Después De La Venganza Tendré Un Amante

Las sombras rodearon a Adrián, pero él sin decir una palabra, hizo que estas desaparecieran, cosa que hace que Isabella entre en pánico.

—Pequeña, no uses los mismos trucos con todos tus enemigos, en un pasado, eras más despiadada, y ahora eres solo un ratoncito hermoso y glotón, quien diría que la emperatriz de Agalon sea tan blanda con sus enemigos— dice el mientras besa el borde de los labios de Isabella, quien en esos momentos sintió algo indescriptible.

Fue tanta su sorpresa, que las palabras no salían.

—Belleza, llevo años esperando por ti, no sabes lo difícil que ha sido para mí vivir una vida siendo un mocoso, pero la espera ha valido la pena, estoy al tanto de tus logros y estoy orgulloso de ti, tú siempre me sorprendes— dice el hombre, Isabella deja salir unas lágrimas.

—¿General eres tú?— pregunta ella y Adrián con una sonrisa en los labios le responde.

—¿Quién más que yo? Escucha bien Antonieta, toda mi vida te he amado, y quiero conquistarte, y no dejaré que otro te tenga— dice él y la joven entre lágrimas sonríe.

—Liam, no seas bastardo, sé que tienes otro cuerpo, pero sigo siendo tu superior, no te burles de mí, o te rompo el trasero— dice Isabella mientras aleja a Liam de ella, pues no cree que él tenga esos sentimientos tan sinceros.

Adrián solo la mira con tristeza.

—Hermosa, sé que lo que diré suena ridículo, pero te amo como un condenado a muerte, siempre lo he hecho, por esa razón nunca busqué una esposa, y mi amor por ti siempre ha sido fiel, no fue mi intención amarte, únicamente sucedió— dice él un poco abatido y el corazón de Isabella se encogió.

—Yo... No sé qué decirte, siempre he amado a mi esposo, y no he visto a nadie más que él, siempre has sido el subordinado más leal que tengo, y en quien dejaría en sus manos mi vida, pero no siento lo mismo que tú— dice ella mientras limpia una lágrima que sale de sus ojos.

El guapo hombre se entristece por las palabras de Isabella, pero aun así, decide continuar con su plan de conquista.

—Bien, en aquel tiempo no fui capaz de dañar tu relación, pero ahora estás sola, y por lo que veo busca venganza, si eso es lo que desea, puedo ayudarte, no tienes que amarme ahora, aún somos jóvenes, eso sí, en esta vida seré egoísta, tú serás mi esposa en esta vida— dice él. Isabella sonríe.

—Bueno, dejemos eso al destino— dice Isabella y Adrian se acerca a ella y ambos se dan un abrazo afectuoso, para luego de eso, ir hasta una mesa y sentarse a hablar, sobre todo lo que ha pasado.

Mientras ellos hablan, en la habitación en dónde estaba Nina, la cosa estaba color de hormigas.

La muchacha estaba siendo regañada por su padrastro, quien le amenazaba con echarla de casa a ella y a su madre.

Nina solamente lloraba angustiada, y se arrepiente de lo que trató de hacer, ya que si eso no lo había planeado, ella no iba a terminar de este modo tan vergonzoso.

Ella nunca se imaginó, que la situación resultaría así, y menos sabe cómo acabó de ese modo, cuando ella y su madre planearon bien todo en compañía de Jorge.

Pero ahora no solo estaba siendo la burla de la gente, sino que también será echada de casa.

—Nina, te di lo mejor, y mira como me pagas, tú y tu madre serán echadas de mi familia, no voy a tolerar más situaciones como está en el futuro — dice Fabio y Nina entra en pánico y de manera inmediata invento algo.

—No, yo fui engañada, parece que alguien usó alguna droga en nosotros, de no ser por eso, no habíamos hecho esto tan vergonzoso— dice Nina llorando.

Fabio le dio una bofetada.

—No seas mentirosa, todos aquí vieron cómo te revolcaste con tu amante, en dónde confesaron todo, hoy mismo te vas de la mansión, allí no hay espacio para una desvergonzada como tú— dice el hombre y una apresurada Roxana entra a la habitación con un vestido diferente al que tenía al inicio.

Ella, quien se estaba cambiando el vestido, no vio todo hasta que en el grupo de sus amigas.

Allí alguno escribió y dijo lo que pasó, y de paso mandaron el vídeo y ella Roxana estaba siendo la burla de todo.

La mujer entró en pánico, y por esa razón, después de cambiarse, llegó enseguida a la habitación a defender a su hija.

—Marido, no debes de creer todo lo que circula en las redes sociales, quién sabe con qué intención fue publicado ese vídeo, y estoy seguro, de que esto es un montaje— dice la mujer indignada, para luego con enojo sacar a las personas de allí, dejando solo a las partes involucradas.

Fabio al estar ya únicamente los involucrados, estaba aún más furioso que antes.

—Tú... Cómo te atreves a cooperar con tu hija para dañar a la mía, hoy mismo te vas de casa— dice Fabio mientras señala a la mujer.

Roxana en esos momentos sintió caer un cubo de agua encima de ella, y su mente género una idea y eso es usar los mismos chantajes de siempre.

—Que no se te olvide que por tu culpa no puedo tener más hijos, si me echas de casa, expondré en las autoridades tu comportamiento y veamos como te va siendo un carcelero— dice la mujer y Fabio palidece, si lo que ha pasado con Roxana llega a oídos de las autoridades, él y su hija sufrirán las consecuencias.

Por el bien de su hija, él dice.

—Por el bien de todos nosotros, será mejor que esto se quede aquí— dice Fabio y los padres de Jorge deciden arreglar la situación de la manera más adecuada.

—Lo ideal es que los dos jóvenes se casen, ambos no son desconocidos, y de esta manera, así se callan las habladurías— dice la madre de Jorge y este quiso protestar, pues no estaba preparado para casarse con 18 años.

Su padre al ver la intención de ese niño, lo frenó al instante.

—Si no te casas con esta mujer, te voy a sacar de mi testamento, ya tienes suficiente edad como para hacerte cargo de tus desastres, tu hermano a menos edad que tú, ya tenía una carrera universitaria y es mi mano derecha, mientras que tú, solo eres un bastardo que solo gastas dinero en tonterías— dice el hombre con enojo.

Que lo comparen con su hermano, es algo que a Jorge le enoja.

—Papá, sé que he sido un hijo malo, pero no me compares con mi hermano— dice Jorge enojado.

—No eres nadie en comparación a tu hermano, él a diferencia de ti, siempre ha traído orgullo a la familia Scott, y tú nada, pero el tema aquí es que tú te harás cargo de este desastre, y en dos días te casarás con esta mujer, es mi última palabra — dice el señor Scott, para luego de mala gana tomar a su hijo de un brazo y sacarlo de allí como un hijo rebelde que hace una travesura.

Por suerte él estaba con su ropa puesta.