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Tentaciones Del Sultán

Tentaciones Del Sultán

Status: Terminada
Genre:Completas / Dominación / Brujas / Amantes del rey
Popularitas:15.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Amilkar

El poderoso sultán Selin, conocido por su destreza en el campo de batalla y su irresistible encanto con las mujeres, ha vivido rodeado de lujo y tentaciones. Pero cuando su hermana, Derya, emperatriz de Escocia, lo convoca a su reino, su vida da un giro inesperado. Allí, Selin se reencuentra con su sobrina Safiye, una joven inocente e inexperta en los asuntos del corazón, quien le pide consejo sobre un pretendiente.

Lo que comienza como una inocente solicitud de ayuda, pronto se convierte en una peligrosa atracción. Mientras Selin lucha por contener sus propios deseos, Safiye se siente cada vez más intrigada por su tío, ignorando las emociones que está despertando en él. A medida que los dos se ven envueltos en un juego de miradas y silencios, el sultán descubrirá que las tentaciones más difíciles de resistir no siempre vienen de fuera, sino del propio corazón.

¿Podrá Selin proteger a Safiye de sus propios sentimientos?

NovelToon tiene autorización de Amilkar para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El día esperado

Narra Selin

El día había llegado. La celebración que marcaría el décimo séptimo cumpleaños de Safiye, y también su presentación oficial como la princesa de Escocia, futura heredera de cuatro reinos. Desde muy temprano, el palacio se había transformado en una obra de arte, con guirnaldas doradas adornando los corredores, el eco de las risas de los sirvientes apresurados resonando en cada rincón, y los preparativos en el salón principal alcanzando niveles que sólo una ocasión como esta podía justificar.

Mi sobrina, Safiye, no había salido de sus aposentos en toda la mañana, lo que no era de extrañar. Las celebraciones reales siempre venían acompañadas de un ritual que las mujeres de la familia debían cumplir: horas de preparación, entre peinados, maquillaje y la selección de la ropa adecuada. Me dirigí hacia la gran sala de espera, donde aguardaría su aparición, pero no pude evitar preguntarme cómo estaría ella afrontando todo esto. Había algo en sus ojos el día anterior, algo que aún no podía descifrar.

Mientras esperaba, escuché el sonido de las puertas abriéndose y un murmullo de voces que anunciaba la llegada de los primeros invitados. Señores y damas de la nobleza, todos elegantemente vestidos, cruzaban el salón, saludándose con sonrisas ensayadas, susurrando sobre las alianzas y compromisos que se barajaban en eventos como este. Pude divisar al Márquez Harald entre la multitud. Su postura rígida y su expresión impecable contrastaban con la atmósfera alegre, pero lo que más me inquietaba era cómo sus ojos barrían el salón buscando a Safiye.

Pasé mis dedos por el borde de la copa que sostenía, manteniendo mi compostura. Sabía que mi papel esta noche, además de guiarla, era observar y protegerla. Mi Safiye, pensé para mis adentros, sabiendo que aunque nuestras vidas rara vez se cruzaban, me sentía profundamente responsable por ella.

La Preparación de la Princesa

Mientras tanto, en sus aposentos, Safiye estaba sentada frente al gran espejo dorado que adornaba su habitación. Las doncellas iban y venían, ajustando cada detalle de su vestimenta. El vestido que había elegido era impresionante: un delicado conjunto en tonos perla y plata, que resaltaba su piel blanca como la porcelana y contrastaba con su llamativo cabello de dos colores, blanco y negro. Su cintura, fina y delicada como la de una avispa, se veía realzada por el corsé, mientras que las suaves capas de seda caían en cascada hasta el suelo. Sus labios fueron pintados con un tono suave, mientras que sus ojos, profundos y oscuros, fueron delineados con precisión, dándole una mirada hipnótica.

—Mi lady, está lista —dijo una de las doncellas con una ligera inclinación.

Safiye asintió, observando su reflejo en el espejo. Era la imagen perfecta de una princesa. Sin embargo, dentro de ella, las emociones eran una tormenta. Las expectativas que pesaban sobre sus hombros la hacían sentir como si estuviera atrapada en una jaula de oro. Y, aun así, tenía que sonreír, tenía que encarnar ese papel.

—Gracias —susurró, levantándose con elegancia.

Mientras caminaba hacia la puerta, el sonido de los murmullos y la música suave del salón llegaba hasta sus oídos. Cada paso que daba hacia el gran salón la acercaba a su destino, un destino que no había escogido, pero que debía aceptar. Cuando las puertas finalmente se abrieron, el brillo de los candelabros y las miradas de los presentes la envolvieron como una marea.

Narra Selin

El ambiente en el salón era vibrante. Las luces de los candelabros iluminaban las suntuosas decoraciones y la música en vivo añadía un toque solemne pero festivo. Los invitados se volvieron hacia Safiye cuando entró, y una oleada de murmullos se extendió por el salón. Algunos susurraban admiraciones, otros evaluaban con ojos calculadores, midiendo lo que esta joven princesa significaría para sus propios intereses.

Ahí estaba, la joven heredera, caminando con una gracia que parecía más ensayada que natural. Su rostro mostraba una sonrisa controlada, sus pasos eran medidos, y sus ojos, aunque atentos, ocultaban la lucha interna que sabía que estaba librando. Me encontraba en un rincón del salón, observando con cautela. No me había acercado aún, esperando que la situación lo requiriera.

—Princesa Safiye —la voz de Harald resonó mientras se inclinaba ante ella, su postura rígida y calculada.

