El ranchero Carlos Paniagua se iba a quedar un poco tiempo en la ciudad.lo justo para conseguir algo de compañía femenina antes de regresar a casa
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capítulo 6
la guió por el codo hacia el primer espacio que había en el aparcamiento. al ver el letrero de reservado en un rincón, Luisa lo miró con una ceja enarcada.
Carlos sonrió.
_es bueno ser el rey-declaró, citando una vieja película de mel Gibson.
el coche al que la condujo era de tamaño medio. después de sentarse, lo observó con una leve sonrisa meter su cuerpo largo detrás del volante. una vez acomodado la miró de soslayo
_este rey necesita un carruaje más grande.
parece un poco apretado en el asiento.
él movió los ojos con expresión dramática.
_no te haces idea-suspiró-en casa conduzco una furgoneta grande, con amplio espacio para las piernas.
Luisa rió con sinceridad. no podía recordar la última vez que había reído de forma tan natural. y resultaba aún mejor que Carlos rivera con ella.
la llevó a uno de los casinos, donde le dio el vehículo a la parca coche . el espectáculo, protagonizado por un comediante del que Luisa nunca antes había oído hablar, se celebra en una de las salas más pequeñas. el lugar ya estaba lleno cuando los condujeron a su mesa justo en el instante en que estallaba una salva de aplauso cuando El cómico salía a escena.
el hombre no solo era gracioso. sino hilarante y trabajaba sin trampa. no contaba chiste. hablaba de la vida, de las cosas cotidianas con las que prácticamente todos los asistentes podían identificarse y apreciar.
las pocas veces que le dedicó un rápido vistazo a Carlos también lo vio reír. en una ocasión le guiño un ojo.
un gesto sencillo pero que hizo que Luisa sintiera calor por todo el cuerpo. se reprendió diciéndose que era boba.
acabó el espectáculo, fue a ponerse de pie, pero Carlos la detuvo con un movimiento de cabeza
-quieres entrar en el casino y jugar un rato antes de irnos?-preguntó.
Luisa titubeó, pero al recordar que era uno de los lugares preferidos de Jeff para jugar, hizo un gesto negativo
_esta noche no, me duele el cuerpo de tanto reír-le sonrió para suavizar la negativa-ha sido muy gracioso
_sí lo ha sido-coincidió Carlos, guiándola al exterior. le entregó el ticket de aparcacoches antes de añadir-: tú eres una mentirosa horrible
-Luisa abrió la boca, pero antes de que pudiera hablar, se adelantó-: no pretendía que fuera un insulto.
_y cómo catalogaría ese comentario?-Luisa no intentó ocultar su irritación.
la zona estaba atestada de persona que aguardaban la entrega de sus vehículos y Carlos se acercó a ella.
_Luisa-dijo en voz baja en íntima-no soy ciego. vi el destello en tus ojos cuando me diste esa respuesta poco convincente. por algún motivo personal no quiere acercarte a ese casino-enarcó una ceja oscura-. te importa decirme la razón?.
se hallaba tan cerca que podía oler su Colonia y su fragancia puramente masculina, por no mencionar el sabor a vino de su aliento que le causaba estragos en el sistema nervioso.
_no?-él sonrió.
finalmente, ella se rindió en esa sonrisa con otra suya.
_supongo que es una tontería--suspiro-, no quería entrar porque es uno de los casinos preferidos de Jeff-se encogió de hombro-. prefiero no encontrarme con.
en cuanto terminó de hablar, y como si lo hubiera embocado, la voz oculta de Jeff le provocó un escalofrío de repulsión.
_vaya, Luisa. tan hermosa como siempre-dijo él con voz demasiado seductora-la sorpresa que es verde aquí. creía que no te gustaban los casinos.
se comportaba como si Carlos no se hallara presente.
_creías demasiadas cosas,-replicó con la voz tan fría como pudo poner-la mayoría errónea..no, todas.
los ojos azules de yes se tornaron frío: la voz seductora adquirió un tono áspero
-no todas-escribió una mueca burlona mientras la recorría con la mirada_...
-si nos disculpa-intervino Carlos con voz suave pero amenazadora al tiempo que deslizaba un brazo alrededor de la cintura de ella-ha llegado el coche, Luisa.
se sintió aliviada. pero eso solo duró un instante, la acción por el brazo que se alejara con Carlos. se puso rígida, enfadada y abochornada.
miró a Carlos ojos castellantes. obligado a alzar la vista, ya que le sacaba más de 10 cm
_bien demonios se crees que eres-te mando
_no creo quién soy-respondió Carlos-sé quién soy. y no quiero conocerte-la voz suave se desvaneció solo quedó La amenaza-y ahora, hombrecillo, quítale las manos de encima a mi dama.
-hombrecillo! tú... dama...-tartamudo denominado por la cólera-. te atreves..
