Victoria Casani es una chica de 24 años con poca vida social, su día a día se basa en ir a la universidad y forjar su carrera a base de esfuerzo y dedicación, ella sueña con ser arquitecta, ella vive con sus padres Carmen que es de Asendencia Mexicana y Lorenzo que es Italiano, también con su hermano mayor Gabriele, viven en la hermosa ciudad de Florencia- Italia.
Leonard Loannou tiene 38 años, es un excelente decano de diseño arquitectónico y hace poco se unió a (Università degli Studi di Firenze, UNIFI) en Florencia, el es de origen Griego, pero decidió mudarse a este nuevo país, ya que le llegó una excelente oferta de esta universidad, a la que por mucho tiempo estuvo aplicando, pero hasta hace unas semanas se le dió la oportunidad gracias a su excelente perfil profesional.
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CAPITULO 6
VICTORIA CASANI
Mi respiración se agitó fuertemente, el baño estaba diseñado para una sola persona, a duras penas nosotros dos entramos... sin estar consciente de mis movimientos puse mis manos sobre su torso desnudo, al sentir el tacto las retiré con rapidez, pero mi ansiedad comenzó a jugarme una mala pasada, empecé a respirar con dificultad.
-¿Estás bien?- me preguntó en un tono bajo, yo negué con la cabeza y mis ojos se inundaron de lágrimas.
Sin esperar a que yo dijera algo, me tomó de la cabeza y la pegó a su pecho en un abrazo, al principio me puse muy rígida, pero los latidos de su corazón fueron el sonido perfecto para calmar mi ansiedad, mientras tanto al otro lado de la puerta dos mujeres hablaban sobre la nueva adquisición de la facultad, nada más y nada menos que del Decano que en estos momentos está encerrado en el baño con una de sus alumnas.
- Es que está, como para comerlo acompañado de un buen vino-- dijo una de ellas.
- lo mejor que ha hecho el Decano Giuseppe fue irse, gracias a eso llegó el Dios griego, hagamos una apuesta -- gritó emocionada la otra mujer.
- Acepto, ¿cuál sería?-- indagó.
- La primera que logre conquistarlo y llevárselo a la cama, recibirá un día de spa, con todo pagado por parte de la perdedora-- puntualizó.
- Estoy de acuerdo, acepto -- ambas mujeres se fueron parloteando mientras la sala quedaba nuevamente vacía.
El me soltó del abrazo -- ¿a qué viniste a la sala?-- preguntó.
- ¡oh si!, el Director me mandó a buscarte, dijo que fueras a su oficina-- respondí.
- ok, dile que estaré allá en un momento -- dijo y yo quedé ahí, inmóvil, el levantó una de sus cejas y sonrió-- ¿te quieres quedar un rato más?-- yo reaccioné y salí del baño con rapidez.
Abrí la puerta de la sala y me fijé que no hubiese nadie, el pasillo estaba totalmente vacío, así que salí con rapidez, pasé por la oficina del director y le di el recado del Decano, después regresé al salón de clases, me senté, abrí mi laptop y continúe trabajando en mi plano, las manos aún me temblaban.
Veinte minutos después regresó el profesor, revisó lo que habíamos hecho y al llegar a mí, me felicitó, eso me hizo sentir muy bien, siempre he recibido reconocimientos en la universidad, pero ningún Decano me había felicitado personalmente por algún trabajo.
Al terminar la jornada, fui a buscar mi auto, hoy al llegar me sentí muy bien por tener un lugar solo para mí, y no pasar por el estrés diario de buscar un lugar vacío, vi que el auto del Decano aún seguía ahí, yo me subí al mío y me fui a casa.
Mi madre hoy había preparado tacos de birria, realmente son mis favoritos, cuando llegué mi hermano estaba con la boca llena de salsa.
- Hermanita, mi mamá está haciendo tacos hasta para vender, mira que cantidad -- dijo señalando una bandeja llena de estos tacos.
- ¿viene visita? ¿O estamos celebrando algo?-- in indagué.
- No, Gabriele irá a llevarle unos tacos al nuevo vecino, quiero darle la bienvenida para que no se sienta solo -- dijo mi madre.
- ¿Yo?, no puedo mamá, voy de salida a verme con mi novia-- luego me miró -- lo siento hermanita, tendrás que ir tú --
- Está bien, irá tu hermana, entonces llévale unos tacos a Fiorella, a ella le encantan--
- Gracias, ya mismo le empaco unos -- respondió alegremente mi hermano.
El se alistó y salió con su tupper lleno de comida, yo fui a mi habitación a tomar una ducha y ponerme algo cómodo, peiné mi cabello un poco, como hace mucho tiempo no lo hacía, y volví y me puse mis lentes.
Fui a la cocina y mi madre ya tenía un plato con varios tacos de birria, junto al consomé, aparte le empacó las salsas, la cebolla y el cilantro, pico un par de limones y los puso a un lado .
- Toma, llévale al vecino, dile que cualquier cosa que necesite puede venir y que con mucho gusto lo ayudaremos-- dijo mi madre.
- Ok- respondí brevemente, ella se paró en la puerta y me indicó la casa-- ¿los señores Dubois se fueron?-- pregunté, ya que esa era su casa.
- como te la pasas encerrada no te diste cuenta, se fueron hace unos meses a Bélgica, su hija se fue a vivir allá y le está yendo bien, ella insistió hasta que los convenció de mudarse -- respondió mi madre.
Mi mamá entró a la casa y yo comencé a caminar en dirección a la casa de mi nuevo vecino, mi mamá y sus ganas de socializar, su cultura hace que quiera entablar una amistad con todos, y mucha gente aquí en Italia detesta eso, ella me ha puesto en situaciones muy incómodas, espero que por lo menos sea una familia decente.
Llegué y toqué el timbre, pero nadie abría, decidí tocar el timbre una última vez, esperé un rato pero no hubo respuesta, así que di media vuelta para regresar a mi casa, cuando escuché el sonido de la puerta abriéndose.
- Hola, ¿te puedo ayudar en algo?-- era una voz conocida, giré sobre mis talones y lo miré de frente, es mi Decano.
- ¿vives acá?-- le pregunté sorprendida.
- Que yo sepa si, aparte de que me haya equivocado de casa--el miró la fachada y volvió a hablar -- si, está es mi casa--
- Eres muy gracioso señor -- le dije.
-y dime, a qué debo el honor de tu visita --
- vine a traerte esto, mi madre supo que teníamos un nuevo vecino y quiso hacer alianzas, son unos tacos de birria, no se si te gusten, pero te aseguro que son deliciosos -- le aseguré.
- oh, dile a tu madre que es muy amable, voy a disfrutar su comida-- yo le entregué el plato y el lo recibió.
- le llevaré la vajilla cuando esté limpia-- dijo.
-¿sabes dónde es mi casa?--
- si, hace varios días te vi-- me respondió y yo lo miré sorprendida.
- tendré que estar mas alerta a lo que pasa a mi alrededor --
- tranquila, yo no te voy a hacer nada malo-- me aseguró.
- No, no es por eso, es que creo que no presto atención a lo que pasa a mi alrededor, y eso no es bueno -- le aclaré a lo que me refería.