Lía Smith fue huérfana desde muy pequeña, pero eso no le impidió que siguiera adelante. Día a día lucha por terminar su carrera y ser alguien profesional. Ella jamás imaginó que, por la mala jugada de una supuesta amiga, ella quedaría atrapada en manos de un peligro hombre llamado Matteo, quien exige su dinero de vuelta o Lía no podrá ser libre.
¿Podrá Lía escapar de las manos de Matteo?
Descúbrelo en esta emocionante historia llena de pasiones e intrigas.
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Traicion
▪︎ Matteo: siento un gran golpe. Miro a mi lado y la gatita no está por ningún lado. Le grito al chófer: '¡Para ya! ¿No ves que la gatita se acaba de tirar del coche? ¡Qué valor tiene de hacer algo así cuando el coche está en movimiento!' Salgo rápidamente y la veo corriendo hacia unas personas. Voy tras ella y la atrapo antes de que pida ayuda. La tomo y ella intenta separarse de mí, así que la sujeto con más fuerza. De un momento a otro, cae en mis brazos.
▪︎ Lía: me despierto asustada, trato de levantarme rápido, pero el dolor en mi pierna no me deja. Miro hacia todos lados, pero no reconozco nada. ¿Dónde estoy? De un momento a otro, entra una señora, me ve a los ojos y me dice...
▪︎ Eva: Qué bueno que está despierta, señorita. No se preocupe, ahora mismo llamo al joven amo para que venga a verla. No se preocupe, espere aquí.
▪︎ Lía: antes de que pudiera preguntarle cualquier cosa, la señora salió rápidamente de la habitación diciéndome que ya venía alguien a verme, un joven amo o algo así. No entiendo nada.
▪︎Matteo: No puedo creer que una gatita rabiosa me haya impresionado tanto. Se ve tan inocente, pero estoy seguro de que es muy astuta; por algo es amiga de Dana. Pero que ni crea que me podrá engañar; tendrá que compensarme por su amiga. Nadie la manda a estar en el lugar equivocado. Tocan a mi puerta y digo: adelante.
▪︎ Eva: Joven, ¿puedo entrar? Con permiso, es para decirle que la señorita que trajo ya despertó,quiere ir a verla. Yo la vi mejor, pero creo que se lastimó la pierna porque no podía caminar bien.
▪︎ Matteo: Gracias por avisarme Nana. No te preocupes por ella; en un momento voy a verla, ya que tengo algo importante de qué hablar con ella. Termino de tomarme el café y voy a su habitación. Entro y ella está tratando de abrir la ventana. Le digo: 'No pierdas tu tiempo, no podrás salir de aquí, así que toma asiento. Tenemos que hablar.'
▪Lía: Estoy tratando de escapar de este lugar; algo me dice que no puedo quedarme más tiempo aquí, así que intento abrir la ventana. De repente, escucho una voz firme y fuerte que me dice que no pierda mi tiempo tratando de escapar. Me volteo y allí estaba ese hombre pardo, mirándome muy tranquilamente. Yo le lancé una mirada de odio y él me sonrió. No entiendo qué es lo que quiere este hombre de mí, así que le pregunto: '¿Qué es lo que quieres de mí? Que yo sepa, no te conozco y mucho menos te debo nada.' Así que, por favor, déjame ir.
▪︎ Matteo: ¿Por qué tendría que dejarte ir? Ya te lo dije, tú me perteneces, así que toma asiento. Así están las cosas: tú eres la única que puede hacer que Dana regrese a mí. Así que, mientras ella regresa, tú serás su sustituta y me atenderás como ella lo hacía. No pienso perder, así que te aconsejo que no trates de escapar de mí, porque eso sería inútil. ¿Entiendes?
▪︎ Lía: No, claro que no puedes hacer eso. Yo nunca he estado con ningún hombre y tengo claro que no quiero estar con un hombre como tú, que cree que tiene el derecho de comprar a las mujeres solo porque tiene dinero. Así que ni te atrevas a tocarme, porque juro que te mato.
▪︎ Matteo: Ja, ja, ja. ¿Y tú crees que yo me voy a creer eso? Eres igual que Dana, que se vende por unos cuantos pesos. Así que deja de bromear y cállate, que no estoy de buen humor. He tratado de no hablarte mal, pero creo que es lo que a ti te gusta, ¿no? Salgo de la habitación dejando a la gatita con los ojos llorosos. Si quisiera, podría encontrar a Dana en este momento, pero no quiero, ya que esta mujer me gusta y, así venga Dana, no la dejaré hasta que me canse. Virgen, si, cómo no. Me río y entro a mi despacho.
▪︎Lía: no entiendo por qué este hombre quiere hacerme daño. Esto no debería estar pasando. De un momento a otro me pongo a llorar; no sé qué hacer. Me acuesto en la cama, pero las lágrimas no dejan de salir de mí. No entiendo por qué solo me pasan cosas malas. Siempre trato de ponerle una buena cara a la vida, sin importar lo mal que me vaya, pero creo que no puedo más. Recuerdo que antes de salir de la casa tomé mi teléfono y lo traje conmigo. Seco mis lágrimas y empiezo a llamar a Dana le respondo y se me quita un peso de encima. Le digo: 'Amiga, qué bueno que pudiste contestar, necesito tu ayuda'.
▪︎Dana: Ay, Lía, ya te dije que no quería que me molestaras por ningún motivo. Ahora que quieres hablar, no estoy de buen humor. El idiota de Isaac se fue con una chica que conoció y me dejó sola; es un maldito. Pero no me importa porque conseguí un nuevo patrocinador que me trata muy bien. Bueno, dime qué quieres rápido, que tengo que irme.
▪︎ Lía: amiga, ¿me puedes contar eso más tarde? Ahora necesito que vuelvas; el hombre con el que andabas llegó a tu casa y la volvió patas arriba. Ahora me tiene en su casa y dice que no me soltará hasta que tú regreses. Por favor, ven, ese hombre me da miedo. Además, quiere que me acueste con él; tú sabes que soy virgen y no quiero que me obliguen a hacer ese tipo de cosas. Por favor, ayúdame.
▪︎ Dana: Ay, por favor, Lía, solo acuéstate con él. No tiene nada de malo; además, ese hombre es hermoso, ¿o me dirás lo contrario? Y no pienso volver todavía, así que acostúmbrate. Mientras yo tomo unas vacaciones, no te preocupes; cuando regrese, tú podrás irte a donde quieras. ¡Chao, me llaman!
▪︎ Lía: No, espera. Dana, no puedes hacerme esto. No puedo creer lo que acabo de escuchar; todas mis esperanzas de poder salir de aquí se acaban de esfumar. No puedo creer que Dana me deje en esta situación. Me tiro en la cama a llorar y me quedo dormida sin darme cuenta.