Esta es la continuación de la primera novela de la saga, titulada; NO ES TU HIJO.
Cyrus Vidal, al nacer en una familia adinerada, crece sabiendo aprovechar el poder que le fue otorgado desde su nacimiento, logrando encontrar placer en el caos que el mismo causaba, aprovechándose de las personas a su alrededor y engañándolas.
Uno de sus mayores timos, era cuando se hacia pasar por su hermano gemelo, Ethan, logrando asi, tener lo mejor de ambos mundos, sin importarle quien saliera herido en el proceso de su diversión.
Aunque como todo, siempre aparece un rival, en el caso de Cyrus, se trataba de Nyra, la mejor amiga de Ethan a quien quería ver sufrir sin importar el costo.
Es asi como después de descubrir el amor no correspondido de la mujer por Ethan, Cyrus descubre la forma de verla a sus pies, "El y yo somos iguales, ¿quieres usarme como su sustituto?"
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Capitulo 5. Tan fácil, como romper un cristal
Existen situaciones en la vida, que causan mayor interés que otras, incluso si no tienen nada que ver contigo, con tan solo tener el conocimiento de lo sucedido puede causar un placer enorme, por ejemplo, la boda de algún familiar, el nacimiento de un hijo o la recuperación de un enfermo, todo aquello va arraigado al ser humano, la empatía es uno de los sentimientos más repetitivos y constantes, que pueden ser un claro ejemplo de ello.
Pero en el caso de Cyrus, lo que impulsaba esa sensación de satisfacción, estaba muy alejado de un sentimiento empático, al contrario, era más parecido a la emoción que se produce al saber la debilidad del enemigo, el hecho de poder manipular la partida y que todo salga según tus antojos.
Eso era lo que tenía en aquel momento, al ver la expresión de Nyra, era tan claro, ¿Cómo lo había podido ocultar durante tanto tiempo?, aunque la verdadera pregunta era, ¿Por qué él no se había dado cuenta antes?, sin duda la mujer era muy buena ocultando sus emociones, pero en ese pequeño instante de debilidad, en el cual sus barreras sentimentales se vinieron abajo por unos segundos, para suerte de Cyrus, él tuvo la satisfacción de haber estado allí para verlo.
- ¿Te causa envidia? – le dice Cyrus al oído de la mujer, ella se encontraba de espaldas, así que no lo vio venir de forma sigilosa.
- ¿Qué? – dice Nyra volviendo en si
- Te pregunte, ¿Qué si te causa envidia? – su sonrisa maliciosa hacia ver sus malas intensiones
- ¿Por qué dices eso? – le dice disimulando indiferencia
- Lo digo, porque es lo que veo, dos amantes abrazados y de fondo, una mujer dolida con el corazón roto, ¿Qué será? – muestra una expresión pensativa y de astucia – tal vez, ¿un amor no correspondido? – le dice mofándose de la mujer
- ¿No tienes nada mejor que hacer? – la molestia en el rostro de la mujer, le hacía ver que él estaba en lo correcto.
- No, estoy disfrutando de tu expresión – le dice sonriendo – pobre Nyra, debe ser difícil estar en tu lugar, ser su mejor amiga, la única que realmente puede distinguir a esa blanca paloma de mí, y ¿Cómo te lo paga?, ignorando tus sentimientos – sus palabras eran afiladas como un cuchillo, quería verla llorar y perderse en un abismo de desesperación.
Nyra cerró sus ojos y respiró profundo
- Que tengas un buen día, Cyrus – le dice caminando hacia el edificio
Sin duda había logrado conseguir la debilidad de aquella mujer, así que, no era algo que estaba dispuesto a dejar pasar sin más, necesitaba llevar aquello hasta el punto de quiebre.
Los días fueron transcurriendo de forma normal, mientras Cyrus esperaba el momento adecuado para actuar, algo que se le fue dado un día después de una reunión de trabajo.
