Solo la confianza salvará.
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Despertar
Aiden sostenía mi mano, mientras mis ojos se acoplaban al brillo del sol. Una vez incorporada vi que todos los reyes estaban reunidos así que lentamente nos acercamos hacia ellos, Rhett ya hacía en un girasol enorme con los brazos extendidos a cada lado, una gardenia salía de su boca y nadie le había cerrado los ojos decían que eso le correspondía a quien había terminado con su vida.
-No es posible. Lo lograste,lo lograste mi amor. Desapareció en su totalidad el girasol. Eres la mejor reina que jamás pude desear. Te amo. -Aiden apoyo sus manos en mi cara y me dio un beso, lento, calido e inimaginable, pensé que no volvería a sentirlo.
-Le agradecemos mucho princesa, perdón Reyna Celeste. Su plan funcionó mejor de lo que creí y bueno, el que yo tenía en mente no hubiera funcionado tan bien y quizás la haríamos puesto en más peligro así que siempre estaremos en deuda con usted.-Era cierto, después de que me libere ellos solo me protegieron hasta el momento en qué yo estuviera lista para enfrentar a Rhett.
-No tienen que sentirse así reina Zoe, entre todos lo vencimos y nos hemos liberado de un tirano aunque siento pena por la reina Ayira no puedo decir que me entristece ya que ella fue quien lo crio para convertirse en lo que terminó siendo. -El jardín estaba destrozado, ninguna planta había sobrevivido y parte del castillo estaba destruido pero lo más importante es que todos habíamos resistido a la crueldad que Rhett nos impuso pero íbamos a honrar a los caballeros que habían dado su vida enfrentándose a Rhett.
Todos cruzamos a Circlet con la reina Ayira y Rhett para enterrarlos donde les correspondía. No hubo ceremonia ni palabras de despido, solo dejamos que su kiosko familiar de renacimiento los absorbiera y el decidiría el momento adecuado para darles vida y quizás ser mejores personas o al menos no repetir sus errores.
Circlet no tenía soberano alguno que se hiciera cargo ahora de la nación dado que los abuelos de Rhett ya habían muerto y ninguno de sus padres tenía hermanos. Sin alguien que viera a Circlet lentamente se desmoronaria y en unos años nadie recordaría que alguna vez fue una nación.
-Si están de acuerdo todos, me gustaría elegir un caballero o una doncella dignos de ascender al trono y gobernar lo como este se merece. El pueblo ya sufrió suficiente con sus últimos reyes así que es hora de que comiencen de nuevo, de comenzar todos de nuevo unidos como las grandes naciones que somos y que seremos. -Cada uno se arrodilló y golpearon su pecho con el puño cerrado dando respuesta de aprobación. No era muy común hacer una ascensión de ese tipo pero se realizaban si el pueblo consideraba que sus reyes no eran aptos para liderar.
-Sabia que tú inteligencia sobre pasaría todas nuestras espectativas y que estábamos formando a una gran reina. Tu padre estaría muy orgulloso de ti mi niña, tanto o más de lo que yo lo estoy. - Solo pude llorar abrazando fuerte a mi madre porque extrañaba a mi papá, nunca me había imaginado estar sin el y ahora que no estaba me daba coraje el pensar que murió de una forma demasiado dolorosa.
-Reinas, ya es hora de que cada uno vuelva a su respectiva nación pero créanme que esté suceso quedará grabado en los libros ya que la crueldad que Rhett propicio a las naciones en las últimas semanas no paso desapercibida para nadie. -La reina Zoe tenía razón, nos había hecho sufrir a cada uno pensando que reconstruiria el mundo a su manera.
Las líneas se habrían nuevamente, solo Aiden nos acompaño a mi mamá y a mi para darle sagrada sepultura a mi padre o a sus miembros que Rhett había dejado como advertencia pero lo que encontré fue una bomba.
La nación que ardía durante la batalla no era la de Aiden si no la mía, todo estaba hecho cenizas, solo estaba plasmada la silueta donde mi padre había perecido pero no de la forma tan atroz que Rhett había descrito.
No quedaba nada que hacer dado que el viento había levantado las cenizas de mi padre y ahora el estaría presente cuando los árboles se agitaran o la lluvia cambiará de dirección. La gente del pueblo aún no podría volver a su hogar hasta que lo reconstruyeramos pero nos tranquilizaba saber que estaban a salvo en Celstya y no habían sufrido más agresiones por parte de Rhett.
-No vamos a levantar la nación de la noche a la mañana pero si un día a la vez y cuando menos lo pensemos veremos el sol salir de nuevo desde el balcón hexa y el pueblo estará victoriando nuestros nombres por brindarles el amanecer que creían no volver a ver.- Aiden y mi madre sostuvieron mis manos mientras asentian porque era cierto, juntos veríamos resurgir tanto el castillo como el pueblo pero mejorando su condición.
-Si mal no recuerdo aún falta una semana para tu cumpleaños mi niña pero yo quiero darte tu regalo ahora. - Mi madre volvió a reforestar el jardín, el pasto estaba verde cubierto de rocio, los árboles se elevaban unos metros debajo del muro y mis rosas floreaban cómo el día que las planté. Mama estaba también de que el cuerpo de mi madre no fuera entregado al kiosko familiar así que hizo una estatua en el lugar que fallecio donde se le veía sonriendo de la forma que lo hacía cuando quería que yo lo hiciera después de sentirme triste.
-No habría podido pedir mejor regalo mamá, es perfecto y no lo cambiaría por nada aunque se que Aiden se esmerara por verme feliz cada día. -Aiden sonrió y beso mi frente mientras susurraba que me amaba lo cual me hizo sonreír así como sonrojar.
-No quería ser una intrusa tan pronto en su nación pero de momento no veo otra opción. Incluso reconstruir solo la planta baja supondría una semana entera cariño pero la verdad quiero empezar por el pueblo, son quienes más merecen volver a sus casas cuánto antes ya que sin ellos no somos nada.
-Si mamá. Gracias a ellos somos las personas que ven el día de hoy y en las que confian para cuidarlos, hagamos que no se arrepientan de tenernos como sus monarcas. -Abrimos la línea hacia Celstya hechando un último vistazo a nuestro destruido palacio sin perder la esperanza de verlo brillando nuevamente.
Celstya estaba intacta, Rhett había mentido pero la calma fluía dentro de nosotros porque las personas estaban seguras y ahora podían volver a la superficie para continuar con sus actividades diarias, la afluencia sería mayor ya que mi pueblo estaba aquí pero era trabajador así que contribuiria a las necesidades de sus anfitriones.
Todos pasamos al castillo donde nos aguardaba una sorpresa, las doncellas y los caballeros estaban en el recibidor formando una media luna y mientras avanzamos se comenzaban a arrodillar.
-Queria reina nuestra, nos hemos enterado de que su nación natal fue consumida por las ardientes llamas que el traidor Rhett provocó así que queremos ayudar a restaurarla. Quizás nuestra magia no sea tan potente como la suya pero está a su entera disposición reina Celeste. -No podía estar más agradecida con las personas que veía delante de mi quienes sin tener ningún deber con mi nación estaban dispuestos a brindarme su magia para poder reconstruirla y regresarle su antigua gloria.