golpeaba.

"¡Ay, Lia! ¡Para, duele!" Jono se defendió, pero Lia no se detuvo. Entrando en pánico, agarró sus pantalones y salió corriendo de la habitación. Sabía que, si ya estaba fuera de control, Lia era realmente incontrolable.

"¡JONOOO!" Lia gritó y lo persiguió. "¡NO ESCAPES, IDIOTA!"

En el pasillo, una limpiadora estaba fregando el suelo. Con un movimiento espontáneo, Lia arrebató la fregona de las manos de la limpiadora. Mientras Jono corría poniéndose los pantalones. Parecía muy angustiado.

"¡SEÑORITA! ¡MI FREGONA...!"

Con ira ardiente, Lia corrió hacia Jono que ahora había llegado al vestíbulo del hotel. Sin pensarlo dos veces, Lia golpeó la espalda y la cabeza de Jono con la fregona.

"¡TRAIDOR! ¡HOMBRE IDIOTA! ¡MUERE!"

Los huéspedes se giraron, los empleados del hotel se congelaron. Un niño pequeño lloró, mientras que dos recepcionistas trataban de calmar la situación.

"¡Lia, por favor! ¡Qué vergüenza, hay mucha gente!" Gritó Jono mientras se inclinaba, tratando de protegerse. "Ay, ay."

"¿DUELE, HAHH? ¡SIENTE ESO, JONO! ¿CÓMO PUDISTE IRTE A UN HOTEL CON MI PROPIA AMIGA?"

Llegó seguridad, dos hombres con uniformes negros. "Señora, señor, por favor, vengan con nosotros. Por favor, no causen disturbios aquí".

"¡NO ME IMPIDAN, SEÑOR! ¡TENGO QUE GOLPEARLO!" Gritó Lia histéricamente.

Justo en ese momento, Silvi apareció ya completamente vestida.

"¡TÚ TAMBIÉN! ¡MUJER CALIENTE!" Reprochó Lia casi golpeando a Silvi, si los guardias de seguridad no hubieran sido rápidos en detener a Lia.

"Tenemos una habitación para resolver esto con calma. ¡Vengan con nosotros!"

Lia arrojó la fregona al suelo, temblando, las lágrimas comenzaron a brotar aunque su rostro todavía estaba furioso.

"¡Bien! ¡Los resolveré allí!"