Mildred es una mujer que siempre se ha dedicado a su marido y a sus hijos, dejando su carrera en segundo plano. A cambio, su esposo se quedó con su mejor amiga, lo que le costó su amor y ahora lucha por reiniciar su vida. Ella todavía lo ama y lo que más desea es olvidarlo.
Valentín comenzó desde cero y se convirtió en uno de los mayores empresarios de Nueva York y de los Estados Unidos. Es un hombre frío, calculador y extremadamente sistemático. Le gusta aparecer con mujeres hermosas y jóvenes. Tuvo un romance de un año con una modelo considerada la más bella del país. Tuvieron un par de gemelos, pero antes de que nacieran los niños, ya no estaban juntos. Las mujeres dicen que no tiene corazón, que es frío, sistemático y temido. Sin duda, es una persona muy importante e imponente; se dice que trabaja con la mafia, y algunos incluso especulan que es parte de ella.
La Navidad se acerca y él necesita urgentemente ayuda con su familia; ella, por su parte, necesita dinero y una oportunidad para mudarse de ciudad. Sus destinos se cruzan y, de un lado, hay un corazón roto que quiere olvidar un amor; del otro, un corazón que nunca ha amado ni se ha dejado amar. Dicen que en Navidad suceden milagros, ¿será cierto?
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Capítulo 10
Mildred
¿Qué querrá el señor Estresadito? Está en crisis, apuesto a que más favores.
Llego a la sede del grupo, que es gigantesca, y todos me miran como si fuera una extraterrestre, porque en realidad aquí todos andan muy arreglados, de uniforme, que es social, las mujeres están como la otra vez, traje sastre, maquillaje, el pelo arreglado...
Como estamos cerca de Navidad, hace frío y generalmente nieva, hoy gracias a Dios no está nevando.
Estoy en pants y tenis, ¿él también qué quería?, ¿que estuviera maquillada, de tacones...? Mejor que deje de irritarme.
Quien me atiende es la misma chica de la otra vez.
Jade sonriendo – ¿Es para hablar con el señor Valentin?
Mildred – Ah, seguro que el señor Nerviosito ya avisó.
Ellas riendo – Si él te escuchara.
Mildred – Voy a hablar con él así que lo vea.
Jade – Estás loca, ¿sabes que el señor Valentin es extremadamente sistemático y exigente?
Mildred – Dicen, pero no me importa, sé que quieren saber si estaba haciendo senderismo, ¡y no! Fue el Estresadito el que me hizo venir corriendo.
Jade riendo – ¿Por casualidad el señor Estresadito es el señor Valentin?
Mildred – Él mismo.
Ellas riendo – Buena suerte.
Mildred – Creo que él es quien la va a necesitar.
Ellas terminan riendo, ella ya sabía el procedimiento, lo hace y sube.
Jade – Chicas, está chiflada.
Bete – Me cae bien, tiene lo que ninguna de nosotras ni ninguna otra mujer tiene.
Ellas – ¿Qué?
Bete – Coraje para decirle las verdades al señor Valentin.
Ellas – Es verdad.
Mildred
Llega el ascensor y veo a Bernadete y a Marie, que me mira incrédula, seguro que por la ropa.
Mildred – Hola.
Ellas – Hola, Mille.
Marie – Mille, ¿qué ropa es esa?
Mildred se mira – Pants, ¿parece que no conoces?
Marie – Es que estamos en una empresa muy formal y además vas a hablar con el señor Valentin.
Mildred – Ahórratelo, Marie, él es el apurado.
Bernadete riendo – Él ya te está esperando.
Mildred – Genial, ya entro.
Bernadete – Ella va a enderezar al señor Valentin.
Marie – Él la va a echar de la empresa, eso sí.
Bernadete – Para nada, quería información de ella y ordenó que la llamaran.
Marie – Ojalá tengas razón, Be, me cae bien.
En la sala de Valentin y los chicos.
Martin – La recepcionista avisó que Mildred ya subió y le pedí a Bernadete que la hiciera pasar en cuanto llegara.
Valentin – ¡Estupendo!
Hector – Apuesto a que ni siquiera va a cobrar, para ser la novia del bombón de ahí.
Ruy – Todas quieren un noviazgo con el famoso Valentin Carters, el galán del momento.
