La Protegida De La Bratva

Pasemos a mi despacho a conversar- le dije en un tono alto a mis padres.

No hay nada de que hablar Darko, sabías que estabas comprometido y no esperaba que anduvieras jugando a la casita feliz con otra mujer, que dicho sea de paso ya tiene una hija con vaya a saber quien- mire por unos segundos a mi madre y ella negó, entendí que no le había dicho quien era Alinay adonde pertenecía.

Creo que soy lo suficientemente grande como para tomar mis propias decisiones y créeme padre que casarme con Bianca no es una de ellas. Lo sabes desde mucho antes de que Alina apareciera en mi vida- le grité cansado de que quisiera manejarme como si aun fuese un niño.

Ese matrimonio fue arreglado por tu abuelo y tú debes mantenerlo- intento ordenarme, pero su enojo aumento al ver que sonreía.

Bien dicho, fue mi abuelo quien lo organizo, el mismo que murió hace unos años. No fui yo padre y no pienso casarme con ella- le dije sin mirarlo, no valía la pena seguir gastando palabras.

Ella fue educada para ser una perfecta rosa negra Darko y no vas a dejar a la familia en ridículo por un simple capricho por una mujerzuela que vaya a saber con cuantos se ha acostado- grito aún más furioso.

No te atrevas a decirle así, no la conoces- le dije en tono amenazante.

No necesito conocerla para saber como son las mujeres de su nivel, te va a endulzar el oído y deberás hacerte cargo de una bastarda porque seguramente su padre las abandono. no puedo permitir que tengas anda que ver con ella, serás el hazmerreír de toda la Mafia haciéndote cargo del hijo de otro- un fuerte ruido resonó en el lugar. Mi madre había avanzado hasta quedar frente a mi padre y lo había abofeteado.

No vuelvas a hablar así de una mujer jamás en tu vida- los ojos de mi padre que hasta hace unos segundos estaban inyectados de furia ahora la miraban perplejo a ella.

Ivi- quiso decirle, pero mi madre lo interrumpió.

ivi nada, no vuelvas a hablar así de Alina o puedo asegurarte que a pesar de amarte con la vida me iré y jamás podrás volver a verme- su voz era fría como el hielo y la amenaza fue lo suficientemente tajante como para hacer que el retrocediera unos pasos.

Al ambiente se sumergió en un profundo silencio en donde solamente se escuchaban nuestras respiraciones, mi madre aun parada frente a mí padre lo miraba desafiándolo a decir aunque sea una sola palabra y este por primera vez en mi vida se veía pequeño y desarmado.

no espero que sigas con el compromiso que se te ha establecido, pero debes saber que las consecuencias de anularlo serán pura y exclusivamente tuyas- mi madre volteó a decirme eso y luego se dirigió a la puerta de entrada -lamento que no nos quedaremos a cenar, dile a Alina que así como me enamore de sus postres espero enamorarme de sus comidas- miró a mi padre quien no dudo en seguir sus pasos como un niño al que acababan de regañar.

se fueron sin decir una sola palabra más, ahora la complicación era explicarle a la mujer que estaba arriba y que seguramente había escuchado todo el griterío, que la amaba. Voltee a ver las escaleras y me sorprendió ver allí a Artem y a Mazze, ambos seguramente escucharon todo desde las sombras y eso me complicaba mucho más, primero porque sabía que Mazze no permitiría que de ninguna manera dañara a su sobrina y segundo porque Artem me mataría si Selene llegaba a llorar, en fin me iba a quedar sin pelotas antes de poder confesarle a Alina mis sentimientos por ella.

No se atrevan a decir una sola palabra, ya sé que es lo que puede salir de sus bocas- les dije suspirando.

¿Qué harás?- la pregunta fue clara y sencilla y sabía que respuesta darle.

disolveré el compromiso lo quiera Bianca o no y en cuanto mañana esté todo arreglado con la reunión que nos espera, empezaré a cortejar a Alina ¿por qué les parece tan complicado que me haya enamorado de ella?- les pregunte viéndolos a los ojos.

Por tu pasado con las mujeres- y tenía que ser Artem quien contestara.

Les diré esto una vez y no volveré a repetirlo, la amo y voy a hacer todo lo posible para hacerlas felices todos los días de mi maldita vida, si alguien tiene algún problema con eso, puede irse al puto infierno- ya estaba sumamente sacado, sé que siempre fui un infeliz con las mujeres y solo fueron un pedazo de carne para sacar mis calenturas, y quizás Alina hubiese sido igual si me hubiese aceptado la plata en el bar, pero en este poco tiempo algo había cambiado en mí y detestaba tener que estar probando a cada minuto de mi vida que yo era la mejor opción para ella.

Me fui a mi despacho, necesitaba estar solo, todo esto había lanzado mi buen humor por los caños y sabía que en cualquier momento explotaría con alguien y me terminaría arrepintiendo. Me serví un vaso de Vodka qué tome de un solo trago y me serví otro para luego dirigirme a mi escritorio. No sé cuanto tiempo estuve inmerso en los papeles que estaba delante mío, pero debe haber pasado un buen rato. Unos golpes en la puerta hicieron que levantara la vista de la hoja qué tenía en mi mano.

No quiero ver a nadie- grité y seguí mi lectura, el ruido del pomo girándose hizo que mirara con bronca a quien se atrevía a desafiar mi orden y entrar igual, pero todo se fue al demonio.

Dijiste que cenaríamos todos juntos, vine a avisarte que la comida está servida- su dulce voz con algo de temor detrás me congelo, cambie rápidamente mi mirada, ella no merecía mi enojo ni mis berrinches.

Me levante de la silla, dejando los papeles en su lugar y caminando despacio así ella, note como bajo su mirada y quiso retroceder, mi corazón se paralizó de miedo, amaba que me tuvieran terror, pero ella no debía sentir eso hacia mí.

No agaches la cabeza por favor- levante su barbilla con mi mano. Note que había estado llorando así que acaricie con mi pulgar su mejilla.

Lamento haberte causado problemas con tu padre- sus ojos se ponían vidriosos.

Escucha esto porque no volveré a decirlo, jamás, pero jamás me vas a causar algún tipo de problema- pero antes de que respondiera la atraje hacia mí y la bese, como había querido hacer desde el día que la conocí, aunque encerré a la bestia que había en mí para ser el caballero qué en estos momentos ella necesitaba.