Al terminar, en la sala de juntas se quedaron, Nyra, Ethan y Cyrus.
- Señor, en la recepción lo solicita una señorita llamada Isabella Parker, dice que usted la conoce, ¿Qué hago?, ¿le digo que puede subir? – le dice la asistente de Ethan al mismo
- Oh, interesante, ¿Quién es ella? – dice Cyrus
- No la conoces – le dice Ethan levantándose de su asiento
- Pero bien podría hacerlo, dime hermano, ¿esa es la misma mujer que llevaba tu aroma hace unos días? – ese tono de voz, ya le decía a Ethan lo que Cyrus tenía en mente
Así que, por primera vez y sin aviso alguno, Ethan se fue sobre Cyrus y lo tomo del cuello de su saco
- Te lo advierto, Cyrus – su voz era fuerte y con un toque de furia – no te acerques a ella, sino te fueron suficientes los golpes de Liam ayer por tocar a su Omega, te aseguro que yo no tendré en mente que eres mi hermano – sus ojos eran amenazadores
- Que miedo, casi como si estuviera hablando con Liam – dice Cyrus riendo – No puedo prometer nada, pero quien sabe, tal vez ella logre reconocernos y diferenciarnos, así como Nyra – voltea a ver a la mujer, quien se mostraba cabizbaja, lo más seguro era porque Ethan nunca había actuado de esa forma para defender a una Omega – o, quizás no, ¿no tienes curiosidad de ello? – su sonrisa demostraba malicia
- No te quiero cerca de ella, Cyrus – le dice Ethan antes de marcharse, dejando a Cyrus a solas con Nyra.
La mujer se veía pensativa, obviamente le había afectado el saber que Ethan estaba interesado en una Omega y esa no era ella.
- Pobre criatura, se marchó así sin más, corriendo hacia su amor, sin siquiera tomar en cuenta que te dejaría sola – entre la manzana de la discordia y tener a Cyrus al lado, muchos preferían morder aquella manzana.
- Ya me voy – dice levantándose de su asiento y tomando sus cosas
Cyrus se levantó rápidamente y la tomó por la mano para detenerla, provocando que la mujer cayera sobre sus piernas.
- ¿Qué haces? – le dice Nyra tratando de salir de allí, pero el brazo de Cyrus en su cintura se lo impedía
- Cálmate – le dice al oído, su voz era suave y sumisa, su respiración rozaba su cuello – podrías hacerte daño, Nyra – le dice
- No hagas eso – su voz era de molestia
- ¿Por qué?, ¿será que te da miedo confundirme con Ethan? – le dice lamiendo su cuello
- ¡¿Qué?! – en un impulso la mujer logro zafarse, aunque con ello casi cae al suelo
- Es extraño, ¿Cómo es que reaccionas a eso cuando a quien amas es a Ethan? – se levanta tranquilamente y camina hacia ella
- Cyrus, no sé a qué quieres jugar, pero no lo hagas – le dice seria, aunque sus mejillas estaban rojas, una clara señal de que su cuerpo bien reaccionaba a él
- Esta vez no es un juego, solo me siento un tanto benevolente – ver el pecho de la mujer subir y bajar de forma agitada era una buena señal
- ¿Benevolente? – dice confundida
- Sí, es patético el verte sufrir de esa forma – se acerca lo suficiente como para estar a solo centímetros de ella – dime algo, Nyra, ¿Acaso no me veo igual a tu amado Ethan? – le dice viéndola fijamente
- ¿A qué viene eso?
- Digo, que puedo ofrecerte un cuerpo exactamente igual al de tu amado, ¿Qué dices? – Obviamente su propuesta era con total malicia, pero ¿Quién podría resistirse? Después de todo, nadie en el mundo tiene la opción de tener al menos un sustituto, que en apariencia es la réplica de su amor no correspondido, aun si esa persona solo tiene la intención de ver sus lágrimas y hundirla en el vacío.