Martin iba a hablar y ella llama a la puerta y entra.
Ella estaría como en la foto de la actriz de internet.
Valentin
Mildred llama a la puerta y entra, ¿¿¿está en pants??? Pero es guapa de todas formas, cuando cierra la puerta, tuve la visión de su trasero, ¡guau! Qué mierda estoy pensando...
Mildred – Hola.
Ellos – Hola.
Valentin mirándola de pies a cabeza.
Mildred – Ni se les ocurra mirarme con esa cara, como si nunca hubieran usado pants en su vida o no hubieran visto a nadie usándolos,
y además el señor Estresadito es el culpable, porque me hizo salir como una loca, espero que nadie haya muerto todavía.
Ruy – Solo una pregunta, ¿el señor Estresadito es Valentin?
Mildred – Sí.
Los amigos se ríen a carcajadas.
Valentin – Necesito otro servicio tuyo y no me llames Estresadito.
Mildred – Me lo imaginaba y creo que es de vida o muerte.
Valentin termina sonriendo – Sí, podemos decir que sí. Necesito que finjas ser mi novia.
Mildred ríe – Hum, no.
Valentin – Entonces podemos, ¿dijiste NO?
Mildred – Exactamente, puedo deletrearlo si quieres N O ~ ¡NO! ¿Eso era todo?
Valentin pensando cómo no, todas querrían ser mis novias y aunque les pidiera que fingieran les encantaría, ¿tendré que pagarle para que finja?, ¡no lo creo!
Nunca le he pagado a ninguna mujer.
Martin veo que Valentin está paralizado, claro, nunca lo ha logrado en su vida, hasta yo estoy admirado y muerto de ganas de reírme en su cara, pero mejor avisarle que se está yendo.
Martin – Oye, Valentin, Mildred se está yendo.
Valentin – Espera, Mildred.
Mildred se detiene casi en la puerta.
Valentin – ¿Cuánto quieres por fingir ser mi novia hasta fin de año?
Mildred – Ya tenemos un acuerdo, un contrato y no hago ese tipo de servicios, señor Valentin, así que no quiero más dinero. Simplemente no voy a fingir ser tu novia, pero debe haber muchas dispuestas a hacerlo.
Valentin – Por favor, Mildred, van a pensar que es real y eres una mujer madura, sabes cómo funcionan las cosas, es un negocio, te pago 50 mil dólares.
Mildred – ¡No! Y sé que debes estar pensando, todas aceptarían gratis o si no, no rechazarían 50 mil dólares. Solo que mi madre siempre me decía "Tú no eres todo el mundo", así que la respuesta sigue siendo ¡No!
Hasta mañana en tu casa.
Mildred pensando alterada, ¡loco! ¿¿¿Quién se cree que es, me hizo salir de casa para esto???.
Valentin pensando – Mierda, necesito a esta mujer, piensa Valentin, piensa, piensa.... ¡ya lo sé!
Mildred – Sale enfadada y solo se despide de Bernadete y Marie, que la miran sin entender nada.
Valentin sale rápidamente, lo que llama la atención, él yendo detrás de alguien y
va tras ella antes de que se cierren las puertas del ascensor – Entonces voy a cambiar la propuesta (desde donde estaban las secretarias no se podía oír).
Sé mi socia en una tienda de decoración de fiestas infantiles, sé que tenías una.
Yo pongo todo el dinero y tú el trabajo.
Mildred pensando ahora sí que se ha pasado, ¡eso estaría muy bien! Podría quedarme a vivir aquí, no tendría que ver a Bárbara y a Brian desfilando juntos todos los días, no tendría que escuchar esos comentarios ridículos, podría tener un ingreso y Melinda cambiaría de escuela, porque sé que dicen que su padre cambió a su madre por otra, pobrecita...
Valentin
Vi que ella vaciló.
Valentin – Mildred, escúchame, son solo unos días.
Mildred – Volvamos a tu oficina y hablamos mejor, creo que no quieres que se enteren, además de los chicos que trabajan contigo.
Valentin – Exactamente.
Él extiende la mano indicándole que pase primero y la sigue.
Bernadete riendo – Te lo dije, Marie, ¡ella ya lo hizo salir como un cohete de la oficina detrás de ella, y él nunca había hecho eso!
Hermosa historia gracias escritora por compartirla 🥰