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La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

Status: Terminada
Genre:CEO / Maltrato Emocional / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Mujer despreciada / Salvar al hijo enfermo / Completas
Popularitas:2.4M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Angie de Suaza

"UNA MADRE DESESPERADA, UN SALVADOR AMENAZANTE

¿Qué límites cruzarías por salvar a tu hijo?

Adelaida, una madre desesperada, hará cualquier cosa para proteger a su hijo, incluso si significa sacrificar su orgullo.

Pero cuando Kento, un misterioso y poderoso hombre, se convierte en su única esperanza, Adelaida se encuentra atrapada en una red de rencor y pasión.

Kento, su redentor y verdugo, no sabe que Adelaida es la clave para desentrañar su propio pasado.

¿Podrá Adelaida salvar a su hijo y descubrir la verdad detrás del enigmático Kento?

“Descubre esta historia de amor, venganza y redención.”

NovelToon tiene autorización de Angie de Suaza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

ℂapítulo Seis

Pasaron los días y Adelaida tenía la misma rutina desde que sale de casa y llega a la mansión. Ya tiene su uniforme de empleada doméstica de KenKi Digital y con su jefe, gracias a Dios, no se ha vuelto a ver. Pues este llega tarde a la mansión con tal de no toparse con ella, y se encierra en su despacho hasta cuando sabe que los horarios de los empleados externos ya terminó.

Aún no recibe el informe del investigador sobre su empleada. Lo único que sabe de ella es por el formulario que llenó para su seguridad social donde dice que se llama Adelaida DuPont, treinta años, sin padres, no puso nada en la casilla de estado civil y añadió en familia que tiene un hijo de cinco años y reporta que tiene una enfermedad de base, pero no especifica cuál.

Debe saber más de esa mujer, que se le ha vuelto una obsesión. Y eso que solo la ha visto el día del incidente y a veces desde la ventana de su despacho cuando Adelaida está aseando las mesas del jardín.

Así pasaron dos semanas y ni Adelaida volvió a ver a su jefe, y ni Kento ha recibido el reporte del inepto del investigador que contrató su también inepto asistente. Estaba desesperado hasta que no aguantó y lo llamó después de que le había dicho que la investigación podía demorar.

—¿Qué pasa que ya van dos semanas y no tengo en mis manos la investigación que le pedí? —Ni siquiera dejo hablar al investigador.

—Se, señor Ki, Kimura. Estoy en, en esas. Esa mujer es un enigma. —El pobre tartamudeaba del temor que Kento imponía, hasta por teléfono.

—¡Hable bien! ¡Necesito ese informe mañana mismo! —Inmediatamente colgó la llamada, odia a la gente inepta e hizo otra llamada.

—¡Desiderio! —Nuevamente le grita por teléfono a su pobre asistente y este ya sabe que debe correr.

Cuando llega a su lado, le da una mirada escalofriante. Desiderio siente un sudor frío recorriendo su espalda y ve su vida correr en sus ojos como si pronto fuera a despedirse de este mundo. No se atrevía a hablar para no desafiar al monstruo de su jefe. Él se paró de su silla y se situó a su lado. Desiderio ni siquiera era capaz de mirar a su jefe, hasta que por fin se rompió el silencio.

—Si mañana ese detective de pacotilla que usted de manera inepta contrató, no tiene el informe que le pedí, considérese hombre muerto. ¿Entendiste? —le habló con cinismo y de forma tenebrosa —! ¿Entendiste?!

—Sí, señor, entendí —Desiderio contestó en un hilo de voz.

—Ahora lárgate, que tu presencia me incomoda —inmediatamente Desiderio salió corriendo, implorando al buda o a los dioses de su jefe que ese detective cumpla con lo que se le pidió.

Ese día, Adelaida sentía algo raro en su pecho, pero no sabía qué podía ser. En su intuición de madre verificó que todo estuviera bien con su niño, pero se asustó al notarlo con algo de fiebre. Lo trató de despertar para darle un jarabe para bajar la fiebre; su niño no despertaba. Angustiada, lo cargo y lo llevo a la sala de emergencias en compañía de Fina. Debía faltar ese día al trabajo, pero primero estaba su hijo. Ya en el hospital fue pasado a la sala de pediatría donde sería revisado. Gracias a Dios, ya tenía seguro médico gracias a su empleador y el niño fue atendido rápidamente.

—Fina, tengo tanto miedo. Si a Francis le pasa algo, yo me muero —decía Adelaida entre llantos. Su angustia era muy evidente, pues veía a su niño muy decaído a pesar de llevar al pie de la letra el tratamiento para su enfermedad.

