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Pasiones Ocultas.

Pasiones Ocultas.

Status: Terminada
Genre:Romance / Yaoi / Completas / Posesivo / Arrogante / Mujeriego enamorado
Popularitas:147.1k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Wang Chao

Samuel odia a Dereck, y Dereck disfruta molestar a Samuel. La razón detrás del odio de Samuel es un misterio para Dereck, quien no entiende por qué su antiguo amigo de repente se distanció y lo mira con desprecio. Sin embargo, el destino parece empeñado en reunirlos, y constantemente se encuentran forzados a pasar tiempo juntos. A medida que pasan más tiempo juntos, sus sentimientos comienzan a cambiar, aunque la desconfianza de uno y el miedo del otro complican las cosas.

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Capítulo 05. Tu lugar es con Lily.

El fin de semana llegó más rápido de lo que Samuel hubiera deseado. Ahora se encontraba en la habitación de Lily, quien no sabía qué iba a usar. Estaba realmente emocionada, sacando ropa del armario y lanzándola por doquier. Desde que había ido con Derek a ese entrenamiento de box, parecía más animada a conquistarlo. Por supuesto, Samuel seguía en desacuerdo.

—Li, con cualquier cosa te ves hermosa —Samuel se acercó a ella y la tomó de las manos. Lily era cinco centímetros más baja que él, con cabello ondulado cobrizo, ojos miel, labios lindos y una nariz respingada. Si no fuera bailarina de ballet, podría competir en los grandes certámenes de belleza.

—Pero no quiero que me vea hermosa, quiero que me vea única, inigualable —ella suspiró con pesar—. Quiero que él solamente tenga ojos para mí.

Samuel sintió una opresión en el pecho y arrugó un poco las cejas.

—Tú nunca te has enamorado, Sammy, por eso no me entiendes, pero… realmente quiero ser la persona que haga que Derek Blackwell se enamore de verdad.

Samuel negó internamente, pero aun así la abrazó y acarició su espalda con cariño.

—Está bien, te ayudaré a elegir algo de ropa.

Ella saltó de alegría y entre los dos comenzaron a buscar la ropa adecuada para la ocasión.

Samuel realmente se había enamorado una sola vez en sus veinte años. Aunque había tenido una relación secreta y efímera, solamente había una persona a la cual no había podido olvidar. Sin embargo, sería ridículo hablar de ello con alguien. Sería un completo chiste decirles a sus amigos que se había enamorado, que se había entregado y que fue abandonado al día siguiente como si nada hubiese pasado. Él nunca se lo diría a nadie. Jamás se pondría en ridículo de esa manera.

Después de mucho buscar entre los montones de ropas desordenadas, encontraron el vestido perfecto para ella. Una vez que terminaron de ordenar nuevamente, ambos se sentaron en la cama, completamente agotados.

—Serás un buen novio —soltó de repente Lily—, es una pena que nunca tengas citas.

Samuel sonrió—. Estoy demasiado ocupado con las prácticas de ballet, la universidad y el entrenamiento en defensa personal, no tengo tiempo para ello. —Explicó, aunque él sabía perfectamente que era solamente una mentira con un poco de verdad.

Lily le dio un leve golpe en el brazo, sonriendo—. Bueno, espero que cuando tengas tiempo, encuentres a alguien que te valore y te haga feliz. Porque realmente lo mereces, Sammy.

Samuel asintió, aunque su mente seguía atrapada en recuerdos que prefería olvidar. Decidió cambiar de tema, no queriendo ahondar en sus propias inseguridades.

—Y tú, Lily, brillarás esta noche. Derek no tendrá ojos para nadie más.

Ella sonrió, y los dos pasaron el resto del tiempo charlando y riendo, tratando de olvidar, aunque sea por un momento, las complicaciones de sus vidas.

Samuel regresó a su casa por la tarde. La fiesta sería hasta las ocho de la noche, así que aún tenía tiempo de cenar con su familia y cambiarse. Al llegar, se sorprendió al ver a su madre en la sala, acompañada de sus dos amigos, Jenny y James.

—Hey, chicos, no me dijeron que vendrían.

Samuel fue hacia la sala y saludó a ambos, al igual que a su madre. Ocupó un lugar en uno de los sillones vacíos, intentando disimular su sorpresa.

