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Una Mujer En La Mafia #2 -

Una Mujer En La Mafia #2 -

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Mafia / Reencuentro
Popularitas:7.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Ashly Rijo

Segundo libro de- UNA MUJER EN LA MAFIA. Aclarando solo dudas del primer libro. No es que es una historia larga. Solo hice esta breve historia para aclarar algunas dudas.

NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una mujer en la mafia

Lamento mucho no actualizar rápido. Yo trabajo y tengo cosas que hacer, también tengo pareja señores jajajjaja. Paciencia a mis actualizaciones. También hay veces que se me olvida, por eso necesito que comenten siempre para estar atenta.

El ambiente estaba cargado de lujo y elegancia. Las risas y las conversaciones superficiales llenaban la casa mientras la música suave creaba un aire casi relajante. Me ajusté el vestido con las manos, asegurándome de que quedara perfecto. Negro, ajustado y lo suficientemente atrevido para no pasar desapercibida, pero no tanto como para parecer fuera de lugar. Unos labios rojos completaban el look, un detalle que me daba confianza.

Flora y Simón se alejaron apenas llegamos. Ellos tenían su misión: hablar con algunos contactos estratégicos. Yo, por otro lado, me quedé en el minibar, sosteniendo una copa y dejando que el alcohol hiciera su trabajo. No tenía prisa, así que me limité a observar y escuchar.

El murmullo del salón se mezclaba con el sonido del vidrio al chocar. Estaba a punto de pedir otro trago cuando lo vi. Se acercó con un andar despreocupado y se sentó en el taburete a mi lado. Su presencia era imponente, pero no de manera agresiva. Alto, de cabello oscuro cuidadosamente peinado, y esos ojos verdes que parecían capaces de atravesar cualquier barrera.

Pidió algo de beber y, antes de que pudiera mirar hacia otro lado, me dedicó una sonrisa.

—Espero no estar interrumpiendo algo —dijo con un tono relajado, pero había algo en su voz que me puso en alerta.

Negué suavemente, devolviéndole una sonrisa igual de casual.

—Para nada. Solo disfrutando el momento.

—¿No eres de las que se lanzan a bailar en este tipo de fiestas? —preguntó mientras tomaba su copa.

—No suelo hacerlo sin antes observar un poco —respondí, dejando caer la frase con un toque de misterio que parecía captar su atención.

Antes de que pudiera decir algo más, la voz de Flora resonó en mi oído a través del pequeño auricular que llevábamos escondido.

—Ese es uno de ellos —susurró, con un tono casi frío—. Henry Carter. Es pieza clave en la red de la mercancía robada. Intenta obtener algo de información, pero no digas nada directo. Actúa normal.

Mi corazón dio un pequeño salto, pero no dejé que nada se reflejara en mi rostro.

—¿Todo bien? —preguntó Henry, notando mi pausa.

—Sí, claro —respondí rápidamente, retomando el control de la conversación—. Estaba pensando en qué tan tranquilo te ves. Pareces alguien que no tiene preocupaciones.

Él dejó escapar una leve risa, tomando un sorbo de su bebida.

—Bueno, las apariencias engañan. Todos llevamos nuestras cargas, ¿no crees?

Me apoyé en la barra, fingiendo interés casual mientras mi mente trabajaba rápido.

—Eso es cierto, pero a veces es mejor dejarlas atrás por una noche.

—Sabias palabras —respondió, inclinándose ligeramente hacia mí—. Aunque, si soy sincero, no soy bueno dejando cosas atrás. Especialmente cuando se trata de negocios.

Sus palabras me hicieron prestar más atención, aunque mantuve mi expresión relajada.

—¿Negocios? ¿Qué tipo de negocios?

—Del tipo que mantiene las cosas interesantes —dijo, sonriendo de una forma que era difícil de leer.

—¿Interesantes? Ahora me dejaste con curiosidad —respondí, jugando el papel de la chica intrigada mientras intentaba no sonar demasiado interesada.

Henry tomó otro sorbo, mirándome de una manera que parecía analizar cada uno de mis gestos.

—Digamos que trabajo con cosas valiosas —dijo, y aunque sonó casual, había algo en su tono que me hizo tensarme un poco.

Flora volvió a hablar en mi oído, su tono serio.

—Lo estás haciendo bien. No lo presiones. Intenta que confíe en ti, pero no menciones nada sobre la mercancía.

—¿Cosas valiosas? Eso suena… intrigante. ¿Arte? ¿Joyas? —pregunté, fingiendo curiosidad.

Henry soltó una leve risa, dejando su copa sobre la barra.

—Algo un poco más exclusivo que eso. Pero esos detalles son confidenciales.

—Vaya, ahora sí me dejaste con más preguntas que respuestas —dije con una ligera risa, intentando que el ambiente se mantuviera ligero.

Henry me observó en silencio por un momento, luego inclinó la cabeza, como si evaluara si debía decir algo más.

—Quizá algún día te cuente más —dijo finalmente, con una sonrisa que parecía casi un desafío—. Claro, si eres buena guardando secretos.

—Soy excelente guardándolos —respondí, levantando mi copa hacia él antes de tomar un sorbo.

Seguía sentada en el mini bar con Henry, intentando mantener la conversación ligera mientras mi mente trabajaba a toda velocidad. Sus respuestas eran calculadas, su tono relajado, y aunque parecía completamente cómodo, yo sabía que estaba tratando con alguien peligroso.

