Por Culpa De Aquella Noche

¿Quién es la niña de allí?

Matteo estaba parado frente a la gran pared de cristal oscuro de la oficina de su amigo viendo hacia una terraza que tenía el edificio un piso más abajo y en la que jugaban una niña como de unos cuatro años y un niño que se veía algo mayor que ella.

Boris inclinó su silla un poco hacia atrás y miró sobre quien preguntaba su amigo.

- Es Aiko, la hija de Mia mi ex secretaria.

-  Un nombre muy sugerente- dijo Matteo como si hablara con él mismo sin explicar porqué- ¿Es adoptada?

Matteo recordaba muy bien a la chica de la que seguía pensando que conocía de algún lugar y en ella no había ni un rasgo asiático, le llamó la atención que Boris le dijera que ya no era su secretaria y ahora que lo mencionaba se dio cuenta de que cuando llegó lo atendió un joven pero eso lo iba a dejar para después, ahora quería saber sobre otra cosa.

- No es adoptada.- contestó muy parco Boris.

- Su padre es japonés- dijo Matteo más como una afirmación que como una pregunta.

- ¿Como sabes que es japonés?- preguntó su amigo mientras ambos seguían mirando a la niña correr.

- Para ustedes los occidentales todos los que tenemos los ojos rasgados somos chinos y creen que todos somos iguales, pero entre nosotros de lejos podemos saber si somos chinos, coreanos, japoneses, filipinos o de cualquier otro país donde imperan los rasgos asiáticos, no nos parecemos en nada.

- Pues sí señor analista que habla como si usted no fuera también occidental.- se burló un poco de su amigo que siempre ha estado orgulloso de su ascendencia japonesa- Recuerda que naciste en New York y que has vivido casi toda tu vida en Italia- lo señaló con el dedo mientras le sonreía- El padre es japonés pero no está con ellas.

Matteo dejó de mirar a la niña y puso los ojos en su amigo.

- ¿Cómo lo sabes?

Boris se recostó en su silla.

- Cuando Aiko tenía cerca de dos años iba con la tía de Mia en el auto y una chica de diecinueve años que estaba muy borracha después de pasar un rato de fiesta con sus amigas se saltó un semáforo y las embistió, la tía tuvo solamente unos rasguños pero la niña era pequeña y sus frágiles huesos se movieron fuertemente por la inercia del choque, tuvo una afección de cadera que comprometía que volviera a caminar debidamente si no se operaba.

Matteo volvió a mirar a la niña que seguía corriendo y riendo en la terraza, no parecía tener nada que dificultara su movilidad así que siguió escuchando a su amigo hablar.

- La operación se programó pero había surgido un problema, Aiko tiene una condición genética muy rara en la sangre y eso encareció considerablemente la operación dificultando que la hicieran pues ella no podía recibir cualquier tipo de sangre, solamente una igual a la suya.

El asiático volvió a mirar a su amigo, ahora sí tenía que averiguar de donde conocía a aquella chica.

Matteo había heredado de parte de su familia paterna una condición en la sangre que lo obligaba a tener una reserva constante de ella para prevenir cualquier imprevisto pues si recibía una sola gota de alguna que no fuera compatible le provocaría la muerte, él mismo hacía donaciones con regularidad y la almacenaba confidencialmente en un laboratorio y en una habitación de su casa especialmente equipada para una emergencia.

Recordaba bien que hacía un par de años más o menos la seguridad del laboratorio se vio comprometida y robaron parte de su sangre, después apretando las teclas necesarias se enteró de que no hubo tal robo, que su sangre fue vendida por un técnico, pero nunca pudo saber a quien hicieron la entrega pues el hombre se suicidó antes de que pudieran sacarle algo, al parecer sabía bien lo que le esperaba, y ahora resulta que su sangre podría estar corriendo por las venas de aquella niña.

- Mia vino a verme para pedir un préstamo a la empresa y yo le sugerí que buscara al padre de Aiko, sin darme muchos detalles me dijo que al saber de su embarazo él le mandó a decir que no la quería ver cerca nunca más o él mismo le sacaría la criatura a golpes.

Matteo levantó una ceja la niña se llamaba Aiko que significaba hija querida, no entendía nada.

- Entonces quise que ella aceptara mi dinero para que no entrara en una deuda y no lo aceptó tampoco, así que no me quedó de otra que tramitar el préstamo con los otros socios y estuvo pagándolo hasta hace muy poco.

- Ya que sabes tanto, sabes el porqué del nombre de la niña.

- Un tiempo después le pregunté porqué si el padre no la quiso le puso un nombre japonés  y me contestó que cuando nació enseguida supo que algún día tendría que darle a su hija una explicación de su ascendencia, así que prefirió ponerle un nombre que tuviera un significado hermoso, al menos para ella.

- ¿Tienes algo con ella?

- ¿Con Mia?- el asiático asintió.

- Cuando vine el otro día la llamaste señorita Vani y ahora la llamas por su nombre.

- No es precisamente esa parte de la familia la que me interesa, ella solo ha sido mi secretaria y muy buena por cierto y cuando estamos solos la llamo por su nombre por comodidad, pero si hay alguien delante la trato con protocolos, ella es una buena chica y no quiero que por ser madre soltera caiga en boca de nadie aquí en la empresa.

Matteo no quiso preguntarle de que otra parte de la familia hablaba pero se imaginó que la niña no era, así que siguió con su investigación.

- ¿Sabes si tiene alguna relación?

- Desde que empezó a trabajar conmigo es rara la semana en que no aparezca un mensajero con flores o dulces- Matteo se arregló el cuello de su camisa con incomodidad al escucharlo- Por esos intentos han pasado desde inversores hasta guardias de seguridad, ella es muy hermosa, además de muy carismática y delicada, pero ella no acepta a nadie, si los regalos no pueden ser devueltos siempre terminan en la sala de descanso para que el que lo desee los tome, para ella solo existe Aiko.

Matteo movió la cabeza de arriba a abajo y volvió a mirar a la niña que ahora tenía una botella de agua en las manos y bebía de ella.

- ¿Ahora vas a decirme porqué tantas preguntas?- Boris le había dado todos los pelos y señales de Mia a su amigo pero también tenía curiosidad.