Mi Ex Esposa Será Mi Reina.

__No su alteza, debemos revisar algunas cláusulas.

__Que sea ahora, entre más rápido mejor.

Juntos se fueron al despacho de Alejandro, antes de entrar, el salió con Cecilia, ella se puso de puntillas para alcanzar su boca. El vió a Melanie y la rechazó de inmediato.

__Te veré pronto cariño.__Le dijo Cecilia, al pasar se aseguró de chocar sus hombros con los de Melanie.

__Pasen, por favor.

No había peor humillación que esa, Melanie solo era un florero abandonado en la esquina de un viejo mueble olvidado.

__Sal, voy a hablar...

__No, lo que tenga que ser que sea rápido.__Dijo Melanie cortando de tajo las palabras de Alejandro.

__Por favor, ¿tienes prisa?.

__Si, necesito abandonar un lugar en dónde no se me necesita, además odio el olor tan corriente que dejan ciertas personas a su paso.

Ya estaba dicho, que más daba si el príncipe se molestaba con ella.

Veía a través de la ventana, las tenues luces del jardín, todas las veces que ella y las princesas jugaron aquí siendo unas niñas.

Fue educada e instruida para saber como actuar como princesa, siempre se le consideró como la chica que ocuparía el corazón del príncipe, y ahora estaba a punto de firmar un divorcio.

__Melanie, no era mi intención, nos casamos casi de un dia para otro y Cecilia y yo teníamos una relación...ella tiene a mi hijo y ese bebé es mi prioridad antes que todo.

"Claro, su primer hijo y el mío ni siquiera sabe que existe", pensó ella.

__¿Por qué?.__Una pregunta que se clavó en el pecho de Alejandro.

__Lo siento, te juro que intenté amarte...

__¡¡¡Que mentira más grande!!!, nunca me diste la oportunidad.__Gritó.

__Lo siento, es a Cecilia a quien amo.

Eso fue todo.

No había nada más que hacer ahí.

__Melanie, gracias por todo, tendrás dinero suficiente para vivir sentada el resto de tu vida y una mansión cerca de la cámara de los Lores.

__No deseo nada de usted, de hecho sí, quiero que me asegure que nunca , nunca volverá a buscarme y que no va a reclamar absolutamente nada a mi familia.

__No, claro que no, yo asumiré las consecuencias, tu quedarás libre y con tu reputación intacta, diremos que el matrimonio no se consumó y con ello tendrás solo respeto.

Melanie sabía que una mujer divorciada, era rechazada para siempre.

__¿Cuánto va a esperar para volverse a casar?.

__No estoy obligado a responder eso, pero Cecilia tiene casi seis meses... debo hacerlo antes de que nazca, tu sabes que en nuestro mundo, si un bebé nace fuera del matrimonio será llamado bastardo por el resto de su vida... yo no deseo que mi hijo pague los errores de su padre.

"Pero si el mío".__Pensó Melanie con amargura.

__Eso quiere decir que me ha engañado, me fue infiel tantas veces con ella, usted alteza, usted me humilló de todas las maneras posibles.

Las lágrimas que tanto se habían tardado en salir, al fin vieron la luz, sus mejillas se llenaron de agua.

Antes de que su poco valor se perdiera, ella tomó los documentos y firmó. Luego se quitó sus anillos y le pidió la mano al hombre que parecía una estatua.

__Buena suerte alteza, deseo con mi vida que ese bebé le de la felicidad y que jamás nos volvamos a encontrar.

Se dió la vuelta sin mirar atrás , sentía que las piernas en cualquier momento le faltarían y decidió correr.

Alejandro miró los anillos, sintió una fuerte punzada en el pecho.__Es lo mejor, es lo mejor.__Se repetía a el mismo.

Justo antes de salir del palacio, Melanie fue jalada con violencia desde atrás.

__¿Ya te vas gorda y tonta Melanie?, ¿acaso no era esta tu casa y eras la princesa de Montwhite?.

Melanie ardía en deseos impropios, quería apretar su cuello hasta dejarla sin respiración.

