¿Qué pasaría si una persona dulce y amable como Eiran se encontrara con Damon, un líder de banda de motociclistas brutal, escéptico y extremadamente frío?
Un incidente los une cuando Eiran, un joven médico omega, debe ayudar a Damon, un alfa herido de bala en medio de la calle tras un violento enfrentamiento entre pandillas en Madrid.
¿Cómo se desarrollará esta historia? ¿Podrá Eiran derribar las barreras de Damon y cambiar la brutalidad del líder, quien ya está al límite? Acompáñanos para descubrir esta intensa y emocionante historia en un mundo Omegaverse...
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📌 BL/Omegaverse (ChicoxChico)
📌Embarazo masculino
📌Doctor x Ceo (Gánster)
📌Omega fuerte x Alfa fuerte (Personalidad)
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Capítulo 8
La acción de Eiran hacia Damon provocó que los amigos de este último se acercaran rápidamente, listos para intervenir. Sin embargo, Damon levantó una mano, deteniéndolos con un simple gesto de autoridad.
Damon se pasó los dedos por la mejilla, donde ya comenzaba a asomar un hilo de sangre en su labio producto del contundente golpe de Eiran.
—Estamos a mano —dijo Eiran, con una mirada desafiante mientras pasaba junto a él.
Pero antes de que pudiera continuar su camino, Damon tomó su muñeca con firmeza y, sin previo aviso, lo atrajo hacia sí, besándolo en los labios frente a todos los presentes.
El mundo pareció detenerse. Eiran quedó inmóvil, atónito por la osadía. Nadie jamás se había atrevido a algo así con él. Pero la sorpresa duró solo un instante. Con un empujón en el pecho, lo apartó, seguido de una bofetada que resonó con fuerza en el aire.
¡PLAT!
Damon, lejos de molestarse, sonrió con una mueca torcida. Había un brillo peligroso en sus ojos mientras daba un paso más cerca.
—¿Lo dejamos aquí o continuamos? —preguntó con voz baja, casi un susurro, cargado de provocación.
Eiran lo fulminó con la mirada, pero las palabras parecían haberse quedado atrapadas en su garganta. Todos los presentes observaban en silencio absoluto, conscientes de que estaban presenciando algo fuera de lo común. Porque Damon Ruiz no era un hombre cualquiera: era un Alfa dominante, el líder incuestionable de Madrid, y Eiran, un Omega Puro, acababa de enfrentarlo de manera pública.
Bianca, al percatarse de la tensión, se apresuró a tomar la mano de Eiran, llevándolo lejos de allí. A pesar de la distancia creciente, las miradas de ambos seguían entrelazadas, llenas de rabia, desafío y algo más que ninguno de los dos se atrevía a nombrar.
Ya dentro del bar, Bianca se giró hacia Eiran, visiblemente nerviosa.
—¿Estás loco? ¡Te enfrentaste a Damon Ruiz! —exclamó, apretando los hombros de su amigo.
—No le tengo miedo —respondió Eiran, todavía con el corazón acelerado.
—Eiran, él no es cualquier Alfa. Es peligroso. Un movimiento en falso y podría destruirte con un chasquido de dedos —advirtió Bianca, mirando a su alrededor como si esperara que Damon los siguiera.
—Sé cómo manejarme, Bianca. No te preocupes por mí —dijo, intentando mantener la calma mientras se dirigía hacia la barra.
—Deberías dejar de ser tan terco —refunfuñó Bianca antes de alejarse hacia la mesa reservada por su prometido.
—Ve tú primero. Me uniré después —respondió Eiran, señalando hacia la mesa.
Ya solo en la barra, Eiran pidió una bebida. El zumbido de las conversaciones a su alrededor apenas lograba atenuar el ruido de sus propios pensamientos. Sin embargo, su tranquilidad se interrumpió al sentir la vibración de su teléfono. Al desbloquearlo, un video apareció en la pantalla: el enfrentamiento de hacía unos momentos, enviado por su padre, Aiden Wilson.
—¿Hasta cuándo, papá? —murmuró Eiran, claramente frustrado.
El teléfono sonó de nuevo, y esta vez contestó directamente.
—¿Quién demonios es ese? Si vuelve a tocarte, le haré pagar con creces —dijo Aiden al otro lado de la línea, su tono firme pero protector.
—Papá, ¿no te pedí que dejaras de vigilarme? —respondió Eiran, llevándose una mano al rostro, exasperado.
Los hombres de Aiden aún seguían vigilándolo en Madrid, ya que el patriarca no confiaba en nadie para garantizar la seguridad de su hijo, especialmente siendo un Omega Puro y Dominante. El video del altercado con Damon había llegado a sus manos, y su preocupación era evidente.
—Eiran, ¿quién es ese Alfa? ¿Por qué se atreve a tratarte de esa forma? —insistió Aiden.
—Es... mi pareja, ¿de acuerdo? Tuvimos una discusión y le di un golpe, como cualquier relación normal. Si acaso, deberías preocuparte por él, no por mí —mintió Eiran, intentando calmar a su padre.
—¿Pareja? ¿Desde cuándo tienes pareja y no lo sé? Voy a investigarlo —declaró Aiden con severidad.
—¡Papá! ¡Déjame en paz! Si sigues enviando a tus hombres tras de mí, me mudaré al fin del mundo. ¡Quizá a una cueva donde nadie pueda encontrarme! —espetó Eiran, cada vez más irritado.
—Eiran, eres mi hijo. Siempre te protegeré, a menos que ya estés casado —respondió Aiden con calma, pero firmeza.
—¡No estoy bromeando, papá! Déjalos fuera de esto o me iré a la selva a vivir como un ermitaño —replicó Eiran.
—Cariño, ¿me estás amenazando? Qué cruel eres con tu padre —respondió Aiden, suspirando.
—Si no quieres que lo haga, dile a tus hombres que se retiren ahora mismo —sentenció Eiran antes de colgarle.
A pesar de haber nacido en una familia influyente, Eiran nunca usaba su apellido ni su posición para imponerse. Todo lo que deseaba era una vida normal, lejos de los focos y las expectativas que conllevaba su linaje. Sin embargo, con hombres como Damon Ruiz en su camino, la normalidad parecía cada vez más imposible.
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