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Almas Cruzadas

Almas Cruzadas

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Venganza / Omegaverse / Embarazo no planeado / Reencarnación
Popularitas:8.2k
Nilai: 5
nombre de autor: krimenovel

En "En las profundidades de este mar oscuro," la protagonista, una exitosa pianista y escritora, se despierta desorientada en una cama con un hombre mirándola con desprecio. Al intentar recordar cómo llegó allí, se desvela una cadena de eventos espantosos: huía de su prometido, Ian, quien planeaba asesinarla. Tras descubrir una conspiración entre Ian y su amante para sacrificarla, es apuñalada y apenas logra escapar del edificio donde sucedió el ataque. Durante su huida, llama a su madre para alertarla sobre la traición de Ian y pedirle que investigue. Finalmente, gravemente herida, es rescatada por paramédicos y se enfrenta a una enigmática figura de otro mundo, aceptando una nueva vida para proteger a sus seres queridos.

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Entre Sombras y Confesionesll

No podía creerlo. ¿Qué me estaba diciendo este sujeto? Estaba completamente en shock. Este hombre, que era de las peores personas que el Ansel original pudo haber conocido, ¿ahora me estaba proponiendo borrón y cuenta nueva? No podía descifrar el sentimiento atorado en mi ser. Era una mezcla de resentimiento y furia que no se irían aunque volviera a nacer.

—¿Qué estás diciendo? —pregunté, mirando hacia otro lado.

No quería ver a ninguno de ellos por dos razones. La primera, necesitaba neutralizar mis emociones. La segunda, veía perfectamente a Leonora reflejada en una de las ventanas. No podía imaginar lo que era escuchar a la persona que amas decir lo que no querías aceptar. Aunque en la línea original ella era la más cruel de todos, sigo siendo humano. Es lógico sentir aunque sea un poco de lástima por ella.

—Así es, querido —intervino Lady Ross—. Mi hijo ya creció y sabe muy bien que tú eres el mejor para estar con él —tomó mi mano y la unió con la de su hijo—. Hagamos que esto nunca pasó, ¿sí?

Si fuera el Ansel original, estaría destrozado por la indiferencia hacia la pérdida de su hijo y la facilidad con la que querían voltear la página.

—¿Es así? —dije, intentando no poner una cara terrible al tener contacto con él—. Pero hace un momento me tiraste por defender a tu antiguo amor —mencioné mientras tocaba mi abdomen.

Tras decir esto, pude observar la expresión de Lady Ross al mirar a su hijo. Era como si no lo considerara su hijo, sino su enemigo.

—No lo tomes así, querido —dijo, abrazándome—. Mi hijo ha estado cegado por esa manipuladora mujer —me daba pequeñas palmadas en la espalda.

Entonces me di cuenta de que su hijo no me veía a mí directamente, sino que miraba un pequeño destello cerca de la cama. Al acercarse, notó que era un brazalete.

—¿Es tuyo? —me preguntó, mirando el tamaño del brazalete.

Por un momento, me quedé en shock porque era un poco más pequeño que mi brazo. No podía decir que era mío. Por el diseño, no podía ser de una de las enfermeras, por lo que seguramente era de Leonora.

—Oh, es bonito, ¿verdad? —dije mientras lo pedía de vuelta—. Me lo encontré cerca de la puerta. Como no apareció la dueña, pensaba dejarlo en recepción después de salir —dije mientras lo guardaba en un bolsillo de la bata del hospital—. ¿O acaso es tuyo?

Él negó rotundamente tener algo que ver con eso. Tras unos momentos de preguntarme cómo me encontraba, salieron a buscar algo de comida para ellos y para mí.

—Ya puedes irte —dije, acomodándome en la cama para dormir un poco—. Recuerda cerrar la puerta.

—Gracias —fue lo único que salió de sus labios. Acto seguido, se escuchó cerrar la puerta de la habitación.

Siendo sincero conmigo mismo, no esperaba que saliera nada de sus labios. Lo que le daba la libertad de ser tan engreída conmigo era que ella siempre apoyaba cualquier acto que tomara. Mentiría si dijera que no siento un poco de pena por ella, pero eso no cambiará lo que le hizo al Ansel original.

Pasaron unos días desde la última vez que vi a Leonora. Según uno de los guardaespaldas que me cuidaban, el mismo que detuvo a Leonora cuando intentó herirme, ella nunca estuvo detenida, solo tenía restricción de salir de su casa. También me contó que el día que se fue de mi habitación, fue directamente a hablar con Lady Ross. Según sus informantes, hubo una discusión y, supuestamente, Leonora voluntariamente se fue de viaje para reflexionar.

—Señor, ¿no va a investigar su paradero? —me preguntó mi guardaespaldas personal.

Era cerca del mediodía y estaba sirviendo té a mi acompañante cuando me hizo esa pregunta. No esperaba que sacara ese tema, ya que no se mencionaba desde hacía días. Me quedé asombrado por su pregunta, pero rápidamente cambié mi expresión a una sonrisa.

—¿Qué opinas? —le pregunté, bebiendo un poco de mi taza.

—La verdad, no tengo idea... pensé que se llevaban bien por su conversación —dijo, imitando mi acción y tomando de su taza.

