Papá, Quiero A Mami

Liliana al escuchar lo mismo otra vez. Observa fijamente a Ian, Finn al ver la consternación de Liliana sonríe a Gina.

Finn se lleva a la niña, Gina se resiste a ir, Ian con solo una mirada logra que se calme, conoce bien a su padre como para saber que ahora está molesto con ella, no entiende por qué la quieren afuera, aun así se va con Finn.

“Señor quienes son…” Lía se cubre con las sabanas, no entendía nada o como acabo aquí.

”Soy Ian Greco, la persona que lo salvo ayer después de estrellarse, tú eres Lía Allen, hija de Paulo acabas de llegar a la ciudad y tus enemigos ya quieren deshacerse de ti. Si quieres vivir, quédate unos días aquí y juega con Gina, así me puedes pagar por salvarte o puedes irte solo para que acaben contigo pequeña fiera”

Con ese mismo voz y una sonrisa en la comisura de los labios de este hombre, es la voz del hombre con el que tuvo sexo. La llamó varias veces pequeña fiera, ambos estaban drogados esa noche y el cuerpo de Lía aún quedan marcas de aquella noche.

No quería preguntar si fue el mismo hombre, tienen las mismas facciones y la voz es idéntica. No quiere creer que sea cierta, hay 99.99% que sea el mismo hombre.

Ian no esperó su respuesta, gira los talones y se va, dejando a Lía sin palabras: como sabe tanto de ella, lo del accidente como supo que fue provocado, muy probablemente hizo una investigación sobre sus antecedentes.

Volviendo a lo del accidente, solo una persona le vino a la mente: Kate quería acabar con ella para siempre.

Al pensar en ello se toca la frente, aún tenía la gasa. Finn toca la puerta para entrar.

“Srt. Lía iremos al hospital para realizarle unos estudios para confirmar que no haya daño cerebral con el accidente”

Finn recibió órdenes de Ian para hacerle tomografía computarizada, resonancia magnética y todos los requeridos por el especialista para saber que todo esté bien con ella.

“Está bien, solo me cambio y vamos” ella no quería ir, a la edad de diez años estaba llorando frente a una sala de urgencias con los médicos tratando de reanimar a Amika. Paulo estaba de viaje con su amante, ella y su nana llevaron a su madre al hospital.

Seguía llorando en el piso, el médico se inclina ante ella para notificar que su madre se fue. Vio el cuerpo de su madre en la morgue en una camilla de metal cubierta por una sabana.

Al escuchar hospital siempre recuerda ese día.

La joven sirvienta le trae un conjunto de ropa, se levanta para cambiarse.

Baja las escaleras, la chica camina detrás de ella cuidando que no se caiga.

Gira la cabeza solo para ver a Ian trabajando con su portátil en el sillón, en otro Finn sentado tomando su café y platicando con la niña, esta no dice nada, solo escucha sin responder a Finn.

La niña ya se ha cambiado, lleva puesto un hermoso vestido celeste, parte de la falda lleva pequeñas flores bordadas muy hermosas.

La camisa de seda que lleva puesto es del mismo color que coincidencia.

Finn se levanta al verla llegar, Ian se hace el desinteresado.

La vio de reojo cuando venía bajando, la blusa celeste lo acompaño con una falda plisada de cintura alta gris neutro lo cual complemento con unas sandalias planas.

Es la primera vez que pensaba que una mujer se veía tan hermoso con prendas muy básicas, siempre ha estado rodeado de mujeres que llevan ropa de diseñadores de pies a cabeza.

Gina al ver que venía corre para tomar su mano: “Mami te ves bonita”

Lía quería soltar su mano y decir que no es su madre, pensó que solo era una niña que le gustan las bromas.

“Gracias, hermosa” le acaricio el pelo como lo hacía su madre a esa edad.

Amika la amaba, pero no tanto como a Paulo. Ella dio su vida por él sin importarle su hija.

Al estar inclinada ante Gina, la niña salta para darle un tierno beso en la mejilla.

Nadie dice nada, Finn se acerca ante el incómodo momento: “vamos, Gina vendrá con nosotros”

Gina sale de la mano de Lía, atrás viene Finn cuidando de ambas.

En la entrada los espera tres autos. El conductor les abre la puerta del auto del medio para Gina y Lía, Finn va de copiloto.

“Los llevaremos por seguridad” Finn le comenta, Lía supone que es por Gina.

Siendo la hija de Ian Greco corre peligro de ser en blanco de sus enemigos comerciales.

Llegan al hospital privado de Salcoany City, ya lo estaba esperando el neurólogo, le hacen todas las pruebas habidas y por haber.

En la sala de espera se encuentra Gina y Finn esperando a Lía.

Pasaron varias horas, la ven salir le cambiaron el vendaje de la frente. Finn es el mejor médico cirujano militar de la ciudad, su colega sabe que hizo un buen trabajo en la frente de la chica.

“Te enviaré los resultados más tarde” el médico le informa a Finn

La pequeña toma la mano de Lía:”¿Te duele la cabeza?”

Quería llorar al ver el vendaje más grande que ahora lleva puesto.

“No. Enfrente hay un parque, ¿vamos?”

Gina se la pasaba en la villa tomando clases, no ha salido a ningún parque con su padre. Hoy va al parque por primera vez.

Cruzan el peatón para llegar al parque. La zona es exclusiva por ello, este parque está muy bien cuidado, flores por todos lados.

Lía pone su cartera en el banco, Gina muy emocionado de ver tantas flores de muchos colores, se sienta junto a Lía.

Aprovecha que están a solas para preguntar: “Bonita, ¿por qué me dices mami?”

Finn les da su espacio sentándose en un banco cerca, la seguridad también está muy al pendiente de ellas, con las palabras de su jefe en mente: “¡si tan solo les falta un cabello a ambas, todos serán hombres muertos!”

Recordando la voz helada y aura asesina, no dudaban que sus vidas hoy depende de estas dos. Solo pensar lo que les haría su jefe, un escalofrío recorre sus espaldas.

“Papá dijo que mamá, es una hada mágica y muy hermosa, y aparece un día de sorpresa. ¿Por qué tardaste mucho?, todos van al colegio con mamá y yo no”

Los ojos de Gina se le llenan de lágrimas recordando como la molestan por no tener mamá.

Lía sintió pena por ella, no quería verla llorar.

Se pregunta donde está su madre biológica, Ian muy probablemente tuvo algo que ver en eso o porque alguien como él le inventa a una niña que existen las hadas mágicas.

¡Qué hombre tan infantil!

Lía es terrible para consolar a los demás, nadie se detuvo para abrazarla cuando lloraba al lado del cuerpo frío de su madre.

Al ver llorar a Gina le hizo recordar cuanto quería un abrazo en aquel entonces.

Sin pensarlo atrae a la niña a sus brazos, se siente tan suave, tan pequeña. Los latidos de su corazón latía demasiado rápido.

Gina por primera vez sintió como se siente el abrazo de mamá.

“Lo siento pequeña” no sabía qué decir para tranquilizar a la niña.

Porque ese idiota le miente así a una niña.

“No te vayas de nuevo” Gina quiere que ella se quede a vivir con ella.

Finn sentado, lleva puesto sus lentes de sol que son de la última tecnología de la Corporación Greco, que son en realidad cámaras transmitiendo todo lo que está sucediendo a Ian.

Ian sentado en la sala de la villa, observa como Gina llora en los brazos de Lía.

Sonrió al ver la escena, siente tristeza por su hija, no ha podido darle una madre que realmente la quiera a ella y no el dinero de su padre. Se sintió un fracaso como padre…