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EN OTRA VIDA

EN OTRA VIDA

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Amor de la infancia / Pareja destinada / Casada con el millonario
Popularitas:98.8k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Luna Azul

¿Cruzarías esa línea para que en esta vida lo que tú quieres se cumpla?

Lucía es hija de una cocinera que trabaja para los Salvatore, Dylan el único hijo de esta familia que se enamora desde que era un niño de Lucia.
Obligado a casarse con Estela para que Lucia pueda vivir tranquila.
Un sacrificio valdrá la pena para que la verdad salga a relucir.

NovelToon tiene autorización de Luna Azul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 7: La primera vez

LUCIA SMITH

Después de llorar en el baño, salí como nueva. A veces es necesario sacar esa tristeza de adentro, es liberarse de eso que tanto te agobia.

Esa noche no cené. Solo esperé a mi madre en el cuarto mientras hacía la tarea. (Así somos los estudiantes siempre dejamos la tarea a última hora🫣).

— Hija te traje unas galletitas y un vaso de leche, no es bueno no cenar, aún eres joven y necesitas alimentarte bien para tus estudios.

—Está bien.

— Me siento cansada. Me duelen los pies.

— Siéntate, te voy a dar un masaje.

Mi madre se sentó en su cama y le quité sus zapatos. Empecé a darle un masaje en sus pies.

— El joven Dylan bajó a cenar. Y tú te preocupaste por él. Ya se reconcilió con la señorita Estela.

La miré a sus ojos.

— ¿Dylan se reconcilió?

— Si, ellos bajaron del cuarto juntos. Y la señora América estaba feliz por eso. Los guardaespaldas ya no están custodiando la habitación del joven.

— Que bueno por él — mi corazón y mi estómago temblaban— Listo mamá. Acuéstate y descansa. Voy a salir al jardín a estudiar un poco.

— Está bien. Ve con cuidado.

Tomé mi cuaderno y mi celular. Fui al jardín. Mis ojos iban llenos de lágrimas, sentía un nudo en la garganta.

Dylan es un estúpido. No, la estúpida y la tonta soy yo. Estela es una señorita fina, de buen estatus social, yo soy la mala, la que quiso quitarle a su prometido.

Me puse a ver las estrellas mientras caían mis lágrimas. Lo de hoy no volverá a pasar. Es hora de seguir siendo la Lucia de antes.

Miré hacia la ventana de Dylan, aún sus luces estaban encendidas.

Pasé una hora más en el jardín. Me fui a la cama, mi madre ya estaba dormida.

A la mañana siguiente mi vida tenía que seguir normal. Me alisté para ir al colegio. Salí más temprano de lo normal.

En la escuela me sentía sin ánimos. En recreo la pasé en mi pupitre como si tal estaba dormida.

— ¿Te sientes bien? — Era la voz de Manuel.

Levanté mi cabeza.

— Si estoy bien.

— No te ves bien. Tu cara está pálida. ¿desayunaste?

—Si— le mentí — no te preocupes por mi. Ve a tu recreo.

— Cualquier cosa ve a la enfermería— Manuel salió del aula.

Los hombres son raros.

Terminaron las clases. Me tocó quedarme para limpiar el aula. Cuando terminé cogí mi mochila y fui a la enfermería.

— Hola doctora— le di un rápido saludo — me siento mal.

— Dios mío, siéntate. Pareces un papel— la doctora me tomó la presión con su tensiómetro, aunque no era necesario, mis manos estaban heladas y mi cara empalidecida.

Ella me sirvió un café.

— Gracias.

— Voy a llamar a tu tutor para que venga a recogerte.

— No por favor. Mi mamá está trabajando.

— No puedes irte así. ¿Qué pasa si te desmayas en la calle?

Me tomé el café. Estuve Quince minutos en enfermería.

—Ya me siento mejor. Es que no me dió tiempo de desayunar y mi monedero se me quedó. Gracias por el café.

