Reencarne En Un Personaje Extra

El Duque Jensen estaba furioso debido al reclamo hecho por Vizconde con respecto al comportamiento de David, pues cualquier padre estaría enojado si el futuro esposo de su hija, procura tanto a otra mujer, sobre todo cuando se trata de una que ya esta comprometida también, cuando David llegó a casa, su padre le recibió con el golpe.

- ¿sabes lo humillante que es recibir quejas sobre ti?

- padre...pero ¿que es lo que hice?

- mira que pasearte con otra mujer en la casa de tu prometida, eres un completo estúpido.

- padre, yo solo presente a lady Nina con lady Yue, creí que se podrían entender bien.

- absurdo, deja de ser estúpido, esa mujer ya eligió a otro, aunque sigas tras ella nada va cambiar, estas tirando a la basura tu futuro por una niña inútil.

- padre, no te permito dirigirte a lady Nina de esa manera, ella es una chica amable, no porque tenga una prometida voy a dejar de procurar a mi amiga.

- ¿amiga? Esa chica lo único que hace es usarte a su antojo, si necesita ayuda que se la pida al príncipe o a cualquier otro del palacio, pero no, se lo pide a su perro faldero.

Antes que David pueda responder, le da otro golpe, causando que esta caiga al piso.

- arregla tu desastre o te quedarás sin nada, si tu compromiso se rompe, olvídate de ser mi heredero. ¡ah! Y recuerda que debes escoltar a lady Becker al baile.

Dicho esto, el hombre se retira de la sala, el inútil de su hijo, no parece comprender que romper un compromiso, también significa perder un buen socio, pues aunque el título de Vizconde sea menor al Duque, el Vizconde tiene grandes riquezas y excelentes conexiones fuera del país. David se va a su alcoba, molesto por la actitud de su padre, todo por culpa de los caprichos de Yue.

Pasaron los días, hasta finalmente había llegado el día tan esperado, muy a su pesar, David debe llevar a Yue al baile, aunque siente que ella no merece ir por haberlo metido en problemas sin razón alguna, claro que, no le hizo mucho caso a su padre y seguía ayudando a Nina en lo que hiciera falta, no la dejaría solo porque otros no entienden que llevan una buena amistad, siendo ya la hora, llego con el carruaje a las puertas de la mansión Becker, pero, una de las doncellas, le informa que Yue se había ido hace media hora, causando que David se enoje por esa situación, nuevamente Yue esta haciendo un berrinche y luego lo culparan a él por no escoltarla. En el palacio, ya los invitados estaban llegando al salón de fiesta, Nina y Adrian saludaban a los presentes, ya que deben ser los anfitriones, debido a que el emperador y la emperatriz están fuera del país.

- lady Yue Becker, hija del Vizconde Becker, ha entrado.

Todos voltean, notando que ella ha llegado sola, cuando normalmente a esos eventos iba acompañada de David, Nina y Adrian se miran entre si, dudosos de la situación, Yue camina hasta ellos, haciendo una reverencia ante Adrian, pero ignorando a Nina, algo que obviamente llama la atención de todos.

- saludos su alteza, príncipe heredero, le deseo una maravillosa noche.

Dicho el saludo, levanta la cabeza mirando a Nina, quien se aferra al brazo del príncipe, se ve frustrada por las miradas de todos ante tal humillación.

- saludos lady Joly, tenga una linda noche.

Por supuesto, después de saludo, no hubo reverencia, solo se dio la vuelta para dirigirse a saludar a otras personas, Adrian también pudo notar lo sucedido, pero, reclamar algo así solo arruinaría más el ambiente, pero Nina ya esta muy nerviosa, era un hecho de que Yue la había menospreciado; David llegó más tarde, enterándose de la grosería que hizo Yue ante Nina, por lo que busca a la joven albina, quien platicaba con un grupo de chicas.

- ¿de verdad? Espero poder ir algún día.

- si, le recomiendo ir, es un sitió hermoso, el lago sobre to...

- ¡lady Yue! ¡No te basta con meterme en problemas, también le faltas al respeto a la prometida del príncipe heredero!

David había levantado al voz mientras sostiene a Yue del brazo tirando de ella con fuerza.

- ahora mismo vendrás a disculparte con ella...

Todos observan como la pequeña chica es arrastrada por David hasta donde Nina y Adrian están sentados, David empuja con fuerza a Yue ante ellos.

