mi futuro marido se revolcaba con mi hermana. para evitar que ellos sean la vergüenza de la familia me tendieron una trampa drogandome y dejándome en la habitación con un desconocido.
5 años después la empresa de mis padres cae en bancarrota y me necesitan. pero vuelvo a mi casa con mi pequeña sorpresa.
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22
La entrada al laberinto era una hermosa arcada con flores rosas de colores rojo, blancas y azules. Tenía unos 3 metros de alto y parecía el portal a un mundo mágico, Ignacio veía embelesado todo lo que había a su alrededor.
Tía mira allí hay diversas margaritas, son las que te gustan- decía el niño corriendo de un lado al otro.
No corras hijo, recuerda que la tía no debe apresurarse- lo regaño su mamá.
Hija no lo retes, él disfruta del día con ustedes- le dijo Maria, quien iba tomada del brazo de su sobrina.
Más atrás estaban Max y Elías planeando como atrapar al sospechoso, los hombres de seguridad ya estaban en posición en caso de que pudiese llegar a pasar algo, ahora solo faltaba el momento de actuar.
De pronto Giselle y maría dieron la vuelta por el lado contrario a donde fueron Elías, Max e Ignacio. Caminaban conversando en su mundo que no se dieron cuenta de que se habían separado de los hombres.
Elías miraba atentamente donde Ignacio caminaba, quiso volver sus pasos adonde había perdido a su mujer, pero al dar la vuelta solo se encontraba con más pasadizos. Por suerte Max se encontraba hablando con sus custodios en todo momento y detrás de las mujeres iba la joven de los globos, se había dado cuenta cuando doblaron para el otro camino.
Mira tía ahí hay tulipanes, sin tus favoritos y aquí hay de diversos colores- le decía Giselle. Pero al ir acercándose cada vez más adonde estaban las macetas con las flores, una extraña sensación de que la estaban observando se apoderó de ella.
Son hermosos, hija, mira allí hay en tonos amarillos y naranjas- decía Maria, pero su sobrina no le prestaba atención estaba mirando para todos lados -¿ocurre algo?-
Es que nos separamos, pero aparte de eso siento como si nos estuviesen siguiendo- le dijo preocupada.
Es tu imaginación hija, aquí hay mucha gente que viene caminando con nosotras y en cuanto a los chicos, seguro nos esperan en la salida- le dijo intentando tranquilizarla, quizás ella sentía la presencia de la gente de seguridad o al menos eso era lo que Maria creía, ninguna de las dos conocía lo que estaba a punto de ocurrir.
Seguramente, mira allí hay diversos claveles y más adelante hay jazmines, como adoro el aroma de esos- decía señalando todo lo que estaba delante de ellas.
sé que amas los claveles, así que mientras tú te pierdes en sus colores, voy a leer lo que dice el cartelito de los jazmines, no puedo creer que tengan en tonos celestes- dijo soltándola del brazo y caminando hacia unos arbustos que había un poco más adelante.
Giselle se agachó para poder apreciar las hermosas flores que estaban frente a ella y sus distintos colores, la sensación de ser perseguida no se iba y cada vez se hacía más alta. Es como si alguien estuviera observándola para hacerle algo malo.
Una sombra se iba acercando por detrás, casi acechando, cada vez era más evidente que solamente faltaban unos pasos para capturarla, Giselle seguía inclinada hacia adelante. De pronto un brazo se estira hacia ella, pero antes de siquiera alcanzarla, esa presencia es tomada desde otro lado y llevada sin ser vista. Cuando Giselle se da vuelta ve que está sola, su tía sigue en el sector de los jazmines y alza la mano como llamándola, por fin se fue esa sensación de ser perseguida, pero ¿acaso realmente ha sido su imaginación?
Al llegar a la salida, se encontraron con sus caballeros, como había terminado antes, los 3 decidieron con la ayuda de Ignacio, comprar diversos ramos de flores, sabían que les iban a encantar y obviamente la sorpresa y la felicidad en sus rostros lo demostraron. Las dos mujeres estaban sorprendidas con los diversos ramos de distintas flores y colores que había frente a ellas. Max decidió ir a guardarlos al auto, junto con el bolso que tenía aún un poco de comida.
Maria, quien estaba un poco cansada por todo el trayecto del laberinto, decidió acompañar al custodio hasta el coche para poder sentarse un rato. Así que los papás y el pequeño siguieron disfrutando de lo que quedaba del paseo. Tenían todavía un par de horas antes de que se hiciera el desfile de personajes, con el que el parque anunciaba todos los días que ya estaba por cerrar sus puertas. Los siguientes juegos fueron sencillos, pero no por eso aburridos.
Antes de que empezará el festival decidieron pasar por la Karmese, tenía diversos juegos de aciertos en donde podían ganar peluches.
Quiero intentar tirar todas las botellas así le regalo a mamá ese enorme oso- le dijo Ignacio a su papá.
Bien, entonces manos a la obra ¿quieres?- le contesto él.
Si no les molesta mientras ustedes juegan a ese, yo voy a ir a intentar atrapar un pecesito- dijo Giselle dirigiéndose al jugar de pesca que estaba dos juegos después que el de tirar las botellas.
Bien, juguemos a ver quien gana el peluche para mama- dijo Ignacio posicionándose detrás de la línea, listo para lanzar. De los 5 tiros, acertó solamente 3, así que solo le dieron un gatito.
Supongo que es mi turno ¿verdad?- le dijo Elías. Quien acertó los 5 tiros que le tocaban, recibiendo así un peluche en forma de osos que media casi lo mismo que si hijo.
Si mi papá es el mejor, mami va a estar muy feliz con su regalito- dijo el niño que en ningún momento sintió envidia.
Miren lo que atrape- dijo Giselle mostrando una bolsita con un pequeño pez de color azul y negro dentro -es para ti, mi pequeño gran amor, mañana te compraré una pecera para que puedas tenerlo, el hombre me dijo que puedes usar el agua de la canilla para llenarla, pero que debes poner 4 gotitas de esto, para que el necesitó no se muera- le explicó luego de darle la bolsa con su premio.
Yo también te conseguí algo mami- dijo el niño dándole el gatito que se había ganado - y papá también ganó algo para ti-
Espero que sea de tu agrado- dijo Elías entregándole el gran oso.
Guau, sí que es enorme, gracias a mis dos caballeros por tan hermosos regalos- dijo tomando ambos peluches.
Elías subió a sus hombros a su hijo pata que pudiese disfrutar del desfile, como Max ya le había avisado que lo habían capturado, dio la orden de llevarlo a un depósito que cuando él terminara de dejar a todos en su casa, iría a preguntarle personalmente.