Sin Compromiso

Sasha

Latifa me encanta, es una mujer que me da la talla y aún no quiero parar con esto, pero tampoco quiero involucrarme más allá de encuentros sexuales, así que le propondré que tengamos diez encuentros, es más que suficiente para que ambos quedemos satisfechos y cero comprometidos.

La invito a tomar un café cerca de su empleo, ella acepta no muy convencida de que nos volvamos a ver.

- Hola lindura ¿cómo estás? - pregunto con cortesía.

- Muy bien ¿y tú? - se sienta mientras yo acomodo la silla - bueno, vamos al grano.

- ¿Siempre eres así de directa, bella gatita?

- Puedo ser peor, realmente.

Una carcajada salió de mí ante su comentario, de verdad que es irreverente esta mujer. Me puse serio y comencé a hablar.

- Quiero diez encuentros contigo, solo eso y después cada uno por su lado.

Se queda pensando mis palabras un rato, por primera vez, el gran Sasha Boesten está nervioso ante la espera de una respuesta.

- Mmmm... está bien - contesta simple

- ¿Pero?, no me mires así, siempre hay un pero bella gatita.

- No, no hay ninguno, mi única condición es que una vez se cumplan los diez encuentros, ya no nos volveremos a tratar íntimamente.

No sé por qué me siento tan dudoso de aceptar esa condición.

- Trato hecho Latifa Collins!

- Trato hecho Sasha Boesten!

Latifa volvió a su trabajo y yo al mío, quedamos en vernos mañana para salir a cenar hamburguesas con patatas fritas y luego porqué no, a disfrutar de las delicias de un encuentro íntimo.

Llego a mi oficina y me sirvo un trago de whisky, no acostumbro a hacerlo pero realmente lo necesito, por alguna razón quisiera muchos más encuentros con ella, pero algo me detiene, ninguna mujer me había gustado tanto, ni siquiera mi primera novia, que podría decirse que fue mi primer amor, no, ni siquiera Adriane me hacía sentir esta ansiedad.

- Latifa Collins ¿qué me has hecho, Gatita?

La puerta es tocada, doy acceso y entra Sam, mi bella y sensual secretaria moviendo sus caderas.

- Señor, ya todos se encuentran en la sala de juntas, el señor Lebreu me pidió que le dijera que lleve los documentos que le entregó, son las pautas que se deben tratar en esta reunión.

- Está bien, Sam, ya mismo voy... prepara todo para que me acompañes, necesito que anotes todos los pormenores que se traten.

- Si señor, con su permiso.

La veo salir nuevamente moviendo sus caderas, debo confesar que antes me parecía una mujer sensual, que de no ser porque trabaja para mí, la hubiera arrastrado a la cama, pero el trabajo y el placer son dos cosas que no deben mezclarse jamás.

Llego a la sala de juntas y ya allí están Akim, Malmcon, el abogado y los inversionistas. Ahora sí, a darla todo.

- Buenas tardes caballeros, espero que se encuentren a gusto - digo formal.

- Buenas tardes! - contestan al unísono.

La aburrida reunión inicia y yo solo tengo en mi mente el rostro y cuerpo sensual de mi bella Gatita, ya deseo que sea mañana para tenerla en todas las posiciones posibles.

- ...¿Estás de acuerdo Sasha? - mierda! Akim me estaba hablando y ni siquiera escuché su propuesta.

- Estoy de acuerdo, sí - veo que Akim me mira con ojos entrecerrados, mientras que Malmcon tiene sus manos cruzadas apoyando sus codos con expresión de burla.

- Muy bien, en vista de que todos estamos de acuerdo, prosigamos a firmar el contrato.

De la que me salvé, todo por estar pensando en esa descarada.