Lilith, que trabaja en un club exclusivo como mesera, un día llama la atención de un cliente muy importante, ¿qué pasará ahora?
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Capitulo 24
Me sentía cansada, estás mujeres con como vampiros energéticos, se roban la energía de los demás, con sus malas vibras, no me dejaré envolver por esa negatividad, para mí hoy es un día menos que me queda del contrato, cada día, es un día que se resta de mi contrato, también es un día menos para la cirugía de la abuela, ¿por qué la enfermera no ha llegado?, me duele todo, al parecer los analgésicos, ya están perdiendo su efecto.
Me volteé como pude, y mire por la venta, aunque la cortina estaba cerrada, había una pequeña franja donde la luz del sol podía pasar, es como mi vida, todo está oscuro, pero solo hay una pequeña luz, y es la esperanza de que la abuela se recupere y que volvamos a vivir juntas como antes.
Toda mi vida depende de esa pequeña luz, me voy a aferrar a ella, es todo lo que tengo, he pasado hambre, noches de desvelo por qué no había comido para poder ahorrar dinero, humillación, maltrato, todo, solo por qué mi esperanza es grande, por qué quiero volver a esos pocos años, que la abuela y yo vivimos felices.
La puerta se abrió, espero que sea la enfermera, me di la vuelta, y para mi desgracia, ese tipo había vuelto, me gire de nuevo y me quedé mirando la pequeña línea de luz que llegaba hasta la cama.
Se sentó en la silla, lo supe, por qué, escuché el ruido, parecía molesto, su respiración era la de un toro bravo, no quiero saber, ni siquiera cuál es la causa de su molestia, solo me gustaría que se fuera, y me dejara sola.
— Entonces, ¿te quieres escapar?, me dijo de la nada parándose.
— No creo que pueda ir muy lejos, ni siquiera puedo caminar, ¿cómo puedo escaparme?
Me alzó por el pelo, e hizo que girara mi cabeza para mirarlo, me dolió cuando me alzó tan bruscamente, todo esto, debe ser esa mujer, ella sabe que hacer para que está bestia se ponga así, pero, dónde lo encontró tan rápido.
Hizo que lo mirara, a los ojos, por un largo rato, no le esquive la mirada, lo mire hasta que me soltó, se volvió a sentar en la silla, y me dijo.
— Gírate.
No iba a llevarle la contraria, me dolía todo el cuerpo, y con ese momento brusco que me hizo hacer, era como si me hubiera desgarro de nuevo, respire profundo y me gire, no me quedaba otra opción, cada día falta menos, es en lo único que puedo pensar.
La puerta se abrió, el doctor y la enfermera entraron, el doctor parecía nervioso, y la enfermera estaba muy cautelosa, traía una bandeja con inyecciones y otras cosas en la mano.
— Señor Sawiris, yo creo que no es conveniente dar de alta a la señorita, por lo menos debería quedarse dos días más, no ha evolucionado como se esperaba piénselo bien.
¿Qué?, quiere sacarme del hospital, ¿cuándo estoy todavía así?, ¿quiere que yo muera o algo así?
— Me la llevo, solo dígame que necesito, para que le den el alta.
El doctor, parecía no querer, sin embargo, este hombre tiene algún poder en este hospital, ¡maldito!, no palabras de esa mujer loca, y me sacas del hospital sin importante mi suerte, es que no tiene nada de humanidad, ni un poco, que puedo esperar, es un animal en todo el sentido de la palabra.
— Si, se lleva una enfermera del hospital, que la atienda, y todos los medicamentos, le daré el alta.
— Bien. Le respondió al doctor.
Se paró de la silla, me dió una mirada burlona, y le dijo al doctor,
— Vamos a llenar el papeleo, en cuanto a la enfermera, ¿cuál cree que es la mejor?
— Yo señor, la he atendido desde el principio, soy la persona ideal, para que se recupere bien. Respondió la enfermera que estaba junto al lado de mi cama.
El doctor asintió con la cabeza, y dijo antes de salir.
— Prepara a la paciente, para que puedan salir, justo después de que todos los documentos sean llenados.
Salieron los dos, y solo nos quedamos la enfermera y yo, respire profundo, y ella me pasó la mano por la frente, era una mujer de unos 45 años, con un semblante amable, quizás me ve como una hija, y por eso es buena conmigo.
Me puso una inyección por la vía, debe ser para el dolor, me tocaba hacer rato, no sé por qué no había venido.
— No pude entrar antes, por qué había una gran pelea en el pasillo, entre este hombre y una mujer, ella le dijo que tú le pediste ayuda para huir de él, como otra lo hizo, menciono un nombre pero no pude entender bien, y se puso frenético, pidio ver al doctor, y prometió derribar el hospital si no dejaban que te llevará del hospital hoy mismo.
Yo lo sabía, que esa mujer planeaba algo, vino a ofrecerme su ayuda para escapar y como no acepte, dijo todo al revés, toda esa familia está loca, son todos unas enfermos.
— Niña, te voy a limpiar el cuerpo con toalla húmedas y te voy a quitar la sonda, ¿Está bien?, me dijo ella muy cariñosa.
— Si, está bien.
Primero que retiro la sonda, me molestó un poco, después me abrió la bata, y me baño con paños húmedos, sus locura, nunca pensé ni en mis más locas pesadillas, que viviría estos momentos, después que termino de asearme, busco en el closet de la habitación, saco una bolsa, con ropa, me puso la ropa interior, con una toalla en ella, por si todavía algún fluido bajaba, luego me sento en la cama, saco un vestido y me lo puso.
Todo eso sin quítarme la vía intravenosa, luego me peino el pelo, con cuidado, estaba todo enredado, luego volvió a subir la vía en su lugar, y después de poner uns últimamente inyección me la quito.
— Ya estamos listas, recogere todas mis cosas, tirare todo esto a la basura, y vuelvo.
Dicho eso, tomo dos bolsas de basura dividió la basura por bolsa, y luego de recogerlo todo salio con las bolsas en las manos.
Ella es buena mujer, espero que no se busque un problema por tratar de ayudarme, bien o mal esta es mi batalla.