Mi Cruel, Frío Y Adorado CEO

También había dos familias más en contra de Victoria y su beca, una de ellas era del líder deportista Luis Melis, el joven estaba interesado en ella y eso no les parecía a los familiares, Victoria era muy poca cosa para su amado heredero.

— Vaya, interesante — dijo para pasar al informe de su trabajo y su departamento, Vitoria trabajaba por un sueldo espantoso y pagaba un cuartito precario frente a la universidad, hace 6 meses se le había cancelado el dormitorio universitario por una acusación interna, la presión fue terrible, la niña había sido acusada de llevar hombres a su dormitorio por dinero a cambio de sexo, se sacaron fotos de hombres entrando y saliendo de su dormitorio, pero el reporte en defensa de la acusada fue que ella no estaba en el país, ella había ido a visitar a su abuela al extranjero, pero nadie abogó por ella más que el rector y solo se le pidió que salga del lugar y solo así conservar su beca.

Una luz explicable salió de los ojos de Draco, el hombre realmente estaba molesto con la situación.

— Milán, dile al rector que venga, quiero hablar seriamente con él — dijo Draco mientras volvía a su Laptop y escribe a mil por hora, tenía mucho trabajo, de Victoria Levin se ocuparía después.

— Sí, señor, ha confirmado para dentro de una hora — dijo Milán mirando a su jefe sin entender lo que está pasando, solo espera que esa niña no pague por errores de otros, él como un conocedor de las intenciones ajenas, puedo ver que esa niña era un sol, si fuera más buena le pondrían alas.

Mientras escribía, le llamaba la atención de que Victoria apenas este por cumplir 20 años y ya solo le falta un año de universidad, había escuchado de Virginia que su hermanita era muy inteligente y en el colegio había saltado grados debido a su mente prodigiosa, pero ahora que lo recuerda, siempre había un atisbo de envidia cuando hablaba de la pequeña Victoria.

Mientras trabajaba y su mente estaba entre su trabajo y Victoria quien es 12 años menor que él, su celular sonaba con insistencia, al ver el número sus ojos se enfriaron como el hielo.

— Madre, ¿qué pasa? — contestó con aburrimiento dejando muda a la persona al otro lado de la línea.

— Draco, no me hables así, tenías que estar aquí en casa hace media hora, Janet te ha esperado desde hace mucho, dijiste que vendrías — dijo Mabel, su madre quien anda en busca de una esposa para su hijo, desde esa experiencia de aquella vez, su hijo no se ha vuelto a ver con ninguna mujer, odia a Virginia por eso, la odia tanto que quisiera asesinarla y a toda su familia.

— No dije que iría, tú dijiste que querías que vaya, yo no te dije que sí — dijo tranquilo, Draco es de pocas palabras y su carácter reservado y frío había empeorado después de aquel incidente, no es que estaba enamorado de Virginia, más bien fue un alivio, lo que no podía soportar fue el escándalo y perder la cara públicamente.

— Draco, deja de pensar en esa maldita mujer, tienes que venir, hablamos con los Belmonte sobre un compromiso entre familias, ya tienes 31 años, quiero nietos — dijo Mabel molesta mientras que Draco había puesto el altavoz y seguía escribiendo en su computadora.

La mujer había escuchado el teclear sin obtener respuesta y quería desollarlo vivo, hasta que lo escuchó hablar.

— No me interesa, no tengo tiempo, debo trabajar madre, hablamos después — dijo Draco colgando mientras su madre casi lanza el celular al piso, ese hijo suyo era tan rebelde, primero se quiere casar con esa joven que, aunque era de buena familia, siempre pensaba que estaba por debajo de su estatus y ahora resulta que no quiere a ninguna de sus candidatas.

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Mientras tanto, Vicky regresa a la universidad y es interceptada por su amiga, una joven de economía no muy destacable, pero con gran esfuerzo llegan a pagar esa universidad.

—Vicky, lograste tener un respaldo?, esa bruja de Milenka ha estado reuniéndose con el rector, creo que esta vez te quiere sacar definitivamente, no importa cuantas veces le digas que no tienes ninguna relación con Luis, ella sigue acusándote de ser una trepadora, la odio tanto…, —dijo Emily su más querida amiga.

Vicky sonrió con amargura, solo espera que Draco la ayude, si eso no pasa, ella está perdida.

—Emily, no te preocupes, más bien, entremos a clases, no quiero quedarme más de lo debido, debemos ir a trabajar — dijo Victoria mientras que suspira, tiene que pagar su alquiler, ya que no tendría donde vivir, Emily la había acogido un tiempo, pero ve como sus padres trabajan, no puede ser una arrimada tanto tiempo.

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Después de clases, Emily corre a su trabajo, un hombre gordo y seboso es su jefe y ha estado hostigando a las hermosas niñas todo el tiempo, y la situación ya era de lo peor.

Esa noche, Victoria y Emily salían del lugar, solo esperaban su pago, recibían su quincena y para Victoria eso era su alquiler, la dueña de casa era una mujer amable, pero no tonta, la esperaba, pero también la presionaba.

El hombre gordo pidió a Victoria que pase, sin embargo, cuando la vio, puso una sonrisa pervertida en su cara fea, mientras Victoria lo miraba sin inmutarse.

—Vicky, preciosa, me dicen que tienes problemas en la universidad, deberías venir a mí para que te ayude, yo podría pagar tu universidad, lo sabes, te puedo dar un hermoso apartamento, un auto para que vayas a tus estudios, solo deberías ser menos orgullosa, te trataré bien, no querrás salir de mi cama si me pruebas — dijo mientras trata de acercarse a ella.

—He venido por mi paga, debo irme, se hace tarde, y si se acerca más, quiero decirle que estoy grabando todo y está en vivo en el celular de mi amiga, así que no se atreva a tocarme Madre — Dijo Victoria mirándolo con frialdad, estaba muy asustada, pero no debía demostrarlo.

El hombre apretó los puños molesto, sacó un sobre y lo lanzó a la cara de Victoria, estaba muy enojado, Victoria salió de ahí asustada, pero feliz con su sueldo hasta que Emily se acercó con cara de pánico, la miraba de arriba para abajo.

—Vicky, no me enlazaste, estaba muerta de miedo, temía que ese asqueroso te haga algo — dijo Emily, pálida del susto.

Victoria levantó las cejas para después fruncirlas, recuerda que antes de entrar puso apresurada el enlace, pero cuando vio su celular, este estaba transmitiendo nada más y nada menos que a Draco Lennox, quien había escuchado todo.

—Mierda — gritó Victoria para cortar inmediatamente, se había equivocado y un error de dedo la puso roja como un tomate.