— Ya te ves mejor. Tus mejillas recobraron el color. Recuerda que el desayuno es el tiempo de comida más importante del día.

Me levanté y le agradecí.

Saliendo del colegio, se me hizo conocido un auto. Parecía el auto de Dylan. Lo miré por un rato y empecé a caminar hacia la parada de autobús.

El carro se detuvo y la ventana bajó.

— Sube— era Dylan.

— No joven. No voy a subir. Gracias.

— ¿Joven? — Él se bajó del auto — ¿Sucede algo? Vamos te llevo a casa.

Lo miré a sus ojos, mis ojos se humedecieron, me sentía enojada.

El autobús se detuvo y yo subí rápido. Lo dejé ahí.

DYLAN SALVATORE

Me bajé del auto. Lucía tenía una cara de enferma. Jamás había venido a su escuela a recogerla, y cuando vengo ella me deja aquí.

Seguro me vio con Estela ayer. Si ella supiera que es solo por seguirle la corriente a mis padres. Me subí al auto y me fui detrás del autobús. Ella se bajó. Salí del auto y le tomé la mano. La llevé hasta adentro del auto. Ella no resistió.

— Abre la puerta— ella no me miraba.

—No la voy a abrir. Dime qué te sucede.

—Que abras la puerta.

— Abro hasta que me digas que te pasa.

— Maldita seas que abras la maldita puerta— me gritó — ¿Cuál es tu maldito problema?

Lucía estaba rojita como un tomate y empezó a llorar.

— Es por lo de ayer. Si me toca fingir para que pasemos tiempo juntos, lo haré. Necesito tiempo para pensar como puedo terminar este compromiso sin tantos problemas.

— Me pones en una posición que no me gusta.

No dije más. Conduje largo de la casa.

El celular de Lucía timbraba. Ella contestó.

— Me tocó la limpieza del aula, por eso no he llegado aún. No te preocupes mamá, voy a la biblioteca un rato. Aquí ando mi monedero, compraré algo de comer— ella colgó.

— ¿Quieres ir a la playa? Está a 20 minutos de aquí. Ahí podemos hablar con calma.

—Haz lo que quieras— ella volteó los ojos.

Conduje hasta la playa. Me bajé y le abrí la puerta. Me puse enfrente de ella.

— Por favor no te molestes. Entiéndeme es la única forma de estar juntos. Yo te amo Lucía— le di un beso.

— Dylan, he pensado las cosas y lo mejor es que cada quien esté por su lado. Aunque yo te ame, y tú me ames, tu familia hará lo que pueda para que te cases con Estela. Y siendo sincera, ella es muy hermosa. Yo no soy nada al lado de ella.

— No digas eso. Tú eres muy bonita, muy linda hasta el punto de querer estar contigo.

Le tomé la mano.

— Vamos a comer algo. Ahí hay un restaurante.

— No ando suficiente dinero.

— Yo pago.

— ¿Con tarjeta? Para que tus padres se den cuenta donde anduviste. Mejor no. Llévame a casa.

— Para en la próxima andaré efectivo. Soy un tonto, ¿verdad?

— Si lo eres.

La jalé del asiento y abrí la puerta trasera y me senté y la senté en mis piernas. La rodeé con mis brazos por su cintura.

— Me pone nerviosa estar así. Me voy a levantar.

— No. Solo quédate así un rato. En la casa tenemos que fingir que solo eres la hija de la empleada y yo el hijo de los señores. Asi que quedate así.

LUCIA SMITH

Estar en sus piernas me ponía tensa. Sentía su parte. Aunque él no hacía más que abrazarme, me sentía con ganas de hacer otra cosa.

— Sinceramente, no me entiendo— le dije.

Me levanté y lo miré. Me senté de frente en sus piernas y lo besé. Él metió sus manos por debajo de mi camisa, tocando mi espalda. Sus manos hacían que mi piel se erizara.

Perdóname mamá, era lo que pensaba en ese momento.