Ella lo saludó con una leve inclinación de cabeza, pero podía ver la falta de interés en sus ojos. Ella no estaba aquí para esto. Harald la halagó, una vez más con esa rigidez que me inquietaba.

—Es un honor estar aquí para celebrar con usted, mi lady —dijo con su tono cortés, demasiado pulido.

—Gracias, Lord Harald —respondió Safiye, devolviéndole una sonrisa amable pero distante.

El resto de los invitados la rodearon, ofreciendo sus felicitaciones, comentarios sobre lo mucho que había crecido y lo hermosa que se veía. Safiye mantenía la compostura, sonriendo y respondiendo de manera educada, pero supe que cada una de esas interacciones solo aumentaba la presión que ya llevaba consigo.

Finalmente, el momento que había estado esperando llegó. Safiye, después de haber saludado a una decena de personas, se escabulló hacia el jardín, y me encontré siguiéndola sin pensarlo. Sabía que algo la inquietaba.

La encontré en un rincón apartado del jardín, su figura delicada recortada contra el cielo estrellado. Me acerqué en silencio, sin querer sobresaltarla.

—¿Necesitas un respiro? —le pregunté con una leve sonrisa.

Safiye giró hacia mí, con una expresión que era mezcla de alivio y algo más, algo que no lograba descifrar del todo.

—Tío Selin —dijo suavemente, mientras su mirada volvía a perderse en el horizonte.

Nos quedamos en silencio por un momento, ambos disfrutando de la tranquilidad que el jardín ofrecía. Finalmente, fue Safiye quien rompió el silencio.

—Hay algo... que quería preguntarte —dijo con un tono vacilante, como si no supiera si debía continuar o no.

—Adelante —respondí, animándola a continuar.

Safiye tomó una respiración profunda, como si estuviera reuniendo todo el valor que tenía dentro de sí.

—Es que... me gusta alguien, pero no sé cómo acercarme a esa persona. Y no puedo hablar de esto con nadie más. —Sus palabras salieron apresuradas, y sus mejillas se tiñeron de un suave rubor—. No quiero que mis padres lo sepan, sería... demasiado. Y pensé que tú... bueno, que tú podrías ayudarme.

Me quedé en silencio, sorprendido por la confesión. Sabía que Safiye confiaba en mí, pero nunca había esperado algo como esto. Verla en esta situación, tan vulnerable y sincera, me desarmó por completo.

—Safiye... —comencé, pero ella levantó una mano, interrumpiéndome.

—No tienes que darme una respuesta ahora —dijo rápidamente, con una mezcla de vergüenza y valentía en su voz—. Sólo quiero... sólo quiero que me guíes. No sé cómo expresar lo que siento, ni cómo conquistar a alguien. Y no quiero cometer un error.

La observé detenidamente. ¿Cómo había llegado a esto? La joven que tenía delante era la futura heredera de cuatro reinos, una princesa que pronto tendría a todos a sus pies, pero aquí estaba, pidiéndome consejo sobre el amor, insegura sobre algo tan humano y vulnerable. El contraste entre su posición y sus emociones me dejó abrumado.

—Safiye... no sé si soy la persona indicada para esto —dije finalmente, intentando sonar lo más honesto posible.

Ella sonrió suavemente, aunque sus ojos aún mostraban un destello de confusión.

—Eres el único con quien me siento lo suficientemente cómoda para hablar de esto, tío Selin. Por favor, piénsalo. No te pido una respuesta ahora, pero... —Sus palabras se desvanecieron mientras bajaba la mirada, visiblemente incómoda.

Coloqué una mano en su hombro, en un gesto que esperaba fuera tranquilizador.

—Está bien, Safiye. No tienes que preocuparte por eso ahora. Veremos cómo lo manejamos. —Le sonreí, intentando aliviar la tensión que ambos sentíamos.

Safiye asintió, y aunque su sonrisa no era completamente libre de preocupación, pude notar un pequeño alivio en su mirada.

—Gracias —susurró.

1
Ceecee
conforman
Betzabeth Calderón
Asi es no te dejes Safiye
Betzabeth Calderón
Ayyyy que lindos
Betzabeth Calderón
Estos haran problemas no se van a quedar de brazos cruzados
Betzabeth Calderón
Ay Amara te crees palmera🌴 pero caeras como coco🥥
Betzabeth Calderón
Tiembla tierra que esta mujer es fuego, luz y oscuridad todo junto
Betzabeth Calderón
Esa Laydi no se que esta frita, ya hay una lapida con su nombre solo que aun no lo sabe 🤣😂🤣😂🤣
Betzabeth Calderón
Jajajaja ya los pillaron
Betzabeth Calderón
Rayos que rapido sucumbiste
Betzabeth Calderón
Pero niña tu si que saliste avispada
Betzabeth Calderón
Pobre Selin que maraña de sentimientos se carga
Betzabeth Calderón
Ay mi Selin te estas metiendo en camisa de once varas
Betzabeth Calderón
Esta poniendo en practica la leccion tomada y te ha dejado noqueado y viendo estrellitas
Betzabeth Calderón
Ay ese sultan esta temblando
Betzabeth Calderón
El maestro esta poniendo un cuchillo en su propio redil
Betzabeth Calderón
Me gustas tu tio Selin
Betzabeth Calderón
El por sus demonios pasados se niega a abrirse veremos que pasa
Betzabeth Calderón
El impacto del recuentro dejo mas nublados sus pensamientos, no comparten lazos sanguineos
Betzabeth Calderón
Este capitulo me rompio el corazon💔 pobre Selin pasar por tanto solo que horror
Amanda Mercedes Meza
Me encantaron toda las historias , sin ser larga era completas , no eran cansador con algún problema y demostraban realmente su poder
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