—Jenn insistió en venir —dijo James como si lo hubieran arrastrado hasta ahí.

—Sí, tenía algo importante que hablar contigo, pero no quería que fuera por teléfono. —Jenny le guiñó un ojo y Samuel supo en seguida de qué se trataba todo eso.

—Oh, entiendo —mencionó con fingida sorpresa—. Má, iremos a mi habitación, llámanos cuando esté la cena.

Susan asintió y los tres amigos subieron las escaleras. Al llegar a la habitación, Samuel dejó el celular y la cartera a un lado antes de girarse para enfrentar la mirada indignada de su amiga.

—¿Por qué no me invitaron, Samuel? —Jenn parecía realmente enfadada. Su tono era una mezcla de reproche y decepción, algo que Samuel no esperaba de una de sus mejores amigas.

Esa era otra de las razones por las cuales se oponía a que alguna de las dos consiguiera algún progreso con Derek. Ambas eran amigas con un pasado de baja autoestima, y ambas estaban encaprichadas con él. Harían todo por conquistarlo, pero él no estaba dispuesto a dejar que sus amigas se distanciaran o pelearan por un hombre, y mucho menos si ese hombre era Derek Blackwell.

—No quiero que te involucres con él —dijo Samuel, frunciendo el ceño.

—¿Por qué no?

—No te conviene, Jenn, simplemente eso. Derek no es bueno para ti.

—¿Y si es bueno para Li? —Jenny se cruzó de brazos, su expresión de incredulidad y enojo acentuándose—. Por favor, Samuel, nos conocemos desde hace años, incluso antes de conocer a Li. ¿Por qué a ella la ayudas y a mí no?

La voz de Jenny se escuchaba completamente agraviada, pero Samuel no planeaba doblegarse. Al menos tenía que salvar a una de ellas de las garras de ese hombre.

—Por esa misma razón quiero protegerte de enamorarte de él.

—¿Protegerme? —Jenny rió sarcásticamente, su risa resonando con un amargo eco en la habitación—. Lanzas a la persona que me gusta a los brazos de una amiga, vaya manera de protegerme.

—No lo hice, de verdad —Samuel se puso de pie, un poco asustado por la intensidad de la situación. Nunca pensó que las cosas se tornarían de esa manera—. Yo, únicamente me preocupo por ustedes.

—Deja de hacerlo, Samuel —Jenny se acercó a la puerta y tomó el pomo en sus manos, pero no se atrevió a salir—. Deja de preocuparte por mí o por ella, ambas somos adultas, sabemos cuidarnos solas. —Jenny volvió la mirada hacia él, y Samuel se quedó sorprendido al verla tan enfadada. Nunca la había visto así—. Solamente piensas mal de él y no sabes si puede enamorarse, no sabes si puede cambiar y ser de una sola persona. No sabes nada, Samuel. Tú nunca te has enamorado y dudo mucho que te importe alguien más que no seas tú.

La habitación quedó en completo silencio cuando Jenny cerró la puerta y se fue. Samuel se dejó caer con pereza sobre el colchón, cubriendo su rostro con una mano, intentando procesar lo que acababa de suceder. La rabia y la tristeza se mezclaban en su pecho, creando una sensación de opresión que le costaba ignorar.

—Tal vez tengan razón, ustedes dos. Tal vez solamente me preocupo de más...

O tal vez no es preocupación, pensó, pero mantuvo esas palabras en su mente. No podía permitirse admitir la verdad ni siquiera a sí mismo.

—Ya se le pasará, Jenn es así, lo sabes —dijo James, intentando consolarlo mientras se sentaba junto a él en la cama.

Samuel asintió, aunque no estaba convencido. Nunca antes habían peleado, y no sabía si las cosas se solucionarían tan fácilmente como decía James. Era consciente de que algo había cambiado, y no estaba seguro de cómo manejarlo. La idea de perder la amistad de Jenny le resultaba insoportable, pero al mismo tiempo, no podía dejar de pensar en Derek y en cómo su presencia complicaba todo.

—Supongo que tienes razón —dijo finalmente Samuel, mirando el techo—. Pero me preocupa que esta vez sea diferente. Jenn estaba realmente enfadada.

—Lo sé, pero dale tiempo. Tú sabes cómo es. Puede ser impulsiva, pero también es comprensiva. Cuando se calme, entenderá que solo querías protegerla.