Dylan entró de a poco al auto, cerró la puerta.

— Quiero hacerlo Lucía. Quiero hacerlo contigo.

— Nos pueden ver.

— Los vidrios son polarizados. Nadie nos verá. No te preocupes, además no hay mucha gente.

— Quiero hacerlo pero tengo miedo. Del dolor.

— También es mi primera vez así que, ambos sentiremos lo mismo.

Sus manos eran escurridizas. Tocaban todo a su paso. Entré besos, caricias, me fue quitando la ropa de una en una. Dylan fue lo más caballeroso y cuidadoso conmigo, dolía mucho.

— Me duele— le dije.

— ¿Me detengo? Es apretado y no creas que no me duele— él también tenía una cara de dolor.

— No, no te detengas. Supongo que solo dolerá en la primera vez.

Iba suave, iba doliendo, éramos dos jóvenes torpes en cuestión de sexo. Cuando por fin entró, empezó a moverse suave y fue incrementando su moviendo. El dolor se fue mermando y era una combinación de dolor y placer al mismo tiempo. Terminé mordiendo su hombro. Él solo me abrazó.

— No pensé que dolería— Vi un poco de sangre en mi parte.

— Es un dolor que vale la pena. Te amo mi niña bella. Te amo mucho. Estoy enamorado de ti— me abrazó con fuerza.

Nos vestimos. Estuvimos sentados el uno a la par del otro por un rato.

Llegamos a casa a eso de las 5 de la tarde. Primero entró él a la casa. Diez minutos después entré. Mi mamá estaba molesta.

— Te llamé varias veces. La maestra me llamó, me dijo que estuviste en la enfermería porque llegaste como un papel.

— Perdón. La doctora me dio un café y me sentí bien.

— ¿Por qué no me contestas la llamada?

— No la escuché. Perdón no volverá a pasar.

— Cámbiate y ven a comer.

Me fui al cuarto, me di un baño. Me puse una mudada limpia y fui a la cocina a comer.

1
María Ricarda Valle Chale
Excelente
Laura Bermea Barrera
MUY BUENA LA EXTENCION RESULTO GENIAL
Laura Bermea Barrera
Normal
Laura Bermea Barrera
Malo
Laura Bermea Barrera
Muy buena la novela solo los padres tienen la culpa de la desgracia de los hijos no los dejan vivir su vida gracias autora buen trabajo
Maria Solorzano
Dylan debe denunciar a la loca
Patricia Carbo
me gustan las historias que terminan con bebés y más si son muchos felicidades linda historia
Yudith Urzua Berrelleza
Excelente
Alicia
pena que se quedaron con un.solo jijo
Martha Patricia Corozo Angulo
Excelente
Martha Patricia Corozo Angulo
Normal
Olga Nempeque
feliz año para ti, que Dios te bendiga siempre
la historia fue excelente
Olga Nempeque
es una excelente historia tu novela me ha causado demasiado interés yo por mi parte te apoyo
Olga Nempeque
muchas putizorras, ojalá no se cuaje el veneno lo merecen
Olga Nempeque
vuelves a lo mismo Lucia siempre hay dos versiones no te cierres
Olga Nempeque
piensa bien por qué tú también estás haciendo lo mismo que tú mamá hizo años atrás con tu papá dale la oportunidad de hablar mereces saber la otra parte de la historia siempre hay dos versiones, no te encierres en cosas sin fundamento conoce
Olga Nempeque
tu padre te está ayudando déja tu orgullo aún lado no sabes que de pronto tu madre pudo haber hablado con el para que estuviera al pendiente, déjate de babosadas ya has sufrido mucho y tú hijo tiene derecho a estar mejor
Olga Nempeque
Excelente
Olga Nempeque
no Dylan no hagas esto por qué pones a Lucia de segunda así la ames, estás poniendo en riesgo tu vida y amor al igual que el de Lucia.
Ketty Iglesias
Excelente
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