La Venganza De Una Dama.

Luego de salir del restaurante decidí contarle a Gian todo lo que me había pasado antes del accidente.

— Antes de que empiece, quiero que quede claro una cosa, si te cuento esto es solo porque no quiero que ni tú, ni Marco, ni Estéfano se metan en mi vida.— Vi como puso sus ojos en blanco y empecé — Verónica... la loca qué nos cruzamos en el restaurante era mi mejor amiga. Tal vez la recuerdes fui con ella a la universidad.

— A sí... ahora que lo mencionas si recuerdo haberla visto contigo.

— Sí bueno... la conozco desde que tenía dieciséis años, siempre fuimos inseparables e incluso teníamos el sueño de abrir nuestra propia marca de ropa. En nuestro último año de universidad conocimos a Eric, mi exnovio. Para no extenderte mucho la historia, Eric y yo nos pusimos de novios y al mismo tiempo empezó a salir con Verónica. — Veo la mirada de mi primo y agregó — Yo no lo sabía, no lo supe hasta el día del accidente. Ese día los vi juntos, ella le pedía que me dejara ¿puedes creerlo?

Eso me afecto... mucho más de lo que me afecto la traición de él. Ella era mi amiga, mi hermana y no le importo traicionar nuestra amistad por un hombre.

Tal vez te parezca patético, pero siempre estuve celosa de ustedes tres. Yo quería tener eso que ustedes tenían...

— No, no me parece patetico Bella.

Sonreí por sus palabras y agregué.

— Creí que Verónica era leal conmigo y al darme cuenta de que ella buscó herirme me perdí. Ese día lloré mucho por su traición, hasta que no sé cómo, pero ese auto apareció y desperté en la sala de ese maldito hospital.

Al despertar fue una noticia más trágica que la otra, mi madre murió, papá lo había perdido todo, y mi mejor amiga se estaba por casar con mi novio.

Pudieron haber pasado dos años para todo el mundo, pero para mí aún se siente como si fuera ayer y es por eso que no voy a dejarles su vida en paz. Ya empecé con mi venganza llegando a su fiesta de compromiso y dañando su tranquilidad, pero aún no he terminado. Voy a acabar con ellos. No debieron meterse conmigo.

Mi mirada se ensombreció y mi primo sonrió al oír aquello.

— Sí necesitas mi ayuda...

– No, esto es algo personal, yo misma voy a acabar con ambos.

— Vaya veo que no por nada tú también llevas nuestro apellido. – Veo su sonrisa burlona y riendo igual que él digo.

— Cállate... Por favor no le digas nada a Marco, sé que si él se entera de todo esto se encargara a su modo y yo no quiero eso... Eso sería tenerles piedad y yo lo que busco es verlos destruidos.

– Creó que tienes una versión distorsionada de tu hermano — Dijo con una sonrisa en sus labios.— Marco si supiera lo que ellos te hicieron ya lo hubiera matado.

— ¿Y darles una muerte rápida? Ni de chiste, conozco muy bien a esos dos y sé donde debo atacar para darles donde más les duele.

— Muy bien, entiendo todo esto, ahora te pregunto ¿Qué tiene que ver Vladímir Salvatore en todo esto?

– Es el hermano mayor de Verónica y su única familia. Él es el hombre que ella más ama y si se lo quito estaremos a mano.

— ¿De eso hablaba tu amigo anoche?

– Sí, él sabe algo pero no toda la verdad. Voy a conquistar a Vladímir y ponerlo en contra de su propia hermana. Ya viste lo que sucedió en el restaurante, no es muy difícil sacar de quicio a Verónica. Sin su hermano, es cuestión de tiempo para que lo pierda todo y se quede completamente sola. Eric , por otro lado, es un oportunista que en cuanto ya no pueda beneficiarse de ella la dejará y es ahí donde empezaré mi trabajo con él. Pero primero necesito recuperar mi poción en la industria.

— ¿Es por eso que quieres viajar a París ahora?