—Tranquila, mi niña. Recemos a la Virgen de Lourdes y verás que todo va a salir bien. —Las dos mujeres se pusieron a rezar el rosario hasta que salió la pediatra que estaba revisando a Francis.

—¿Doctora, cómo está mi niño? —Adelaida pregunta en un hilo de voz al ver el semblante preocupado de la doctora.

—Mamá, el niño está otra vez con los niveles de hemoglobina muy bajos. Ya la médula no da más, y a pesar de que anteriormente fue extirpado el bazo y la vesícula esto no ha sido suficiente y ya está haciendo rechazo al tratamiento —Si, su pobre niño ya ha sido operado en dos ocasiones, pues el trasplante de médula ha sido imposible por falta de donantes —Y debido a las anemias y múltiples transfusiones ya su corazón está entrando en falla.

—¡No! ¡Mi niño no! —Adelaida se derrumbó a llorar, ya no podía hablar, pues estaba anegada en llanto.

—Entonces, doctora, ¿qué hay que hacer para que mi niño se salve? —Fina habló al ver que Adelaida ya no podía hacerlo.

—Primero debemos controlar la infección, pero de manera urgente hay que buscar un donante de médula ósea y hacer el trasplante, inmediatamente, esta sea combatida. Ya el equipo de hematología se va a contactar con ustedes para que coordinen el precio del procedimiento, ya que este no lo cubre aún la seguridad social que tienen.

Las dos mujeres quedaron devastadas con la noticia. Una funcionaria se les acercó para darle la factura del procedimiento y era una suma exorbitante. Ni juntando lo que las dos tenían ahorrado, llegaba a cubrir un dos por ciento de lo que costaba. Entonces Adelaida tomó una decisión

—Fina, voy a pedir un préstamo a mi jefe. Se lo pagaré con mi trabajo y horas extras. Pero a mi niño lo salvó porque lo salvó. ¿Te puedes quedar con él y me avisas inmediatamente si pasa algo? —Adelaida estaba decidida.

—Claro mi niña, ve que yo me quedo aquí cuidando a mi niño.

Kento ya se estresó más de lo que mantenía, gracias, según él, a la ineptitud de las personas y decidió más bien ir a su casa. No aguanta un minuto más sin saber de esa enigmática mujer que lo trastorno sin querer. 

Al llegar a la mansión, se encerró en su despacho y empezó a beber su costoso whiskey macallan, aquel que no tomaba después de creer que había superado la traición de Madeleine.

Sentado en su majestuoso sillón de cuero, pensaba en la vida que hubiera deseado tener al lado de Madeleine y se sentía estúpido al no ver en realidad qué clase de mujer era ella. Estaba sumido en sus pensamientos cuando sintió que tocaban la puerta.

—¡Adelante!

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Dmary
me encantó
Dmary
una hermosa novela de superación del dolor y el abandono me gustó mucho gracias escritora por compartir
Silvia Morgante
🥰🥰🥰🥰
Martha Mercado Carrillo
Que buena novela, me encantó tuvo de todo muy bien de verdad te felicito abrazo y bendiciones
Euge Camino
Un excelente y gran trabajo,mis felicitaciones Angie, qué sigan los éxitos 🤗❤️😊
Euge Camino
Hermosa historia,me encanta como escribes. Muchas bendiciones y que se cumplan todos tus sueños. Gracias por compartirla, lo disfruté mucho.
Magalis Mendoza
Vieja Burra falta de respeto! Cómo se le ocurre tratarla así? Y el glamour, la clase?
Nohelia Merchan
Que hermosa historia, llena de tantas emociones , sentimientos, en fin hermosa.... Muchísimas gracias autora 🤩🤩🤩
Nohelia Merchan
jajajajajaja 🤣
Alicia García meza
el epitafio dice ... aquí yaces y haces bien , tú descansas y yo también
Aimar Galindo
una historia muy emotiva 😭😭😭 y con un gran mensaje me encantó
Azucena Ponce
excelente
SO
Jaja consejo consejo, pero lo fue sacando de su casa
Yesenia Vergara
Hermosa tu novela gracias bendiciones
Yesenia Vergara
Bella historia felicadades
Yesenia Vergara
Que imagen más bella
Yesenia Vergara
Claro el abuelo es un viejo zorro ja
Yesenia Vergara
Los japoneses los chinos los coreanos y los negros son gente muy fuerte y la vejez no se nota tanto digo
Yesenia Vergara
Hay no que pendejo
Yesenia Vergara
No sé vale digo
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