Samuel cerró los ojos, tratando de calmar sus pensamientos. La situación con Derek, Lily, y ahora Jenny, parecía un laberinto sin salida. Cada decisión que tomaba parecía llevarlo a un nuevo conflicto, y no sabía cómo encontrar una solución que no lastimara a alguien.

—Quizás tengas razón, James. Quizás solo necesito dejar de preocuparme tanto y dejar que las cosas sigan su curso.

James le dio una palmada en el hombro, sonriendo con un gesto de ánimo.

—Eso es, Sam. A veces, lo mejor que podemos hacer es confiar en que todo se resolverá por sí solo.

Samuel asintió, aunque no estaba del todo convencido. Sabía que necesitaría tiempo para procesar todo lo que había ocurrido, pero al menos tenía a James a su lado para apoyarlo. Quizás, con un poco de suerte, las cosas mejorarían y podría encontrar una manera de mantener la paz entre sus amigos sin sacrificar su propia tranquilidad.

Eran las siete cuarenta de la tarde cuando una ruidosa motocicleta rugió en la entrada de la mansión Winters. Samuel y James, quien se había quedado hasta ese momento, salieron a encontrarse con el molesto Derek Blackwell.

—Princesa, vamos —dijo Derek mientras se quitaba el casco y se acomodaba el perfecto cabello negro hacia atrás.

—¿A dónde? —preguntó Samuel, aunque ya conocía la respuesta. Derek se rió ante la pregunta, no esperando que Samuel hiciera algo tan obvio.

—A la fiesta —contestó, aunque la sonrisa cínica en sus labios se borró al ver a James junto a Samuel—. No cabemos los tres en la motocicleta.

—No iré contigo —respondió Samuel con firmeza. No tenía intención de subirse a la motocicleta de Derek, especialmente porque pensaba que él debería estar con Lily, aunque la idea no le encantara.

—¿El niño te va a llevar? —dijo Derek con desdén. James frunció el ceño. Tenía veinte años, y ser llamado niño por Derek solo añadía irritación a la situación.

—Iremos con Joel —dijo Samuel—. De todas maneras, tú no deberías estar aquí.

Tu lugar es con Lily, pensó, aunque no lo dijo en voz alta.

—¿Y con quién si no? —Derek bajó de la motocicleta y se encaminó hacia los dos amigos. Llevaba ropas oscuras como siempre: una chaqueta y guantes de piel, y cadenas de plata colgaban de su cuello, dándole un aspecto urbano y atemorizante.

Samuel tragó en seco al tenerlo cara a cara. Derek se inclinó para estar a su altura y lo examinó con la mirada. Samuel llevaba una camiseta blanca con una camisa de encaje negra encima, pantalones hasta la cintura y zapatos que lo hacían ver tres centímetros más alto. Su cabello estaba perfectamente arreglado, con algunos mechones cayendo sobre su rostro. Era hermoso desde cualquier ángulo.

—Lily —murmuró Samuel apenas audible—, deberías de estar con Lily.

—Oh, tu amiga —Derek se alejó de Samuel y miró a James detrás de él, su mirada volviéndose fría al instante—. Le llamaré entonces. Nos vemos.

Derek se despidió con un movimiento de manos y regresó a la motocicleta. Tardó más en subir y acomodarse el casco que en desaparecer en la carretera. Samuel suspiró, sin saber si era con alivio o pesar.

—¿Nos vamos? —preguntó James, observando el rostro de su amigo—. Sammy, si no quieres...

—Se lo prometí a Lily —dijo Samuel, volviéndose hacia James—. Quiero estar ahí para evitar cualquier cosa que no debería de ocurrir. Vamos.

James asintió—. Vamos.

Los dos amigos se encaminaron hacia el auto donde ya los esperaba el chófer. La fiesta a la que asistirían era organizada por el equipo de fútbol de la academia de Lily. Su hermano mayor, Michael, era el capitán del equipo de fútbol americano y estaban celebrando haber ganado la copa de oro en el campeonato escolar.

A ninguno de los dos les apasionaba el fútbol, pero se obligaban a asistir. La fiesta prometía ser larga, tortuosa y extraña.

La fiesta ya estaba en pleno apogeo cuando llegaron. La casa de los Moore estaba decorada con luces de colores y había música retumbando desde el interior. La gente iba y venía, algunos con bebidas en la mano, otros bailando y riendo.

