En la majestuosa mansión de los Alvarado, conocida por sus impresionantes jardines llenos de flores exóticas y senderos serpenteantes, crece un amor tan hermoso como las plantas que la rodean. Marina, la hija del jardinero, ha pasado toda su vida entre las flores, aprendiendo los secretos de la jardinería junto a su padre. Sin embargo, su corazón late por algo más que el aroma de las rosas: Martín Alvarado, el joven y apuesto dueño de la mansión.A pesar de la diferencia de edades y de clases sociales, Marina no puede evitar soñar con Martín. Cada encuentro fugaz, cada sonrisa compartida, alimenta sus esperanzas y su amor secreto. Martín, por su parte, está inmerso en los negocios familiares, pero poco a poco comienza a notar la presencia de Marina y a valorar la frescura y alegría que ella trae a su vida.
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Capítulo 5 : Un Cumpleaños Amargo
Marina se despertó con el suave sonido de los pájaros cantando afuera de su ventana. Abrió los ojos y se dio cuenta de que hoy era su cumpleaños. Un leve suspiro escapó de sus labios mientras se levantaba de la cama. Sabía que, a pesar de ser su día especial, no podía esperar mucho en términos de celebración. La mansión no era un lugar donde los cumpleaños de las sirvientas fueran particularmente celebrados.
Se vistió con su uniforme de colegio y se arregló rápidamente. El desayuno fue una rápida y solitaria tostada antes de que se dirigiera hacia la escuela. Mientras caminaba, sus pensamientos se desviaron hacia Alessandro. Había algo en su mirada y en sus palabras que la hacía sentir especial, y hoy esperaba verlo, aunque fuera solo por un momento.
Al llegar a la escuela, Marina intentó concentrarse en sus clases, pero su mente seguía vagando. Finalmente, en el recreo, lo vio. Alessandro estaba de pie cerca del portón de la escuela, con una sonrisa radiante en su rostro y un pequeño paquete en sus manos. Su corazón dio un vuelco.
"Marina, buon compleanno," dijo Alessandro, extendiéndole el paquete envuelto con esmero. (Marina, feliz cumpleaños).
Marina lo tomó con manos temblorosas y una sonrisa tímida. "Grazie, Alessandro," respondió, sintiendo sus mejillas sonrojarse. Abrió el paquete con cuidado y encontró un delicado collar de plata con un pequeño colgante en forma de flor. Sus ojos se llenaron de lágrimas de felicidad.
"Es bellísimo, Alessandro. No tenías que hacerlo," dijo, abrazándolo impulsivamente.
"Lo sé, pero quería. Eres especial para mí, Marina," respondió Alessandro, acariciando suavemente su cabello. (Lo sé, pero quería hacerlo. Eres especial para mí, Marina).
Marina pasó el resto del día en la escuela con una sonrisa que no podía borrar de su rostro. Sin embargo, la realidad la golpeó al regresar a la mansión. Isabel la estaba esperando en la puerta principal, con una expresión severa.
"Marina, entra de inmediato," ordenó Isabel.
Marina obedeció, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho. Isabel la llevó a la sala de estar, donde Martín estaba sentado en un sillón, mirando con expresión vacía.
"Martín, tenemos que hablar de esto ahora," dijo Isabel, dirigiéndose a él antes de mirar a Marina con desdén. "No puedo tolerar más esta situación. Marina, no tienes ningún derecho de estar coqueteando con nuestros invitados."
Marina intentó defenderse. "Isabel, no es así. Alessandro y yo solo somos amigos..."
"¡Basta!" Isabel la interrumpió, su tono cortante. "No quiero escucharlo. He decidido que no puedes quedarte aquí más tiempo. Estás despedida, Marina."
Marina sintió que el suelo se desmoronaba bajo sus pies. Miró a Martín, esperando que él interviniera. "Martín, por favor... yo..."
Pero Martín no dijo nada. Mantuvo la mirada baja, sin atreverse a desafiar a Isabel. El silencio de Martín fue más doloroso que las palabras de Isabel.
Con lágrimas en los ojos, Marina salió de la sala. Fue a su pequeña cabaña para empacar sus pocas pertenencias. Alessandro la esperaba fuera, con una expresión de preocupación.
"Marina, cosa sta succedendo?" preguntó, viendo las lágrimas en su rostro. (Marina, ¿qué está pasando?).
"Me han despedido, Alessandro. Isabel no quiere que esté cerca de ti," explicó ella, su voz temblorosa.
Alessandro la abrazó con fuerza. "Non preoccuparti, Marina. Troveremo una soluzione insieme. No dejaré que te vayas sola." (No te preocupes, Marina. Encontraremos una solución juntos. No dejaré que te vayas sola).
Con el corazón roto pero sintiendo el apoyo de Alessandro, Marina se alejó de la mansión. Sabía que su vida cambiaría a partir de ese momento, pero con Alessandro a su lado, sentía una esperanza renovada.
Buon lavoro e complimenti ancora 👏👏👏👏
Por una parte mejor, se ve que ese Martin es un pelele manipulable de su novia tarada