Luna Cáceres quedó embarazada por confundir su laxante con el afrodisíaco de su amiga. ¿Con quien estuvo? No tiene idea. Lo único que sabe es que fue un maldito español que se aprovechó de su predisposición cuánto quiso.
Aquel español es el hijo de su padrastro, a quien conocerá por la boda en que sus padres sellarán su amor.
Ellos no se reconocerán, pero el español tiene un gran problema que le impide relacionarse con cualquier mujer, pero que curiosamente no le impidió estar con Luna.
¿Qué ocurrirá cuando él sepa que aquella noche inolvidable fue con su hermanastra? ¿Cómo reaccionará ella al saber quién es el padre de su hija?
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
UNA NUEVA OPORTUNIDAD
LUNA CÁCERES
Cuando Cielo cumplió su primer año, yo aún trabajaba en la pinturería y vivía en casa de mi madre. Tanto ella como mi padrastro hacían que a mi hija no le faltara nada. Ellos valoraban mi esfuerzo y aunque tenía mi propio sueldo que me alcanzaba para mantenernos, yo seguía intentando superarme a mi misma.
Un día normal en la pinturería fue un señor de alrededor de sesenta años y preguntó si conocía a alguien que pudiese pintar su casa. Esa fue la oportunidad que estaba esperando y tras pensarlo algunos segundos le propuse hacerlo aún sin tener la mínima experiencia.
Mi padrastro me enseñó algunas cosas y al día siguiente fui a casa del señor para comenzar a trabajar. No fue difícil, aunque si agotador. Lo que a otra persona le hubiese llevado tres días completar, yo lo hice en poco más de tiempo.
Volví a casa con más dinero al finalizar el trabajo y cubierta de pintura. El señor se quedó tan conforme con mi trabajo, que le pasó mi contacto a varios de sus conocidos y así fue que comencé a trabajar pintando casas por mi cuenta.
Los días que tenía libres, porque no había casas que pintar, volvía a la pinturería para cumplir el horario que debía. Siempre estaba trabajando.
Cielo ya caminaba y aunque era bastante traviesa, sabía que si salía con mi madre no se portaría mal. Estábamos educándola bien y su comportamiento lo demostraba. Ella tenía rabietas como todo niño, pero también límites que respetaba.
Muchas veces veía a mi madre mirando a Cielo y luego me preguntaba quién era su padre de una manera sutil. Para mí siempre fue un tema muy sensible y ella lo sabía, por lo que quería evitar discusiones.
Yo siempre miraba a Cielo y su gran parecido a mi, aunque también identificando rasgos que no eran míos, así como su color de ojos. Me recorría un escalofrío al pensar quien pudo ser ese hombre que se aprovechó de mi cuánto pudo en el momento más vulnerable de mi vida. No tenía idea ni de su edad.
Lauren siempre ha estado apoyándome también. Ella siempre se sintió responsable por el incidente que tuvimos esa fatídica noche y no se ha apartado, ni tampoco ha mencionado una palabra. Ella es la madrina de mi niña y Federico, nuestro amigo, su padrino.
Fede es el único hombre al que le he permitido acercarse a mi. Siempre me ha tratado con respeto y es por eso que nuestra amistad se mantiene intacta.
Fui tantas veces juzgada por mis ex compañeros de curso. Al parecer la única madre soltera de último año fui yo. Además de eso, jamás nadie me había visto ni ser cariñosa con algún chico. Saber que Cielo lleva mi apellido fue aún peor. Fui una cualquiera para todos ellos y una burla. Ser madre soltera y tan joven no es tarea sencilla, porque además de la gran responsabilidad que afronto he tenido que aguantar las críticas.
Amo a mi niña y me consuela saber que no tiene padre, que ella es solo mía. No tengo que compartirla con nadie ni volver a encontrarme con ese extranjero oportunista.
Muchas veces lloro, pero en silencio y cuando estoy sola, por cansancio y por pensar en que hubiese sido de mi vida si no fuera mamá. Pienso que ocurrirá cuando Cielo crezca y me aterra pensar en lo que pueda pasar. ¿Qué haré cuando ella me pregunte por su padre? ¿Qué pasará cuando ella sea adolescente? Espero que nunca esté expuesta a lo mismo que yo. Siempre creí que esto le pasaba a otras chicas hasta que fui una de ellas.
Tengo miedo, aunque jamás lo demuestro y no he vuelto a ser la misma desde aquella noche.
Normalmente, tanto Lauren como mi madre me han preguntado si no hay nadie que me interese, porque aún sigo sola. Si no estoy en casa, estoy trabajando y si salgo de casa lo hago con Cielo. Mi respuesta siempre es la misma: estoy demasiado ocupada para conocer a alguien y perder tiempo que puedo dedicarle a mi hija. La vida puede ser muy corta y quiero aprovechar mis momentos con ella por temor a que algo me ocurra. He tenido algunos accidentes trabajando y eso me preocupa porque así fue que falleció mi padre.
En casa no aprueban que trabaje en lo que hago. Creen que eso no es tarea para una señorita y que podría desempeñarme en otro oficio.
El tiempo pasa y Cielo está por cumplir sus tres años. Ella es cada día más hermosa, inteligente y ocurrente, aunque heredó de mi todos mis descuidos. Es un poco torpe, se distrae mirando cualquier cosa que llame su atención y se cae o golpea, pero se pone de pie y de nuevo ocurre lo mismo.
Muchas veces Cielo hace travesuras. Ella ama los colores y como sabe de lo que trabajo ha rayado las paredes con sus crayones para imitarme. Mí madre no sabe si reír o llorar cuando hace algo así. Mi padrastro es la víctima de muchas travesuras porque ha llegado a la pinturería cubierto de brillantina, pero la ama. Para él es su nieta.
Se que mi padrastro extraña a su hijo. No lo ha visto más que en videollamadas durante los últimos años y siente que ha perdido mucho tiempo a su lado. Se que su hijo tiene más de 30 años y que es un exitoso abogado, aunque por lo que se con una vida privada cuestionable debido a algunas cosas que él ha mencionado.