- anda, ofrece una disculpa por tu falta de respeto...

Yue levanta la vista viéndose enojada mientras se soba el brazo.

- ¿una disculpa? ¿No es ella la que debería pedir disculpas por pasarse los días coqueteando con mi prometido?

Yue le dirige una mirada feroz a Nina, quien enseguida se aferra al brazo de Adrian, el príncipe se pone de pié, mostrándose molesto.

- ¿que intenta decir lady Becker? No olvide a quien se dirige.

- no lo olvido alteza, pero debería fijarse mejor a que mujer elige como novia, se la pasa pegada a mi prometido y corre a él cuando porque no puede resolver ni el más mínimo problema, si no tiene un hombre quien se lo resuelva.

- y-yo...alteza...ella...

- lady Yue, lo que dice en este momento es algo muy grave, no olvide que Nina es mi prometida.

- lo tengo en cuenta majestad, pero ella y mi prometido ¿lo tienen en cuenta? Se aferran el uno al otro, para mi eso es más que sospechoso.

- lady Yue! Deja de decir tonterías, tus celos son absurdos.

- ¿celos? ¿Por ti? No me hagas reír, yo no tengo celos de nadie, soy mil veces mejor que ella, lo que yo soy, no podría serlo ni en un millón de años, valgo mucho, tanto que nisiquiera usted me merece.

Los murmullos y una que otra risilla se escuchaban por todo el salón, Yue acaba de herir el orgullo de David y esta exhibiendo a Nina como una mujerzuela, esa chica tiene mucho valor que cualquiera ahí presente y un ego bastante alto.

- basta lady Yue, no te permito ni un insulto más ni a mi, ni a Lady Nina.

- usted no me prohíbe nada y si tanto adora a su Nina, entonces quédese con ella, porque yo, Yue Becker, rompo mi compromiso con usted David Jensen, porque lo considero poca cosa para mi.

Nadie se esperaba un show como ese, el príncipe estaba pasmado al igual que los presentes, pues no sabía que Yue tenía esa clase de personalidad, Nina por su parte, seguía aferrada al brazo de Adrian y lloraba al sentirse insultada.

- me disculpo majestad por mi mal carácter, pero, piense bien, con quien se va casar.

Muestra una mueca de desagrado a Nina y después voltea para hacer una reverencia ante el príncipe, de ese modo se retira del lugar caminando a la salida del salón por supuesto con la cabeza en alto, David va tras ella después de reaccionar, la logra alcanzar cuando sube al carruaje.

- ¿como te atreves a hacer algo así? Regresa en este instante y disculpate ante todos.

- ¿por qué? Yo solo dije lo que nadie se atreve a decir ¿cree que soy la única que piensa así? Muchos de los que están dentro, creen que Nina Joly solo es una boba que llevará a la ruina al país.

David sujeta la mano de Yue y levanta la otra con la intención de darle un golpe, pero, antes del golpear, su mano es detenida desde la muñeca, al darse cuenta, era Ares quien había sujetado su mano y le aprieta con fuerza logrando que suelte por completo a Yue y le empuja lejos de ella.

- se necesita ser un cobarde para levantar la mano ante una dama. Aunque te he salvado de una paliza.

Mencionó a Ares a tono de burla, porque puede notar que Yue estaba ya lista para darle un golpe con el puño.

- ¿quien eres? No te metas plebeyo, esto es entre mi prometida y yo.

- ex prometida, lord Jensen. Archiduque Shadow, gracias por su ayuda.

Yue hace una reverencia ante Ares, sorprendiendo a David, no podía ser posible que fuese el Archiduque, no ese Archiduque, pues no acude a esas fiestas, menos si son fuera de su condado.

- tonterías, este no puede ser Archiduque y menos podrías conocerlo tú, Yue...

- ¿por qué no? Lo conocí en mi viaje y el Archiduque y yo, ahora somos muy cercanos.

Yue se abraza a la cintura de Ares y éste para seguirle el juego, pasa su mano en el hombro de Yue, sonriendo con burla ante David.

- lady Yue, no me digas que tú...

- lord Shadow, le importa si me voy con usted?

- para nada.

Sin hacerle mucho caso a David, Ares la levanta y la sube al caballo que tenía tras de él y sube tras Yue, tirando de las riendas para dirigirse a la salida, Ana que estaba en el carruaje hace que el cochero los siga, dejando a David ahí, sin poder hacer nada.