Entre la oscuridad y el eco de la sangre derramada, dos almas se cruzaron:
Elara Veyren, que deseaba liberarse del dolor, y Nyssa, que ansiaba una nueva vida.
El destino unió sus caminos.
Cuando Elara murió, Nyssa fue arrastrada hacia la luz, encadenada a ese cuerpo que dejaba de latir.
Cuando abrió los ojos, no estaba en el campo de batalla.
Estaba en la iglesia, vestida de novia… el día de la boda de Elara.
Pero ya no era la tímida joven.
Ahora, detrás de aquellos ojos grises, habitaba la mirada letal de La Furia Silente.
“Bien…
Me dan un matrimonio forzado, un esposo frío, una familia que la vendió…
No saben lo que acaban de desatar.”
Su sonrisa, apenas torcida y peligrosa, fue la primera señal de que la historia había cambiado para siempre.
NovelToon tiene autorización de Milagros Perez para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Dejando que fluya
—Selene se quedará esta noche. Se siente mal —anunció él, seco, deteniéndose frente a Elara.
Ella siguió subiendo la escalera —Ajá.
Ese simple sonido, carente de cualquier emoción, hizo que Darius entrecerrara los ojos. Estaba acostumbrado a verla reaccionar, discutir… no a esa indiferencia gélida.
Selene fingió un suspiro, acomodándose un mechón detrás de la oreja.
—Elara… espero que no te incomode. Solo será por esta noche… no me siento bien.
—Si claro.. Y yo soy Maria Teresa- balbuceo entrado en la habitación.
Se sacó la ropa, y se regaló en su bañera, estuvo un buen rato disfrutando.
– Sí Veilá me ayuda con esto, más que seguro Darius pasará con Selene, eso me dará más tiempo para los entrenamientos y que se complete su romance.. – sonrió – Tendría que pensar si pedirle el divorcio antes de la guerra .. Aunque faltan cuatro años, seguro ya me graduaré.
Suspiro imaginándose comandando a sus propios soldados y siendo rica.
•
—No entiendo por qué me odia tanto… —Sus ojos se humedecieron al ver distraído a Darius
Él resopló, mirando hacia la escalera.
—Ve a sentarte, seguro esta cansada. —Su tono era más áspero esta vez.
La cena estaba lista. Darius tomó asiento a la cabecera. A su derecha, la silla de Elara se sentó Selene, algo que miró con el ceño fruncido a Selene
—Ay.. ¿Ocurrió algo comandante?- dijo preocupada
Darius movió la otra silla apuntando– Ahí debes sentarte, ese lugar solo es de Elara.
Selene sonrió con frustración, es la primera vez que el le corría de ese lugar.
– No lo sabía, es que es tan cómodo, pero seguro no le molestara que..
– Señorita Selene, no demos malos entendidos. Por favor..
Dijo firme, seco y directo. Selene apretó los dientes, Gregori la miro de reojo, pero por dentro ya estaba sonriendo.
– Sí.. Comandante. No lo haré de nuevo, lo lamento—bajó la cabeza
Los sirvientes llevaron la comida, Gregori llevó una bandeja aparte a la habitación de Elara no pensaba bajar, siempre comía apurada en la otra vida y ahora que podría comer en su habitación con la comodidad de la cama no desaprovecharía.
– Gracias Georgi, yo llevare la bandeja más tarde no te preocupes
– Está bien Señorita.
Selene comía muy a gusto, Darius miraba de reojo el pasillo esperando que Elara bajará.
— ¿ La señora no Bajara ? —preguntó a Gregori.
– No Señor, pidió comida en la habitación.
—Debe estar molesta… mejor dejémosla.— agrega Selene
Darius apretó la mandíbula. Dejó el cubierto de golpe. Se levantó de la mesa, sin decir nada, dejando a Selene boquiabierta.
《 Pero.. Porque se preocupa por ella, Maldita sea 》
Darius subio los escalones de dos en dos y golpeó la puerta del cuarto de Elara.
— Elara..
Del otro lado, su voz llegó, baja, tranquila:
—Ya cené.
Darius se quedó un momento callado, la mano aún apoyada en la puerta. Algo en el tono le resultó extraño: no era desafío… era distancia.
— ¿Estás molesta? Abre.
Un momento de silencioso se plantó.
— No. Buenas noches Comandante.
Fue lo único que escucho con un apagó de luz en el borde de la puerta. Darius apretó los labios 《 Porque me molesta tu desinterés Elara..》 Giró sobre sus talones y bajó de nuevo pero no hablo más en la cena.
Selene apretó los labios detrás de su sonrisa dulce, le daba charla pero el solo asentía con la mirada perdida.
Selene apretó los dientes ya molestos.《Este teatrito tuyo no durará Elara.》 pensó, fulminando con la mirada la escalera.
••
Darius ordenó que le prepararan una habitación a Selene, justo bajo la suya.
《 Eras como car a mis encantos Elara 》 pensó Selene poniéndose el camisón más transparente que llevo.
La casa quedó en penumbra pasada la medianoche. Solo se oía el murmullo de los guardias terminado turnos.
Darius, desvelado, bajó las escaleras rumbo a la cocina.
Un golpe sordo lo hizo fruncir el ceño.
Se dirigió hacia el sonido, guiado por la tenue luz que se filtraba por los ventanales.La penumbra lo hizo avanzar más lento… hasta que tropezó con algo blando.
Perdió el equilibrio y cayó de rodillas, con las manos apoyadas en los hombros de quien estaba en el suelo.
—¿…Qué Elara—murmuró, alzando la vista.
La luz de la cocina se encendió con un clic.
Elara estaba junto al interruptor, con una bandeja en las manos. Se detuvo, arqueando una ceja al ver la escena.
《 La escena de la cocina, Sí que es toda una Gata en celo está hermana tuya 》 pensó Elara son sonrisa ladina.
Darius, todavía aturdido, se incorporó de inmediato… y entonces se dio cuenta de que Selene estaba debajo de él, en camisón, casi desnudada por el tropezón. Ella lo miraba con los ojos humedecidos.
—No… no es lo que parece —dijo Darius firme
Selene sollozó, cubriéndose el pecho con el camisón.
—Yo… yo solo bajé por agua, Hermana no es lo que crees —su voz tembló, demasiado dulce, poniéndose detrás de Darius
Elara dejó la bandeja sobre la mesa, tomó una manzana con calma y se la llevó a los labios.Masticó despacio, sin apartar la mirada de ambos.
Caminó hacia el interruptor, apagó la luz con un clic y, con la manzana aún en la mano.
– Pueden seguir.. - dijo sin más subiendo tranquilamente
Darius se quedó de pie, inmóvil, con el ceño fruncido. 《 Ella.. Ni siquiera le importo ¿Tanto cambio de una a otro? 》
Selene continuó con su llanto fingido. – Comandante .. Yo lo lamento – dijo con toda ternura, Darius la miró de reojo
Selene estaba con el hombro descubierto y el camisón demasiado transparente. 《No puede evitar mirarme.. Hermana, el será mío y no querrá ni tocarte 》
– Buenas noches, señorita Selene – se giró y se fue.
Selene levantó la vista de golpe por sus palabras, quiso tomar su mano pero ya estaba afuera del pasillo. 《 Que carajos.. Como pudo ignorarme 》
••