AMOR INESPERADO.

Media semana había pasado y Diana no perdía el tiempo, estaba tan desesperada por conseguir una solución para pagar la deuda de su padre con el banco.

Pero por más que llamaba, y visitaba a algunas personas para ofrecerles las tierras qué su padre había comprado y que habían sido un completo fracaso para el cultivo de aguacate, no logro encontrar quien las pudiera comprar, a nadie le interesaban esas tierras ya que era un llano el cual no servía para el aguacate algunos le recomendaban qué las ofreciera a algún ganadero.

Y aunque si lo hizo, no logro venderlas, unos cuantos se interesaron en ellas, sin embargo, no tenían el capital para comprarlas, pretendían qué les vendiera solo una parte algunos querían solo unas 5 hectáreas y no era lo mejor.

Al fraccionar la tierra solo perdería aún más su valor. Diana estaba frustrada le dolía la cabeza de tanto pensar en una solución para pagar la deuda y no tener que casarse con Roberto.

No quería ni pensar en convertirse en su esposa, la única esperanza que Diana tenía era qué Roberto la rechazará al saber que ya no era virgen, ya que era machista, para él una mujer que no era virgen ya no valía nada, pero, sin embargo, el cómo hombre si podía meterse con cuantas se le pusieran enfrente.

Esa forma de pensar a Diana le molestaba sobremanera y aunque en algún tiempo si llego a sentir algo por él, ahora realmente no lo soportaba y no quería ni imaginar como sería su vida si se casará con él.

Por otro lado, Diana empezaba a creer que todos los hombres eran unos idiotas, ya que ahora estaba metida también en otro grande problema qué la tenía muy estresada apenas si dormía de estar pensando en como lidiar con esos dos bastardos que la tenían entre la espada y la pared.

Diana transfirió todos sus ahorros a su madre para que dieran algo al banco, con eso estaría tranquila por unos días mientras pensaba que hacer, sin embargo, su madre no había día en que no la llamará para presionarla qué aceptará casarse con Roberto.

Pues para Fátima la madre de dina era mejor que Diana aceptará a Roberto así ellos no tendrían qué preocuparse por nada ya que Roberto aparte de pagar la deuda con el banco, se había comprometido a cambiarles las tierras por huertas de aguacate en producción.

La desmedida ambición de Fátima la había llevado a actuar de esa forma, no le importaban los sentimientos de Diana solo buscaba su propia comodidad.

Roberto al saber que Diana se había negado a casarse con él estaba tan enojado, pues no aceptaba qué Diana lo hubiera rechazado, su rostro lucia sombrío mientras pensaba.

- Eres tan tonta, crees que con esa miseria qué le diste al banco te dejara en paz, tarde o temprano tendrás que venir a mí a suplicarme por ayuda. Le dio un trago a su bebida mientras dijo de eso yo me encargo, nadie te comprará las tierras. Si yo no lo autorizo.

Roberto se había encargado de echar abajo cada intento de Diana por vender la tierra él había hablado con los que estaba interesados en adquirirlas y todos terminaron desistiendo.

Cuando alguien parecía realmente interesado, por una cosa o por otra no se lograba concretar nada.

Y para colmo ya se había cumplido el plazo qué Mateo le había dado.

Al dia siguiente de estar con Mateo, Diana Hablo con Roxana para presentarle su renuncia Diana le dijo qué había conseguido un trabajo donde le pagarían mejor y dado qué ocupaba mucho el dinero tendría que aceptarlo y aunque Roxana le ofreció un poco más de lo que ganaba no se comparaba con lo que ganaría en el otro trabajó, así que no le quedo de otra que dejarla ir no sin antes reiterarle que el trabajo estaba disponible para cuando quisiera volver.

Diana le dijo que solo trabajaría esa semana, Así que al llegar el sábado Diana recogió sus cosas y se despidió de todos para después salir de allí con los ojos a punto de llorar.

El lunes por la mañana, como siempre se levantó temprano, se bañó y desayuno un pan con mermelada y un café en compañía de Tía Lulú, se despidió como siempre de ella y salió para ir a su nuevo trabajo Diana estaba muy nerviosa pues no sabía qué esperar.

Después de bajar de el microbús finalmente Diana estaba frente a una grande puerta de color negro qué tenían de diseño un par de caballos. Y arriba con letras grandes un letrero qué decía Covarrubias.

Diana sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, los pies le temblaban, pero aun así, trataba de sacar fuerza para enfrentar esta situación.

Diana respiro profundo y toco el timbre al momento la puerta se abrió y le permitieron pasar, ella saludó amablemente y le dijo que era su primer día de trabajo allí.

Él le pregunto si es que sabía manejar a lo que Diana le dijo qué si, de inmediato le indico que usará un carrito algo parecido a los de Campos de golf para que se dirigiera a la casa, ya que estaba un poco lejos de la puerta principal qué el señor Mateo la esperaba.

Le indico como llegar y le dio las llaves Diana las tomo nerviosa mientras, se dispuso a entrar.

Diana estaba sorprendida al ver lo grande que era la finca, se veía grandes extensiones de tierra aunque fue poco lo qué pudo ver, ya que entre más avanzaba solo podía ver grandes árboles, todo estaba cubierto de pinos y unos cuantos encinos, era agradable conducir por allí, él caminó estaba adoquinado. Al llegar había una gran patio ella ubicó rápidamente donde estacionar el vehículo y se bajó.

Diana levantó la vista para ver la grande casa qué estaba frente a ella imponente y hermosa.

Mateo qué estaba tras su ventana esbozo una grande sonrisa al ver que Diana había llegado.

Diana pudo notar qué la casa tenía grandes jardines aunque muy pocas plantas que dieran flores en su mayoría eran platas ornamentales de hojas verdes. Y más retirado lo único que se apreciaba eran árboles la casa estaba rodeada de un gran bosque, todo allí era agradable.