Estuve diez años casada con el amor de mí vida, aún sabiendo que el amor de mí vida, amaba a mí hermana.
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Capítulo 3
...Aspen....
Incluso luego de nuestro matrimonio, Aziel nunca cambió.
Siempre fue frío, indiferente, cruel, etc.
Bebía todo el tiempo, y cada que se emborrachaba, lloraba susurrando el nombre de <
Me partía el corazón ver a mí esposo llorar por otra mujer.
Pero, ¿Qué se puede esperar? Yo misma me busqué ésto.
Afortunadamente, apesar de su negativa inicial, fue muy buen padre con Calen.
Hay muchas cosas que me constan, una de ella es el amor de Aziel por nuestro hijo.
Vivimos juntos por diez años. Diez años en los que nunca me tocó; acarició y dónde tampoco dijo ni una sola palabra amable.
Días de la madre, días de la mujer, navidad, año nuevo, cumpleaños, todo eso y nunca recibí ni una sola tarjeta de su parte.
Siempre recibí sólo dos.
Una tarjeta de Carolina y la otra de Calen.
Juro que hice todo lo que estuvo a mí alcance para poder llevar bien nuestro matrimonio.
Aprendí a cocinar sus comidas favoritas, comidas que nunca probó.
Aprendí a hacer las cosas del hogar aún teniendo sirvientes.
Estudié, me recibí y mí esposo ni si quiera fue a mí ceremonia de graduación.
Ni mí esposo, ni nadie.
Sólo Carolina y mí hijo.
Nadie más.
Aún así, tenía la esperanza de que un día Aziel despertara y me viera a mí.
Quería que viera a Aspen Voinescu.
Que reconociera mí presencia, mí esfuerzo, pero eso nunca pasó.
Tanto era su odio hacia mí, que dormíamos en camas separadas.
Su familia era igual, no me querían porque según ellos yo era una <
Una mujerzuela que se metió en la cama del novio de su hermana.
Creo que es bastante obvio que hasta la familia de mí esposo prefería a Dakota.
Pero, aún así, trataron bien a mí hijo.
En éstos diez años traté de al menos entablar una relación con mí familia. Quería que conocieran a mí hijo. Pero, una vez más, me cerraron la puerta en la cara.
Es por eso que ahora me sorprende su repentino llamado.
Es el cumpleaños N°80 de mí abuelo, y acaban de invitarme.
Me quedé anonadada cuándo vi la invitación.
Quiero decir, me han estado evitando por una década. ¿Y ahora me invitan a una celebración? ¿Qué estaba pasando?
Aún así estaba feliz, por fin podría tener la relación familiar que siempre quise.
Mí hijo quedó con Carolina, así que fui sola a la casa de mí infancia.
El lugar estaba repleto, muchos autos lujos, los sirvientes iban y venían.
Estaba nerviosa, tenía emociones encontradas.
—Viniste. –Escuché una voz masculina detrás de mí, volteo y era mí hermano mayor, Luke–.
No lo veía hace años, y me emocioné.
—¡Hermano! –Sonreí de forma genuina–.
Intenté abrazarlo pero me detuvo.
Pude sentir mí cara roja de vergüenza, pero me controlé.
—Lo siento, me dejé llevar. –Comenté, tímidamente–.
Él soltó una risa amarga.
—Que conveniente para ti, siempre <
Fruncí el ceño, iba a preguntar a que se refería.
Pero, antes de que pudiera hacerlo, escuché la voz de mí padre, quien le hablaba a los invitados.
—Muchas gracias a todos por venir al cumpleaños número ochenta de mí padre. –Agradeció y sus ojos se posaron en mí, antes de apartar la mirada–.
Él sonrió a la multitud.
—Y muchas gracias también por venir al compromiso de mí hija mayor, Dakota. –Anunció y yo me quedé en shock–.
<<¿Mí hermana había vuelto?>>
<<¿Se iba a casar? ¿Con quién?>>
<
Cómo si mí padre hubiera leído mis pensamientos, se hizo aún lado, dejando ver a mí ex-esposo, abrazando a mí hermana.
Mí corazón se hizo añicos ante la vista.
Podía sentir las lágrimas acumulándose en mis ojos.
Dakota notó ésto y sonrió. Tomó la corbata de Aziel y lo besó con pasión, un beso que fue correspondido al instante.
Ambos estaban en su propia burbuja, mientras todo mí mundo se caía en pedazos.
—Espero que disfrutes la vista, Aspen. –Luke habló–. Ésto es lo que debió ser désde el principio, siempre fue Dakota, nunca fuiste tú. Sólo fuiste una zorra que se acostó con el novio de su hermana. Te embarazaste tratando de atar a Aziel a ti, pero no lo lograste. Porque tan pronto como Dakota volvió, Aziel se divorció de ti y le propuso matrimonio a ella.
Mis lágrimas comenzaron a caer, mientras seguía observando el beso. Por mucho que quisiera apartar la vista, no pude.
—Dime, ¿Qué se siente que finalmente recibas tu merecido? –Comentó Luke, burlándose de mí dolor–.
Todo ésto había sido planeado.
Volteé y sólo pude ver los rostros de mis familiares que me observaban con la misma burla.
Lo hicieron a propósito para lastimarme.
No lo soporté más y salí corriendo de lugar.
—¡ASPEN!.
Pude escuchar la voz de mí padre gritando mí nombre, pero no me detuve.
Subí a mí auto y comencé a conducir lo más rápido que pude.
No podía dejar de llorar.
En mí mente se reproducía ese beso, ese maldito beso.
Pensé en mí matrimonio y en lo horrible que había sido.
Todo fue horrible, desde el momento en que nací, nada había sido bueno. Pensé que habían cambiado, pero no fue así. Nunca va a ser así.
Lloré, mientras conducía seguía llorando.
No sabía adónde iba.
No me detuve.
No fue hasta que escuché una bocina y de repente todo se volvió negro.
pero ahora si comienza a ponerse un te te dan te!! jejeje