—Entonces, ¿cosas valiosas? —pregunté, inclinándome un poco hacia él, como si realmente estuviera interesada—. Suena emocionante.

—Lo es, aunque también puede ser complicado. No cualquiera sabe manejar ese tipo de… negocios —respondió Henry, llevándose la copa a los labios con una sonrisa que no alcanzaba sus ojos.

—¿Negocios peligrosos? —añadí con un tono juguetón, fingiendo curiosidad.

Él soltó una pequeña risa, pero antes de que pudiera responder, sentí un escalofrío en la nuca. Esa sensación que conocía demasiado bien. Apenas tuve tiempo de procesarlo cuando escuché la voz de Flora por el auricular.

—No puede ser. Es James. Está aquí.

Mi cuerpo se tensó automáticamente, pero traté de no mostrarlo.

—¿Qué demonios está haciendo aquí? —murmuré apenas moviendo los labios, con una sonrisa falsa aún en el rostro para que Henry no sospechara.

—Ni idea, pero parece que va directo hacia ti —respondió Flora, claramente molesta—. Esto no es bueno.

Antes de que pudiera decir algo más, una voz conocida rompió el ambiente como una ráfaga de viento helado.

—¿Interrumpo algo?

Me giré lentamente, mi corazón latiendo con fuerza. Ahí estaba James, de pie detrás de mí, con su traje oscuro y esa sonrisa arrogante que conocía demasiado bien. Su mirada, sin embargo, no estaba en mí, sino en Henry, quien lo observó con curiosidad.

—¿Amigo tuyo? —preguntó Henry, arqueando una ceja mientras se inclinaba ligeramente hacia atrás en su asiento.

James lo ignoró por completo, sus ojos oscuros clavándose en los míos.

—No soy su amigo, pero eso no importa. Lo que sí importa es que estás aquí, sentada con un extraño. ¿Por qué?

Su tono era suave, pero la tensión detrás de sus palabras era evidente.

—Estoy trabajando, James —respondí con firmeza, tratando de mantener la compostura—. Y tú no tienes nada que ver con esto.

—¿Trabajando? —repitió, dejando escapar una risa breve y burlona—. Claro, eso explicaría por qué estás coqueteando con este tipo como si fuera algo personal.

Henry entrecerró los ojos, observándonos con una mezcla de interés y desconcierto.

—¿Te conozco? —preguntó Henry finalmente, rompiendo el incómodo silencio.

—No, y no necesitas hacerlo —respondió James con frialdad, acercándose un poco más a mí. Luego bajó la mirada hacia mi copa, que aún sostenía en mis manos—. ¿Cuántos tragos llevas ya?

—¿En serio? —repliqué, tratando de ignorar la rabia que comenzaba a hervir en mi interior—. Esto no tiene nada que ver contigo.

—Claro que tiene que ver conmigo —respondió James, inclinándose lo suficiente para que solo yo pudiera escuchar lo que dijo después—. Porque eres mía. Y no me gusta verte hablando con desconocidos.

Mis dedos se apretaron alrededor de la copa. Sentí mi rostro arder, no por vergüenza, sino por la mezcla de deseo y frustración que me provocaban sus palabras.

—No soy tuya, James —respondí en un susurro, tratando de mantener el control.

—Eso lo veremos —replicó, con una sonrisa fría antes de volverse hacia Henry—. Creo que ya has tenido suficiente de su atención.

Henry lo miró, evaluándolo como si fuera una pieza más en un tablero de ajedrez.

—No sabía que tenías un guardaespaldas —dijo Henry, con un tono tan calmado como siempre.

—No lo soy —respondió James con una sonrisa que no llegaba a sus ojos—. Pero me aseguro de que nadie se pase de listo.

La tensión era palpable. Sentí la mirada de Henry clavada en mí, esperando alguna señal, pero yo no podía arriesgarme a empeorar la situación.

—James, por favor —dije con un tono firme, intentando calmar las cosas—. Esto no es ni el momento ni el lugar.

—Para mí siempre es el momento —respondió sin moverse ni un centímetro.

Flora volvió a hablarme por el auricular, su tono lleno de frustración.

—Haz que se vaya. Está arruinándolo todo.

Tomé un profundo respiro, intentando mantener la calma mientras sentía a Henry y James mirándome, cada uno por razones completamente diferentes.

—Si no te importa, estoy ocupada —dije finalmente, mirando directamente a James.

—Sí, claro, ocupada ignorándome —dijo con sarcasmo, cruzándose de brazos—. No voy a irme, así que ¿por qué no me presentas a tu nuevo amigo?

Cerré los ojos por un breve instante, deseando que la tierra me tragara, mientras Henry sonreía, evidentemente disfrutando del espectáculo.

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Nereida Hernández montes
Malo
Rosalia Gonzalez
Bueno
Ylsi Alvarez
Excelente
Joscarina Figueroa
Actualización
actualización
actualización
actualización
actualización
Joscarina Figueroa
Autora actualiza rápido por favor
Ashly Rijo: Chicas despacio. Es que trabajo y llego super cansada a casa. Pero os quiero por estar tan pendientes cada día. Me esforzaré un poco más.
total 1 replies
Joscarina Figueroa
Autora soy nueva lectora por favor actualiza rápido
Ashly Rijo: Ok jjjj.
total 1 replies
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