— Sí, y no... necesito recuperar mi vida también. Ellos no solo me traicionaron por su culpa mi vida quedo en pausa y casi pierdo todo. Necesito recuperar lo que era mío y demostrarles que aunque intentaron acabar conmigo yo aún sigo de pie.

Veo como mi primo me mira orgulloso y asintiendo me contesta.

— Cuenta conmigo para ello...

Luego de haber hablado con él por un largo rato, decidimos regresar a la casa, pero para mi sorpresa el auto del señor Ferrer estaba estacionado en la entrada de ella. Miré a Gian sorprendida y dije.

— Gian ese es el auto del señor Ferrer...

Gian freno detrás de el y bajándose del auto, camino hasta llegar a la ventanilla del auto del señor Ferrer, y yo fui detrás de él. Vi como mi primo saco su arma de atrás de su espalda y golpeando la ventanilla con ella dijo.

— Bajé del auto.

El anciano al ver a mi primo bajo del auto con una sonrisa en sus labios y dijo.

— Tranquilo muchacho...

Veo como mi primo lo mira sorprendido, pero a la misma vez con enojo y dice.

— ¿Este es el hombre que te cuido en el hospital Bella?

— Sí... Él es el señor Ferrer...

Veo como los hombres de seguridad se acercan al auto y al ver al anciano todos bajan sus armas.

— Vaya abuelo, no sabía qué ahora también eras actor.

— Que puedo decirte hijo, hay muchas cosas aun que tú no sabes de mí.

Veo como Gian vuelve a guardar su arma y dice.

— ¿Qué haces aquí viejo? Espera un momento, ¿fuiste tú quien oculto a Bella de nosotros?

— Contestando tu primera pregunta, vine a ver a mi nieta. Y segundo si, yo la oculté. Si me visitarán más seguido sabrían por qué lo hice.

Veo como Gian lo mira más que furioso y contesta.

— Ya recuerdo por que nos alejamos de ti, estas demente viejo... ¿como se te ocurrió hacernos algo como eso a todos?

— Cállate... Dije que tenía mis motivos y se los voy a decir pero solo cuando toda la familia esté reunida.

Mire al señor Ferrer en silencio hasta que sus ojos se posaron en mí y dijo.

— Lamento Bella que tengas que haberme conocido en estas circunstancias, pero fue la única manera de mantenerte a salvó.

Veo como intenta acercase a mí y retrocedo para luego decir.

— ¿Mintiéndome? ¿Por qué no me dijo la verdad?

– Es difícil de explicar, pero por mi relación con tu padre y luego con tu hermano, tenía miedo de que tú rechazaras mi ayuda si sabías quien era...

Mire al anciano con algo de lástima, pero aun así dije.

— Hablaremos de esto luego, tiene mucho que explicar. — Sin más caminé con dirección a la casa y al ver que no me seguían dije— ¿Qué esperan? ¿No piensan entrar? Gian llama a mi hermano y al tuyo quiero oír lo que este señor tiene para decir.

Sin más volví a seguir mi camino y pronto ambos ingresaron también a mi hogar. Estaba sorprendida por lo que estaba pasando, pero ahora que lo pensaba mejor, había algo familiar en la mirada de aquel anciano que me hizo confiar en él desde un primer momento. Ahora que sabía que ese hombre era mi abuelo todo parecía tener más sentido.

No pasaban de las dos de la tarde cuando Marco, y Estéfano llegaron, e ingresando bruscamente a mi casa, mi hermano grito.

— Acaso perdiste la cabeza viejo...

Me levanté de mi asiento para intentar calmarlo,, pero a diferencia de todos nosotros, mi abuelo parecía ser el único que estaba disfrutando de esta reacción. Pronto Estéfano dijo.

— Marco cálmate, no ves que eso es lo que este viejo maldito está buscando

Mi abuelo sin ni siquiera mover un músculo solo contesto.

— Sí se calman voy a contarles que fue lo que pasó...

Sin más entre Estéfano y Gian, calmaron a Marco y luego todos guardamos silencio a espera de una explicación...