Estoy en lo más alto de mi edificio, viendo a la gente como hormiga ir y venir pensando que tan grande es el mundo y nosotros tan pequeños, soy Ana Leal una reconocida diseñadora de moda, famosa y con el título de bruja de hielo, por ser despiadada y no tocarme el corazón para destruir a nadie, solo que a veces vienen a mi mente recuerdos de mi pasado y la antigua yo quiere volver a salir, es entonces cuando recuerdo que no obtuve nada por ser buena y amable, en ese tiempo solo recibí malos tratos y maldad, por nada del mundo vuelvo a ser así de frágil...
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Capitulo VIII La rueda de prensa
Ana
El día de salir a la ciudad llegó, estaba muy nerviosa pues este mismo día acudiremos a la rueda de prensa, estudie lo que Gabriel me pasó y todo era una gran mentira, según este yo soy huérfana, recién graduada en diseño de modas y nos conocimos en un evento de caridad realizado por él en uno de los tantos pueblos que visita, es decir, soy la cenicienta y él un príncipe encantador espero no ponerme más nerviosa de lo que estoy.
Gabriel: en qué piensas?
Ana: estoy repasando en mi mente lo que me pediste estudiar.
Gabriel: no te preocupes por nada yo te voy a estar apoyando.
Ana: bueno gracias (modo sarcasmo).
Gabriel: jajaja nunca vas a cambiar y de corazón espero que no lo hagas.
Ana: no tendría por qué hacerlo se supone que me amas tal cual soy.
Gabriel: así es amor mío.
Ana: hasta piensas que te voy a creer.
Gabriel: ahora tenemos que practicar lo más importante.
Ana: que cosa, acaso hay algo más que debo memorizar.
Gabriel: nada de eso.
Me pidió que me acercara a él, pues tenía algo que decirme cuando estuvimos lo bastante cerca me sentó en sus piernas y me besó, solo que esta vez el beso fue lento y tierno, sabía que solo era parte de nuestra actuación así que le seguí el beso, cuando por fin nos separamos este se quedó abrazándome yo ni me movía, me quedé muy quieta dejando que él oliera mi aroma, fue muy extraño porque por primera vez no sentí la necesidad de apartarlo y salir corriendo.
Gabriel: así debemos actuar ante los demás y en especial ante mi madre ella es muy suspicaz y puede descubrir lo que realmente somos.
Ana: lo entiendo no dejaré que me descubra, pero a cambio quiero que me des algo de libertad.
Gabriel: sabes que eso es imposible, eres mía y no permitiré que te vayas jamás.
Ana: no entiendo por qué ese afán de retenerme a tu lado, a veces siento que me odias me gustaría entender que está pasando.
Gabriel: sabes que no me gusta que andes haciendo tantas preguntas, solo entiende una cosa tú me gustas mucho y no quiero perderte.
Ana: si tú lo dices.
Me levanté de sus piernas y me fui a mi lugar, al poco tiempo el piloto informo que estaríamos pronto a aterrizar, estuvimos volando aproximadamente una hora, quiere decir que la isla está algo retirada de la ciudad. Nos bajamos del avión y Gabriel me llevo a un salón donde me maquillaron, me peinaron y hasta me dieron un cambio de ropa, mi apariencia cambio totalmente el conjunto era un pantalón negro con una camisa azul y un blazer negro, zapatos cerrados de tacones, me recogieron el pelo en una cola alta igual que el día de mi cumpleaños y mi maquillaje era más sofisticado, al verme al espejo respire profundo esperando a que Gabriel dejará de hablar por teléfono y nos fuéramos a la fulana rueda de prensa, Gabriel se volteó a verme y en su cara se reflejó asombro.
Ana: que pasa tengo algo malo?
Gabriel: no querida te ves hermosa, bueno tú siempre estás hermosa así te pongas un saco y estés desaliñada, siempre te ves hermosa.
Sabía que sus palabras eran puro sarcasmo, pues él ya me había visto en ese estado. Nos fuimos rumbo a la dichosa entrevista no sin antes ver cómo las mujeres que nos atendieron lo veían con cara de estúpidas, si ellas supieran que realmente me tiene secuestrada y que todo esto es un circo montado por él no lo verían de la misma manera.
Llegamos a una empresa enorme, mi vista no alcazaba a ver el último piso de ese lugar, Gabriel me tomo de la mano y entrelazó nuestros brazos, entramos a la empresa bajo la mirada curiosa de todo el personal, en este tiempo en cautiverio aprendí a ser déspota y tratar a la gente como si yo fuera superior u esa era la cara que quería mostrar y así su mujer perfecta se iría a la mierda.
Gabriel: cambia esa mirada de sobrada lo que menos quiero es que digan que mi futura esposa es una engreída.
Ana: vete a la mierda yo actúo como me dé la gana.
Al terminar de decir aquellas palabras Gabriel me volteo quedando frente a frente y me planto un beso.
Gabriel: haces lo que yo diga y punto.
Ana: te odio.
Gabriel: muy tu problema es.
Seguimos caminando bajo la mirada curiosa de toda esta gente, llegamos a gran salón donde ya nos esperaban los reporteros, me senté cuando a lo lejos escuché un ladrido y luego otro voltee a ver emocionada de donde salía aquel ruido y para mi sorpresa vi a mi Ponki, no lo podía creer Gabriel lo había traído estaba muy emocionada.
Fui en busca de mi buen amigo me agaché a su altura y empecé a abrazarlo y este me devolvía el abrazo, Gabriel se acercó a nosotros y me tomo de la mano.
Gabriel: esta es la Ana que quiero ver y que todo el mundo vea, vamos a nuestro lugar y sigue sonriendo, ya que tu querido perro vivirá con nosotros.
Ana: gracias Gabriel muchas gracias.
Gabriel: no agradezcas solo has tu trabajo.
Y así fue dimos la rueda de prensa me porte bien, con elegancia y gentileza tal como Gabriel me había pedido.