Bruja, Rompe La Maldición.

Eldritch sujeto la mano de la albina para verificar que estaba bien, para su sorpresa, su piel estaba como si nada y es que, si llega a tocar a una mujer por accidente, su piel se torna arrugada, como si llevará horas dentro del agua, pero, contrario a lo debería pasar, la princesa estaba completamente bien.

—pero...¿por qué no paso nada?, ¿acaso posee magia divina?— pregunta curioso.

—no, pero a diferencia de una mujer común, mi mana es oscuro e infinito, quizás.— mantiene una sonrisa ladina. —o tal vez no sea por la sangre de bruja que corre por mis venas.

Eldritch deja escapar un leve suspiro.— aun así, no debió hacer eso, fue peligroso...

—el peligro me gusta.— responde encogien sus hombros.— y si habla de peligro, más peligrosa puede ser yo. Un beso y su vida se acaba.—guiño.

—no me molestaría perder la vida si puedo obtener el beso de una bella dama.— responde con sinceridad.

La albina le mira fijamente por un instante, para después regresar a su caballo y subir en este.

—si ya no valora su vida, cumpliré su deseo.— dicho esto, tira de las riendas del caballo.

Poco después, Eldritch la sigue.

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Al día siguiente, Eldritch llega al palacio, encontrándose con Elias, quien le hace saber la clase de trato que recibió en su mansión y que debido a eso quedo mal ante la princesa.

—¿es acaso culpa mía?, llegas a mi casa queriendo mandar, si quedaste mal ante su alteza, es problema tuyo.— responde con molestia.

—¿que te pasa?, estos días has estado actuando extraño, la santa me dijo que incluso la dejaste sola ayer.— reclama.

—pasa que, ya no tendrás al Eldritch que te deja hacer lo que quieras, justamente vengo a hablar de eso con su majestad.— Eldritch mantiene su paso.

—¿que?, no deberías molestar a mi padre con eso, yo solo quería hacer sentir bienvenida a la princesa, y tu servidumbre se porto muy mal.— insiste en su reclamo.

Eldritch se detiene, manteniendo una mirada fría e indiferente.— ellos cumplen mis órdenes, no las tuyas. Ser el príncipe heredero no te hace amo y señor de todos, es algo que deberías empezar a aprender, déjate de tus caprichos, tienes veinticinco años, no cinco.

Dicho esto, Eldritch siguió caminando, con Elias tras de él, reclamando por ofenderlo, asegurando que estará presente mientras habla con el rey porque tiene derecho a quejarse también por el trato que recibió en la mansión.

Eldritch llegó a la oficina del rey, el guardia anuncia su llegada y se le permite entrar, colandose Elias también, el rey al verlo, no dice nada mientras que solo le ofrece asiento a Eldritch.

—tu mayordomo me dijo que te urgía hablar conmigo.— comenta el rey.

—así es.— se cruza de brazos.— su alteza Elias, fue a mi casa ayer, actuando como el dueño, queriendo dar órdenes, por supuesto, mi gente tiene la advertencia de que nadie a parte de mí y mi madre, pueden ordenar en esa casa.

—padre, solo pedí que sacarán los caballos porque la princesa Chevalier quería dar un paseo.— se defiende Elias.

—paseo que yo prometí darle, y usted quiso sacar a mis caballos sin mi permiso, ¿y si la princesa resultase herida por tu negligencia?, ¿a quien crees que culparan por eso?— pregunta con seriedad.

Elias se tensa ante las preguntas de Eldritch, porque si, nunca pensó en esa posibilidad, porque por error podría hacer que saquen caballos que no han sido entrenados bien y eso podría causar un accidente.

—basta los dos, Eldritch estas haciendo demasiado escándalo por nada, si los sirvientes sacan a los caballos, ellos ya deben saber cuales pueden usar. Lo sucedido solo puede hacer pensar a la princesa que no estamos en buenos términos.— explica el rey.

—ahora veo porque el príncipe heredero actúa con capricho, usted lo mima demasiado y no le enseña las consecuencias de sus malos actos.— reclama Eldritch.

El rey golpea su escritorio molesto por el reclamo y por la insinuación de que no sabe educar a su hijo.

—no te quieras pasar de listo, Eldritch, soy el rey y Elias el príncipe heredero. Elias solo busca hacer sentir cómoda a la princesa y deberías apoyarlo.— habla con enojo.

Eldritch deja escapar un leve suspiro.— entiendo, usted quiere que Elias se case con la princesa.— deja salir un leve risilla de burla.

—¿que significa esa risa?, ¿insinúas que mi hijo no es adecuado a la princesa?— reclama.

—soy el príncipe heredero, soy lo suficientemente bueno para ella.— interviene Elias.

—¿eso crees?, la princesa Chevalier es una dama muy lista, ¿crees que su gusto es tan simple?, un príncipe mimado, para una mujer como ella, dudo que tenga tan malos gustos.— se burla.