__Ya tienes lo que tanto querías, aprovéchalo bien, tienes frente a ti el claro ejemplo de que nada es para siempre.

__Eso no pasará conmigo, me ama por sobre todo y le daré a su heredero.

__Que bien, solo asegúrate de que ese bebé sea un Wilde, de otra manera jamás vas a ocupar mi lugar.

Cecilia le dió una bofetada, dejando sus dedos marcados en la mejilla de Melanie, ella simplemente se dio vuelta y volvió a correr, dejando atrás la vida que creía posible para ella.

Ya era de noche cuando llegó a casa de sus padres.

__Dios Melanie, ¡estás empapada de sudor!, ¿que pasa?.__Le dijo su madre, mientras le ayudaba a secar el sudor de su cara.

__¿Dónde está su alteza, no vino contigo?.__Preguntó Lord Humpring.

__Me divorcié.__Soltó de tajo Melanie.

__¿¡¡Que diablos dijiste!!?, debe ser una broma , si , si eso es una maldita broma.

__No es una broma papá, acabo de firmar el divorcio, ya no soy más su alteza real, princesa Melanie de Montwhite.

Lady Humpring dejó caer la toalla de sus manos y Lord Humpring aventó su taza de té al piso, dejando una gran mancha sobre la fina alfombra.

__¿Que hiciste Melanie, tienes idea de lo que dirá la gente de ti?, no, no, ¿que van a decir de mi?, vas a volver al palacio y vas a hacer que hable conmigo, fue un acuerdo con su majestad, ustedes no pueden actuar por si mismos...

__Padre , está hecho, su alteza tiene una amante y ella está embarazada.

¡!

¡!

__Mejor para ti, tendrá que darte una cantidad extraordinaria de bienes y una disculpa pública...

__No quiero absolutamente nada de él, solo déjeme sola y pronto veré qué hacer , prometo no salir ni llamar la atención, estoy muy cansada padre por favor.

Lady Humpring se acercó a su hija, pero su esposo la detuvo.

__Vas a volver a tu palacio, o a una posada hasta que arregle tu desastre, ¡¡eres una tonta!!, nunca debiste firmar nadaaaaa, ahora lidia con tu error, yo no voy a permitir que mi honor y el de tus hermanas se vea afectado por esto, anda vete , busca a ese infeliz de Alejandro y dile que al menos te de alojamiento en el palacio, en una de esas y se apiada de ti y termina por nombrarte la nana de su bastardo.

Melanie sintió que cualquier cosa que hiciera o dijera, solo haría enfurecer más a su padre.

Sin decir nada más , se marchó.

Se tomó un respiro, sentándose en el kiosco bonito de la plaza central, admiraba la oscuridad de la noche, tenía mucha hambre y le dolían las piernas.

No tenía nada, estaba sola y con unas ganas tremendas de desaparecer, su propia familia le dio la espalda, los mismos que se llenaron de alegría cuando le dió el sí al príncipe.

__¿Que se supone que haré, como voy a vivir ahora?.__Se preguntó, ella sabía que la vida después de un divorcio, solo era favorable si había hijos de por medio, las mujeres divorciadas eran damas respetadas en contadas ocasiones, pero ella no tenía absolutamente nada con que defenderse.

Nadie en su familia le ayudaría, jamás iban a pasar tal vergüenza.

Se tocó su vientre.

__Solo somos tu y yo.

En el bolsillo de su pantalón tenía una moneda y un dólar, su lugar para el cabello y su teléfono.

Marcó el número que le contestaba aún si ya era muy tarde.

Un timbre.

Dos timbres.

__Holaaaa, ¿que tal tu visita a River Green?.

Melanie no pudo articular palabra.

__Melanie, ey, responde, ¿estás bien?.

__¡Puedes ayudarme, por favor, no se que hacer!.

Frederick Lindt escuchó la desgarradora voz de la chica y saltó sobre sus zapatos, tomó las llaves de su auto y rápidamente emprendió la marcha.

__Llegaré rápido, ve al hotel de madame Rous y dile que vas de mi parte, espera ahí , te juro que voy tan rápido como esta chatarra me lo permite...

Melanie colgó, su estómago rugió, recordándole que no había comido nada en todo el día.

Con el único dinero que tenía, compró un pastelito y se fue al hotel de madame Rous, esperando por la única persona que podría llevarla a un nuevo destino.