Samuel y James se abrieron paso entre la multitud, buscando a Lily. La encontraron hablando con Michael, quien la presentó a varios de sus amigos del equipo. Al verla, Samuel no pudo evitar sentir un nudo en el estómago. Lily estaba radiante, luciendo el vestido que habían elegido juntos. Su rostro reflejaba una mezcla de nerviosismo y emoción, claramente ansiosa por ver a Derek.

—¡Sammy, James! —Lily los vio y corrió hacia ellos, dándoles un abrazo a cada uno—. Qué bueno que llegaron, estaba empezando a pensar que me habían dejado sola con estos brutos.

—Nunca haríamos eso —respondió Samuel con una sonrisa—. ¿Dónde está Derek?

—Todavía no ha llegado —dijo Michael, acercándose con una bebida en la mano. Samuel no se sorprendió porque lo conociera, después de todo, Lily era su protegida y siempre estaba al tanto de todos los que la rodeaban—. Pero ya sabes cómo es, siempre aparece cuando menos lo esperas. —Tal vez se conocían mejor de lo que todos pensaban.

Samuel asintió, tratando de ocultar su incomodidad. No pasaron muchos minutos antes de que el rugido familiar de una motocicleta anunciara la llegada de Derek. Al entrar, su presencia parecía llenar la habitación. Los ojos de Lily se iluminaron y Samuel sintió una punzada de celos, aunque no quiso admitirlo.

—¡Derek! —Lily corrió hacia él y lo abrazó, pero Derek parecía más interesado en escanear la multitud.

—Hola, Lily —dijo con una sonrisa distraída, antes de fijar su mirada en Samuel—. Vaya, princesa, te ves muy bien. —Comento como si no lo hubiera visto antes.

—Cállate, Blackwell —respondió Samuel, tratando de sonar indiferente. Pero Derek solo sonrió y se encogió de hombros.

—Vamos, no te pongas así. Ven, vamos a divertirnos un poco.

La fiesta continuó, y aunque Samuel trató de mantenerse alejado de Derek, no pudo evitar notar la atención que Lily le prestaba. Ella estaba claramente enamorada, y aunque Derek parecía disfrutar de su compañía, Samuel no podía quitarse de la cabeza la idea de que todo era un juego para él.

—¿Estás bien? —preguntó James, ofreciéndole una bebida.

—Sí, solo... preocupado por Lily —respondió Samuel.

—Ella sabe lo que hace. Además, si Derek intenta algo, estaremos aquí para protegerla.

Samuel asintió, tratando de convencerse de que eso era suficiente. La noche avanzó, y mientras la música y las risas llenaban el aire, él no podía sacudirse la sensación de que algo estaba a punto de cambiar.

1
SILVIA HERNANDEZ
Excelente
Flor Romero
tampoco has puesto la de Dereck y la de Samuel, no los conozco
Wang Chao: Ellos son los primeros en salir, en el prólogo y personajes 🫠
total 1 replies
Graciela Mauchiere
no juegues con nuestros sentimiento autora!!!!!
Micaela Zevada
Excelente
Cupida San-soshi UwU
Una gran meta /Smile/
pero todas a el
Maritza
ya me cae mal Samuel, se pasa de tonto, a 😏aparte nadie le pidio ayuda, ya aburre su actitud, que se busque una vida
Maritza
no existe locomoción colectiva, porqué no se puede movilizar solo, lo encuentro tonto,😏
Mily
Muy malo
Mily
Malo
paty hdz
Excelente
María Monica Rueda Rosas
te felicito super super buena
Ileyan Garcia
dios!!!! que papis!!! 🥰🥰😍😍😍😍 lástima que sean descerebrados!
Ileyan Garcia
yyyyyy! se pone emocionante
Ileyan Garcia
me gusta, me gusta, me gusta!!!!
Krasivy
sigo sin entender porque no va a la policía 😔
Krasivy
pero porque va a hablar con ella????? tiene que ir a la policía de frente 🤡
liliana maria almanza
Bueno
Monica Barros
aburrida está la trama
Teresa Castillo
gracias por tan maravillosa historia realmente me encantó disfruté reí lloré y me emocioné con estos chicos que lucharon por ese inmenso amor que sentían ❤️🥰
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