Carlos suspiro
-me atrevo a cualquier cosa-expuso con precisión-y ahora aparte, amigo, antes de que me sienta tentado demostrarme realmente desagradable .
para sorpresa de Luisa. Jeff retrocedió. en absoluto con pinta de gallito, fachada que habitualmente solía presentar. lo vio observarlo con ojos entre cerrados mientras Carlos la ayudaba a subir al coche. pero parpadeó y retrocedió otros pasos cuando Carlos se volvió para devolverle la mirada.
aunque Luisa no pudo ver la expresión de este, debió de ser muy peligrosa, porque Jeff se giró en redondo y entró con celeridad al casino.
sin embargo cuando Carlos se sentó al volante, sus ojos solo percibió un destello de humor, acompañado de una sonrisa.
la atención de los minutos anteriores se evaporó del cuerpo de Luisa, dejando la relajada y cómoda. por primera vez desde que echara a Jeff, maldiciendo y discutiendo, de su apartamento y de su vida, se sentía a gusto en compañía de un hombre.
no tuvo muy claro si eso era bueno o no. sabía muy bien que sentirse a gusto con un hombre no era lo mismo que confiar en él . en ese momento de su vida, no estaba segura de poder volver a confiar alguna vez en uno. realmente era triste que un único hombre desagradable... se sacudió mentalmente"olvídalo", pensó, ni merecía el esfuerzo que le requería pensar en él.
echó la cabeza atrás y permitió que sus pensamientos pagaran.
fueron así durante varios minutos antes de que Carlos hablara.
Mmm ... Luisa, vamos a conducir sin rumbo fijo el resto de la noche o va a decirme dónde vives?.
Luisa sabía que el estado de ánimo plácido en el que se había asumido era demasiado bueno como para que pudiera durar.
_he aparcado mi coche en el restaurante de Víctor-se hirguió de su postura reclinad.
Mmm-murmuró el, girando en el siguiente cruce-. nos hemos pasado un poco del restaurante.
Luisa lo miró sobresaltada ante de observar por la ventanilla. frunció el ceño al no reconocer dónde se hallaban.
_qué consideras tú un poco?
él sonrió.
Oh, solo unos 3 km-repuso-, se te veía tan cómoda que detesté la idea de perturbarte . de hecho, ni siquiera estaba seguro de que te encontraras despierta.
agradeció la oscuridad del interior del coche que ocultó su rubor
_no dormía, pero me dejé llevar un poco. debe de ser el vino.
_claro, las Dos copas que te tomaste_bromeó. luego habló en serio-: pensaba en ese payaso que quiso hacer de pasar un mal rato?
_se llama-le dio el nombre como si no importara, y realmente sí era.
_te agarró del brazo-su voz había cambiado. en ese momento era como un gruñido y volvía a asustar-. y como trate algo parecido otra vez, cómo te toque cuando estés conmigo su nombre sería m***** o lodo.
no tuvo más remedio que reír ante el rápido cambio de palabra
_conozco el vocabulario, Carlos
_lo sé . todo el mundo lo conoce_se encogió de hombros-mi padre es muy puntilloso acerca de hablar educadamente delante de una dama. Yo pienso lo mismo.
_eso es agradable-comentó mientras entraban en el aparcamiento del restaurante. se detuvo junto a su coche en el solar por lo demás vacío.
desbrochándose el cinturón, se volvió hacia él al tiempo que extendía la mano para despedirse.
_gracias, Carlos, por una velada estupenda.
aunque él aceptó su mano, movió la cabeza.
_te voy a seguir a casa, Luisa
_pero..
no la dejó seguir.
es tarde, así que te seguiré y me aseguraré que entras a salvo en tu casa_afirmó con determinación, sin resquicio para la duda.
ella movió la cabeza suspiró y lo aceptó. bajó del coche de Carlos y se montó en el de ella. fiel a la palabra dada, la siguió hasta que aparcaron en el aparcamiento del edificio donde ella vivía.
bajaron al mismo tiempo de su respectivo vehículo.
_te acompañaré hasta la puerta.
_vamos, Carlos, no es necesario-protestó, aunque podría haberse ahorrado las palabras. sin contestar, él caminó a su lado hasta la entrada-, muchas gracias-repitió, ofreciéndole la mano.
_de nada-le tomó la mano y la empleó para acercarla con gentileza hacia él-. volveré a verte?
_sí_fue lo único capaz de decir a través de una garganta súbitamente reseca.
mañana por la noche?
trago saliva y vaciló un momento antes de responder,
Si
_bien_su voz proyecto una mezcla de alivio y satisfacción-te recogeré aquí a las 7:30, de acuerdo? haremos algo divertido.
ella asintió y el corazón le dio un vuelco cuando con la mano le alzó el mentón y con el dedo pulgar le acarició la mejilla.
_ese imbécil tenía razón en una cosa, Luisa_murmuró_. eres una mujer hermosa.
el corazón empezó a tronarle en el pecho.
_Carlos... yo..
_ssh_musitó, bajando la cabeza_. está bien. no te haré daño_le susurró un instante antes de rozarle los la boca con los labios en lo que más que un beso, era una promesa_, buenas noches,_dio un paso atrás_. ahora entra y echa cerrojo.