NovelToon NovelToon
No Me Dejes Ir

No Me Dejes Ir

Status: En proceso
Genre:Novia sustituta / Diferencia de edad / Amor eterno / Ascenso de clase social / Venganza de la protagonista
Popularitas:8k
Nilai: 5
nombre de autor: Miry - C

Después de dos años de casados, Mía descubre que durante todo ese tiempo, ha Sido una sustituta, que su esposo se casó con ella, por su parecido a su ex, aquella ex, que resulta ser su media hermana.

NovelToon tiene autorización de Miry - C para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

-

Mía Conde recibió los resultados de embarazo con una inmensa dicha que inundaba cada fibra de su ser.

Sus manos temblaban mientras sostenía el papel que confirmaba la noticia más esperada de su vida, mientras las lágrimas de felicidad rodaban por sus mejillas sonrosadas.

Salió del hospital radiante de felicidad porque después de dos largos y angustiantes años de intentarlo, de someterse a diversos tratamientos y procedimientos médicos, al fin había concebido el hijo que tanto Ariel Rodríguez anhelaba y soñaba.

Podía imaginar vívidamente la inmensa felicidad que Ariel sentiría cuando le confesara que iba a ser padre.

Su mente ya proyectaba mil escenarios diferentes de cómo darle la noticia, imaginando su rostro, iluminándose con la sorpresa y la alegría, sus ojos brillando con lágrimas de emoción.

Ariel era un hombre extraordinariamente maravilloso, la amaba y protegía con una devoción que se manifestaba en cada pequeño gesto cotidiano, en cada palabra susurrada, en cada mirada cómplice.

Él en serio la amaba con una intensidad que sobrepasaba cualquier expectativa romántica que ella hubiera tenido jamás.

Mía apenas podía contener la ansiedad mientras esperaba la hora de llegar y comentarle a Ariel sobre su estado, quería fervientemente que él fuera el primero en enterarse, antes que cualquier familiar o amigo. Su corazón latía acelerado con solo pensar en el momento de revelarle la noticia que cambiaría sus vidas para siempre.

Emocionada hasta la médula, con manos temblorosas sacó su celular último modelo y le marcó repetidamente, sintiendo cada tono de espera como una eternidad.

La llamada no se contestó, pero segundos después, que parecieron interminables, un mensaje iluminó la pantalla de su dispositivo.

“Estoy en un banquete privado muy importante, pronto estaré en casa”, decía el mensaje que apareció en la pantalla de su teléfono, con ese tono formal y profesional tan característico de Ariel.

Mía no cuestionó la brevedad ni el tono del mensaje, simplemente sonrió radiante de felicidad porque iba a tener un hijo del hombre que amaba y lo haría el padre más dichoso del mundo.

Su mente ya divagaba entre nombres de bebé y colores para la habitación del pequeño.

Llegó a su lujosa casa en el exclusivo vecindario, y esperó ansiosa en la elegante sala decorada con un gusto exquisito.

No hizo por preparar ninguna cena especial ni arreglos elaborados, porque no quería que él sospechara que iba a darle una noticia tan maravillosa que cambiaría sus vidas para siempre.

Ariel llegó luciendo su impecable traje de diseñador, y Mía, solidaria como siempre, se apresuró a ayudarle a retirar su costosa chompa de marca y colgarla cuidadosamente en el perchero de madera noble que adornaba el recibidor.

—¿Cómo estuvo el banquete de negocios? —cuestionó Mía con genuino interés, mientras observaba detenidamente el rostro de su esposo buscando señales de su día.

Ariel la observó fijamente con una intensidad inquietante en sus ojos, sin poder responder más que un monosílabo que cayó como una piedra en el ambiente antes cálido del hogar.

—Bien —la forma en que le respondió, con una frialdad inusual que nunca había mostrado, hizo que Mía frunciera el ceño preocupado.

Sin embargo, se convenció a sí misma que ese pequeño detalle, posiblemente producto del cansancio o el estrés laboral, no acabaría con la inmensa felicidad que burbujeaba en su interior.

—Ari… —pronunció el diminutivo con dulzura mientras este la miraba con una expresión indescifrable, esperando en un silencio tenso que dijera lo que iba a decirle—, quiero decirte algo muy importante.