—¡Eldritch!, no te permito que vengas a insultar a mi hijo, estas sobrepasando los límites.— el rey ya estaba casi rojo de la ira.

—solo digo lo que se. En fin, solo no vengan a causar molestias a mi casa y estaremos en paz.—

Dicho esto, hace una leve inclinación como reverencia y se retira de la oficina azotando la puerta. El rey se ha quedado furioso, mientras que Elias se queja por la arrogancia de Eldritch.

—asegúrate de tener a esa princesa comiendo de tu mano, no podemos dejar escapar la oportunidad.— le advierte el rey a Elias.

—no se preocupe padre, ella aceptara ser mi esposa muy pronto.— asegura Elias.

Eldritch por su parte, camina por los pasillos del palacio hasta que, al llegar a su auto, es alcanzado por Emilia, quien lo sostiene del brazo para evitar que siga caminando.

—excelencia, escuche que había venido al palacio, ¿se encuentra bien?, supe que vino para ver al rey.— interroga.

Eldritch aparta su brazo mostrándose incómodo por la cercanía de la rubia.— estoy bien, solo vine para hacerle saber a su majestad que el príncipe no tiene derecho de ir a mi casa a actuar como el amo del lugar.

Emilia puede notar lo enojado que Eldritch estaba, lo cual era extraño, porque era la primera vez actuaba de esa manera, pues nunca le había molestado el que Elias de ordenes en su casa.

—no sabía que usted se sentía de esa manera, pero estoy segura que su alteza no lo hace por ser mala persona.— se excusa Emilia.

—en realidad lo hace para sentirse en la cima, para que crean que él, es quien más poder tiene.— responde Eldritch.

—n-no creo que sea así.— deja salir un leve suspiro.— mejor olvidemos eso, le invito a beber el té y tengo deliciosos postres.

—tengo asuntos importantes que atender que solo perder mi tiempo con fiestas de té.— responde sin titubear.

La sonrisa de Emilia se borra al escuchar la respuesta de Eldritch, pues era la primera vez que le hablaba de esa manera. Sus ojos se llenaron de tristeza y se escucha una risa tras ella, lo que la obliga a voltear, notando que se trataba de la princesa.

—me encanta su sinceridad, excelencia, pero mírela, la pobre niña esta a punto de llorar.— se burla.

—¿llorar?, supongo que escuchar la verdad es doloroso para ella.— responde Eldritch.

Emilia solo agacha la mirada, avergonzada por las palabras de las dos personas que estaban frente a ella. Se limpia los ojos y levanta la mirada.

—su alteza no necesita ser tan cruel...yo no le he dado razones para tratarme así...— la mira con molestia.

—¿soy cruel? — la albina le sostiene la barbilla para que la rubia levante la vista.— no tienes ni idea de lo que es ser realmente cruel.

La sonrisa y la mirada intensa de la albina, hizo sentir un escalofrío a Emilia, que se aparta rápidamente de ella y dirige su mirada hacía Eldritch buscando su ayuda, pero este solo se da la vuelta y entra a su auto, así que, Emilia hace una reverencia para salir huyendo.

—su alteza, Aleksey Chevalier, que, gusto verla en este lugar.—

La albina voltea, encontrándose con un hombre de no mas de 30 años y rogordete. El hombre hace una reverencia, para después levantar la vista detallando la figura de la chica, incluso centrando su mirada en su pecho.

—y usted es...— responde la chica.

—un gusto, soy el príncipe heredero de Turkel, Gregorio Samson.— responde con una sonrisa.

—claro, creo que lo conocí hace unos años, así que también vino a la reunión.— responde sin prestarle atención.

—si, si, pero no imaginaba encontrarme con su alteza, tan bella como siempre, ¿que le parece si la invito a una comida?— pregunta emocionado.

—gracias pero, ya tengo planes.— dirige su vista al auto de Eldritch, el cual aún no se iba.— su excelencia me ha invitado a comer a su casa.

Gregorio voltea hacía el auto y frunce los labios al ver a Eldritch. —entiendo, otro día será.

Aleksey asiente, y se acerca al auto abriendo la puerta para subir, lo que sorprende a Eldritch, pero, al ver al hombre de pie, comprende porque la joven ha subido.

—¿un pretendiente?— pregunta el archiduque.

—solo es un hombre que piensa que puede tener a cuanta mujer hermosa ve. Lamento molestarlo.— responde la albina.

—no es molestia, usted ya me ayudo a espantar a esa santa.— sonríe.

—estamos a mano entonces.— una leve sonrisa ladina se deba ver en sus labios.

Eldritch le ordena a su chófer poner en marcha el auto.

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Villanas, ¿ya lo notaron?, el nombre de nuestra princesa Chevalier aún no se había revelado, esta es la primera vez que se menciona. jaja 🤭

Cambiando de tema, les vengo a recomendar esta historia, espero puedan darle una oportunidad y apoyar a la autora.