Cuando la familia de Saya es tomada como rehén por los soldados del despiadado Alfa Kadir, el destino parece sellado. Sin embargo, en medio del caos, aparece Savir, el Alfa supremo de la manada Luna Dagda, un lobo temido en todas las regiones por su fuerza implacable y su corazón helado desde la muerte de su compañera.
Como pago por su vida, el padre de Saya promete entregarle a su hija mayor en matrimonio... sin imaginar que esa hija ya ha sido prometida a otro.
La deuda debe saldarse, y la única opción es Saya.
Obligada a ocupar el lugar de su hermana, Saya es entregada al Alfa como una novia de reemplazo, condenada a compartir lecho y manada con un lobo al que teme... y que no tiene intención alguna de amar.
Savir ha jurado lealtad eterna a su compañera fallecida. Para él, Saya no es más que una sombra, una sustituta.
Pero hay un secreto que el destino no tardará en revelar: la sangre de Saya lleva la marca. Ella es su verdadera pareja destinada.
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Capítulo: ¡Antes te mato!
Saya no supo cuánto tiempo pasó, había oscurecido, hasta que, por fin, escuchó voces, el carruaje se detuvo.
Ella estaba somnolienta, pero cayó en cuenta de que era probable que hubiesen llegado.
Tuvo terror. Su corazón latía como si fuera a salir.
Un sirviente tocó la puerta, ella se envolvió en esa capa.
Abrió la puerta, aunque quiso escapar.
Tomó la mano que le ofrecieron, y bajó del carruaje.
—Bienvenida, Lady, por favor, sígame, la llevaré a sus aposentos —dijo la voz de una mujer, Saya no dijo nada, asintió y fue detrás de ella.
Reconoció el mismo castillo de piedra.
Al entrar, la empleada la llevó hasta los aposentos.
—Es de noche, milady, el Alfa Savir se disculpa por no recibirla como se merece, mañana mismo él hará un banquete por su presencia.
Saya no dijo nada. La mujer salió, pero algunos criados aparecieron con comida, le prepararon un baño.
La habitación que tenía era amplia, era cómoda.
«Por ahora no se han dado cuenta de nada, ¿podría ser que ese Alfa no recuerde a qué hermana eligió? Pero, Anika es muy hermosa, notará su ausencia, ¿Qué haré?»,pensó con desesperación.
Saya no tocó la comida, después vinieron por la bandeja de comida.
***
Alfa Savir estaba en la cama con esa loba. Una vez que terminó, se vistió, estaba a punto de irse.
—¿Se irá, mi Alfa? Quédese conmigo a dormir.
—¿Por qué haría algo que no he hecho nunca, Kendra? Me gusta mi habitación, debes ir a la tuya.
Kendra se vistió y salió apurada de ahí.
El guardia personal de Alfa Savir apareció.
—Alfa, ya han traído a su prometida, ella ahora está en sus aposentos.
Alfa Savir asintió, se vistió y fue a su habitación.
Al entrar, caminó hasta una habitación contigua, observó esa pintura, la hizo el mismo, era una copia fiel de Maeve.
«Perdóname, Maeve, no quiero a esa loba, nunca la querré, es solo una sustituta de ti, pero para mí, es nadie»,pensó
Alfa Savir volvió a su alcoba, se recostó en la cama, cerró los ojos.
Flashback:
«La oscuridad solo se rompía por la luz de una gran luna llena.
Alfa Savir estaba en el bosque, rezaba una rara oración, estaba de rodillas frente a esa figura espectral.
—Mi deseo es tener la fuerza de un millón de lobos Alfa que me ayuden a derrotar a mi enemigo, el rey Alfa Kadir; quiero justicia, carne y sangre, muerte y devastación para mi enemigo, quiero que me devuelvas a mi compañera, a mi mate, quiero que Maeve viva, que vuelva a mí, como sea, pero que regrese a mis brazos»
Alfa Savir abrió los ojos, pensó en ese recuerdo.
—Todo cumpliste, Bákala, excepto por Maeve, ella no volvió a mí.
***
Al día siguiente.
Kendra estaba feliz, presumía con las criadas, y algunas damas de la guardia de Lady Lynn que, estaba más feliz que nunca con el Alfa Savir.
—Quizás pronto le dé el primer heredero.
Las omegas rieron burlonas.
—Pues te atendrás a parir un bastardo, porque el Alfa Kadir va a casarse, y tú, serás madre de un ilegítimo.
Los ojos de Kendra relampaguearon de rabia.
—¿Qué dices?
—¿No lo sabes? Hoy por la noche llegó una Lady, viene de Green Field, ella será la nueva Luna —las lobas rieron al llamar así a la nueva compañera del Alfa, esa palabra significaba todo lo que quería Kendra en la vida, y solo tuvieron una, la Luna del anterior Alfa, que pereció en la guerra.
Kendra estaba rabiosa.
Salió del salón.
Subió las escaleras, caminó por los largos pasillos, hasta encontrar a una criada que era de su confianza.
—¡¿Dónde está la supuesta Lady que trajeron para que el Alfa la despose? ¿Es una mentira? ¿Verdad?
La criada hundió la mirada, negó moviendo la cabeza.
Kendra la tomó del cuello con rabia.
—¡¿Dónde está?
La loba se asustó, apuntó detrás a una puerta.
Kendra perdió el buen juicio.
Corrió hasta ahí.
Abrió la puerta de un golpe. Saya se sobresaltó al escuchar el ruido.
Saya se levantó al instante, dejó la taza de té, miró a la mujer cuyos ojos se abrieron con estupor.
—¡¿Tú?!
Saya la miró extrañada.
—¿Qué quieres aquí, mujer?
Kendra no lo pensó. Se abalanzó sobre ella.
—¡No vas a unirte con mi macho, antes te mato!