—Yo también tengo algo que decirte —dijo con una voz grave y controlada, invitándola con un gesto ceremonioso a sentarse en el lujoso sillón de cuero italiano que decoraba su sala.

Mía no sabía qué iba a decirle su esposo, pero en su corazón rebosante de alegría estaba convencida de que cualquier cosa que él estuviera por revelarle, no sería más emocionante que la noticia de su embarazo tan anhelado. Así que, con una generosidad nacida de su felicidad, le dio la oportunidad de que él hablara primero.

—Dilo tú primero —dijo sonriendo radiante, una sonrisa que hizo dudar momentáneamente a Ariel, cuyo rostro se ensombreció por un instante. Sin embargo, pareció recobrar una fuerza interior que ella no comprendía y pronunció la palabra que destruiría su mundo.

—Divorciémonos —la palabra cayó como un rayo en medio de la sala elegantemente decorada, haciendo añicos la burbuja de felicidad que la envolvía.

Esa petición congeló el corazón de Mía instantáneamente, la dejó completamente en trance, como si el tiempo se hubiera detenido en ese preciso instante.

Se quedó inmóvil, con los ojos bien abiertos, mientras el eco de esa palabra resonaba en su mente como un terrible martillo.

¿Había escuchado bien? ¿Ariel Rodríguez, el hombre que juraba amarla cada mañana, le estaba solicitando el divorcio en este momento que debería ser el más feliz de sus vidas? Las preguntas se arremolinaban en su mente como un torbellino devastador.

Lágrimas amargas empezaron a acumularse en sus ojos color miel, las cuales intentó contener parpadeando rápidamente antes de que se derramaran, no queriendo mostrar su vulnerabilidad ante esta crueldad inesperada.

—Es una broma de mal gusto, ¿verdad? —su voz salió temblorosa, casi suplicante, buscando desesperadamente una explicación que hiciera menos dolorosa esta realidad que se desplegaba ante ella.

Ariel la miró fijamente con una determinación que ella nunca había visto en sus ojos castaños y negó lentamente con la cabeza, cada movimiento parecía calculado y definitivo.

—Es verdad, quiero que nos divorciemos. No hay vuelta atrás en esta decisión —pronunció cada palabra con una claridad devastadora que reverberó en las paredes de la elegante sala.

Mía comenzó a temblar incontrolablemente, sus manos se aferraban al costoso vestido que llevaba puesto, porque esperaba cualquier cosa en este día especial, menos que Ariel solicitara el divorcio con tanta frialdad. Su mundo entero se desmoronaba mientras la noticia de su embarazo se convertía en un peso insoportable en su garganta.

Él la amaba, ¿o no? Se lo demostraba cada día sin falta, en cada momento compartido. Le traía flores los viernes, la despertaba con besos cada mañana, planeaban vacaciones juntos, soñaban con formar una familia. Todo parecía una cruel mentira ahora.

En la mañana nomás se había comportado como todo un esposo amoroso, preparándole el desayuno favorito, besándola antes de partir al trabajo, prometiendo llegar temprano. Nada hacía presagiar este giro devastador en sus vidas.

¿Por qué ahora le pedía el divorcio? La pregunta martilleaba en su mente mientras recordaba cada momento feliz, buscando señales que hubiera pasado por alto, advertencias que hubiera ignorado en su felicidad.

—Te compensaré generosamente con 40 millones y varias propiedades, incluso puedes quedarte con esta casa y el personal de servicio —hablaba como si estuviera cerrando uno de sus tantos negocios, con esa frialdad calculadora que solo le había visto usar en sus reuniones empresariales.

1
Eret Lopez
Mia TIENES UN BEBÉ EN TU VIENTRE CUÍDALO Y PROTEJELO
Eret Lopez
Mia TIENES UN BEBÉ EN TU VIENTRE CUÍDALO Y PROTEJELO
Marixa Burgos
porque piensan que es llegar y tomar como un objeto el cual despues desechan como si nada
Antonia Aguayo Espinosa
bastante buena me gusta
Rossy Bta: que ya se largue esa Mía de la casa que encuentre otro hombre
total 1 replies
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play