Solté una pequeña risa y no dijo nada más, pero tampoco me miró directamente.

—¿Acaso debería buscarla? —dije, mirándolo con una expresión divertida—. Dime, ¿tú buscarías a la persona que más te hizo daño y te quiso quitar todo?

—No lo tome mal, mi señor... no es que quiera darle una orden, solo preguntaba por curiosidad —dijo, un poco tenso.

—¿Sabes? Me gusta que seas directo y sin tabús entre nosotros —dije, ofreciéndole una galleta de canela con miel—. No te preocupes por ella porque no es necesario preocuparse por ese asunto... Recuerda bien, querido, que cualquier persona que lastime a tu amo no merece ninguna consideración —dije, mirándolo con indiferencia.

—Lo comprendo correctamente, mi señor. Gracias por iluminarme —dijo, poniendo una mano en su pecho.

Le di una sonrisa en respuesta y seguimos conversando tranquilamente hasta la hora de la comida. Luego, me preparé para cenar con la familia.

Caminaba con mi guardaespaldas. ¿Cuál es su nombre? Ah, sí, Jack.

—Mi señor, ya estamos aquí —dijo Jack, esperando mi permiso para abrir la puerta.

—Adelante —dije, dándole mi mano para que me guiara.

Para mi sorpresa, Lady Ross no estaba sola. Con ella estaba una mujer que me resultaba increíblemente familiar. Mi corazón dio un vuelco cuando reconocí su rostro. No era mi madre biológica, pero se parecía tanto a ella que por un momento olvidé que en esta vida, ella no tenía ninguna relación conmigo.

—¿Madre? —dije, la palabra escapándose de mis labios antes de que pudiera detenerla.

La mujer levantó la mirada y sonrió con ternura.

—Ansel, querido. No soy tu madre, pero entiendo tu confusión. Me llamo Marta, soy una vieja amiga de tu familia adoptiva.

Lady Ross observaba la escena con una expresión calculadora. Parecía disfrutar de mi desconcierto.

—Marta ha venido a ayudarte, Ansel —dijo Lady Ross, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. Ella también está preocupada por ti.

Marta se acercó y tomó mis manos entre las suyas.

—Ansel, he oído lo que ha pasado. Quiero que sepas que estoy aquí para apoyarte. No estás solo en esto.

Sentí una mezcla de alivio y desconfianza. No sabía si podía confiar en esta mujer, pero algo en su mirada me decía que era sincera.

—Gracias, Marta. Aprecio tu apoyo —dije, tratando de sonar convincente.

Lady Ross interrumpió, su tono lleno de falsa amabilidad.

—Ansel, querido, creo que deberías descansar ahora. Marta y yo estaremos aquí si necesitas algo.

Asentí, sintiéndome agotado. Jack me ayudó a regresar a la cama y me acomodé entre las sábanas.

Mientras Marta y Lady Ross salían de la habitación, escuché a Lady Ross decir en voz baja:

—Recuerda nuestra conversación, Marta. Debemos mantenerlo bajo control.

Cerré los ojos, intentando procesar todo lo que había sucedido. La imagen de Leonora escapando sigilosamente seguía en mi mente, y sabía que tendría que enfrentar muchas más dificultades antes de que todo esto terminara.

Cuando finalmente me quedé solo, Jack se acercó y susurró:

—Mi señor, debemos estar alertas. No confío en Lady Ross ni en esa mujer, Marta. Algo no está bien aquí.

Lo miré y asentí lentamente.

—Lo sé, Jack. Mantén los ojos abiertos. Necesito saber en quién puedo confiar realmente.

Con esa advertencia en mente, cerré los ojos y me sumergí en un sueño inquieto, sabiendo que el verdadero desafío apenas comenzaba.

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Mary (Lupis❤️🌹)
cómo se te ocurre tomar la infusión... es muy sospechoso que tengas a tomarla todos los días y cuatro veces al día
Mary (Lupis❤️🌹)
pero no sé supone que la suegra si lo quería
Maribel Martinez echame
muy interesante y divertido
Mary (Lupis❤️🌹)
que está planeando
Mary (Lupis❤️🌹)
ok me gusta. pero en los primeros capítulos era fuerte y decisivo porque de repente se hizo lo contrario?
Mary (Lupis❤️🌹)
y el bebé??
Mary (Lupis❤️🌹)
yo quiero ver la confrontación con el marido
Mary (Lupis❤️🌹)
😱😱😱😱
Mary (Lupis❤️🌹)
ok interesante comienzo
la loca fuyoshi
bien hecho 👍
Maria Angelica Concha Madariaga
Excelente
Andrea B.
"Mi bebé (auto)" JAJAJAJA amé.
Kristal Llanos
Yo también tengo una dislexia terrible Jaja😅
Andrea B.
Qué fuerte.
Andrea B.
Leí "cuchara" JAJAJA, mi dislexia es terrible.
Alejandra Paganini
Excelente
Johana Cordova
seguiré leyendo. a ver.
Johana Cordova
ojalá no quede con ese patán. me cae de las patadas.
Nancy Salazar
Excelente
Johana Cordova
me gustó como empezó. la sigo..
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