El Momento De La Venganza

Margarita se adentra al Despacho siguiendo a James, el escritorio de madera la pone nerviosa, se sienta sobre un confortable mueble, lo más lejos del objeto de madera que le despiertan recuerdos dolorosos, se pregunta cuándo podrá escaparse de ellos.

James saca el contrato y se los entrega a Margarita, quien los recibe y se pone a leer atentamente, quizás eso le ayude a distraerse, puesto que se siente agobiada y bastante nerviosa.

- "Se hicieron los cambios que pediste, no soy tan ogro como parezco", dijo James, buscando su mirada.

Margarita parecía ida, como si su mente hubiese viajado a otro lugar, a otro momento, y sin poder evitarlo algunas lágrimas caen por sus mejillas.

- "He tenido varias consideraciones contigo, pero si todos iban a ser dudas y miedos, tal vez debí dejar que prestaras tus servicios a otros hombres", manifestó James, frustrado, y sin comprenderse él mismo, ya que la situación la habia generado él, al querer tenerla a toda costa.

- "Bien, firmaré y quedaré contratada", dijo Margarita, quería salir de ese despacho, ahora los escritorios de madera, inmensos y de acabados refinados, eran un recordatorio de su pesadilla.

Una vez firmados los documentos, James le dio a su equipo legal y le dieron una copia a Margarita, como ella le había pedido salir del despacho porque se sentía sofocada, él la veía por el gran ventanal como paseaba por el patio de esa casa de playa.

Estaba tan concentrado que no se dio cuenta cuando ingresó su amigo Kalos, hasta que le puso una mano en el hombro.

- "Es una versión moderna y joven de Ángela, ¿qué vas a hacer con esa muchacha?, James", cuestionó Kalos.

- "No lo sé, pero no puedo soltarla", confesó James.

- "Ella no es Ángela, ella no es la mujer que prometió esperarte y se casó con otro, ante la presión de su familia de abolengo. Es linda, pero no tiene ni preparación, ni roce. No pretendas convertirla en Ángela porque te estarías engañando y la terminarías lastimando", advirtió Kalos.

- "Créeme que si no estaba conmigo, iba a estar peor. Y sé muy bien que no es Ángela, aunque tenga cierto parecido a cuando ella era más joven", manifestó James.

- "Ay James. Bueno, ya que es irremediable que sigas tras sus huesitos, dile que me consiga una cita con su amiga", dijo Kalos con una sonrisa.

- "Nos vamos en unos días, no la vas a volver a ver, será mejor que ni te molestes en buscarla", expresó James, conocer más a la amiga de Margarita, lo obligaría a hablarle sobre el pasado de la mujer cuyos servicios de acompañamiento ha contratado.

- "Muy mal James, pero la voy a encontrar, es muy linda; como modelo de portada. Es más, creo que es buena para nuestra nueva campaña publicitaria", comentó Kalos.

- "Kalos quizás te lleves una sorpresa cuando la encuentres, solo espero que sepas asumirla. Te recuerdo que hemos acabado las negociaciones, si me disculpas voy a acompañar a Margarita", dijo James y se apresuró a salir para darle el encuentro a Margarita.

Kalos mira a su amigo, y sabe que hace muchos años atrás la situación con Ángela le rompió el corazón, la única vez que se sintió débil y menospreciado, y que le obligó entre otras cosas a convertirse en el hombre que es ahora, teme que quiera vivir con la persona equivocada la historia romántica que no pudo tener su final feliz.

Por otro lado, tras la frustración de verse humillado por James y para evitar tentaciones de cobrárselas, provocaron que Richard Thompson haya regresado de inmediato a la capital, y sin pensar ingresa a su Despacho donde ha pedido que le lleven un trago.

Cuando ve a su esposa ingresar con el trago en la mano, voltea los ojos y tuerce la boca con molestia, ella era solo un premio que quería tener, pero después se convirtió en el infierno que sigue manteniendo porque hay algo mucho más importante que la paz para él, y eso era el poder y el dinero.

- "Vete con eso, no lo voy a probar, tal vez haya veneno dentro", expresó Richard.

El matrimonio que lo unió con la mujer que tiene en frente fue en esencia un acuerdo comercial, que se llevó a cabo más que todo con el padre, cuando ella tenía veinte años; el acuerdo prenupcial es tan fuerte que si alguno decide separarse, podría perder una gran cantidad de fortuna.

- "Créeme que si matarte no trajera consecuencias, ya estarías muchos metros bajo tierra. No debe haberte salido bien las cosas, por eso traes consigo tanta frustración; fuiste a conseguir algo de James otra vez, me temo que la única vez que lo conseguiste fui yo", expresó Ángela Lorens.

...Ángela Lorens...

Ángela Lorens ahora tiene treinta y ocho años, y es una mujer hermosa y elegante, estuvo estudiando en la misma universidad de James, dónde se enamoraron y empezaron a salir, pese a ser un Thompson, para la estricta sociedad donde se desenvuelven ser un hijo fuera del matrimonio y de una simple secretaria, que además no tenía fortuna propia, lo hacían indigno de emparentar con alguien como Ángela, por eso a ella la mandaron a estudiar en el extranjero; mientras organizaban su compromiso con Richard Thompson.

Ella tuvo miedo de dejar todo, porque la amenaza de seguir "obsesionada" con James, era perder todo lo que significaba ser una Lorens, la vida de lujo que ya tenía y cualquier posibilidad de heredar una moneda de la prestigiosa familia Lorens además de la amenaza de destruir a James.

- "Tal vez tu adorado James por fin encontró un reemplazo de ti, me encantará ver tu rostro cuando lo veas, se te va a borrar esa sonrisa estúpida en una cara que ya está vieja", manifestó Richard.

- "Solo vine a dejarte esto, para recordarte que en un mes es nuestro aniversario, que la verdad me interesa un comino, pero lo cierto es que vendrán personas importantes y los negocios siempre son primero", aseveró Ángela.

- "Tal vez él la traiga, será divertido ahora que lo pienso", dijo Richard.

- "El único que anda buscando reemplazos míos eres tú, ya que no puedes tocarme, buscas una igual a mí para desquitarte, ¿cuánto les pagas a esas muchachas para soportarte?", cuestionó Ángela en tono de burla, para luego salir.

Richard Thompson arrojó el trago contra la pared, como a su esposa no la puede lastimar por el acuerdo prenupcial que tienen, entonces busca muchachas jóvenes que se le parezcan para hacerlas sufrir en su representación; cuando en la misma noche de bodas le dijo que solo la tocaría cuando tengan que de manera obligada concebir un hijo; después del segundo, nunca pudo volver a estar con ella.