Del Odio Al Amor

Sofía se encontraba en el baño acurrucada en un rincón dejando que el agua cayera en su delicado cuerpo lleno de marcas de lo ocurrido hace apenas unas horas, el dolor que sentía en el alma era el más tan grande era un dolor que jamás había sentido, pero más que un dolor físico era un dolor del alma, por otro lado, Adrik se encontraba mirando fijamente una mancha rosada en las sábanas blancas que cubrían la lujosa cama.

Él no podía creer que con la reputación que tenía Sofía ella nunca hubiera estado con ningún hombre.

La preocupación de Adrik aumento cuando vio que había pasado más de una hora y Sofía no salía del baño, no debió ser fácil para ella, pues él se había comportado como un animal mientras la hacía suya.

— Sofía ya tienes mucho tiempo ahí, tienes que salir ya!. — ordeno Adrik.

Pero del otro lado no había respuesta, Adrik intento abrir la puerta y está estaba cerrada con llave, no le quedó de otra que abrir la puerta a la fuerza, la escena que vio fue bastante lamentable, Sofía se encontraba en un rincón acurrucada en posición fetal y el agua caía por su delgado cuerpo, parecía que en ella no hubiera vida, Adrik entro al baño y cerró la regadera, solo basto un toque de él para que Sofía empezará a gritar de desesperación.

— No me toques, por favor ya no más!. — su voz era de desesperación.

— Tranquila no te voy a hacer daño, solamente quiero sacarte de este lugar. — dijo Adrik preocupado, pues cuando la tocó noto que estaba prendida en fiebre.

— Déjame en paz!, yo puedo sola. —

Sofía se levantó como pudo y pasó al lado de Adrik sin siquiera mirarlo, su débil cuerpo se tambaleaba y por toda su figura se podía ver las marcas de su salvajismo.

Al llegar a las toallas la joven tomo una bata de baño y cubrió su cuerpo, miró la cama y enseguida las imágenes de lo que había pasado cruzaron por su mente y las lágrimas empezaron a salir nuevamente, esa imagen fue vista por su esposo y en su corazón el hombre se sintió como un verdadero animal.

Sofía salió de aquella habitación y busco un lugar donde ella pudiera estar sola, no quería volverlo a ver, no quería que él la volviera a lastimar.

Mientras tanto Adrik no podía creer lo que había pasado, ella dio su autorización para que él la tomara como mujer y al pensar que ella había estado con otros hombres no reprimió sus instintos y actuó muy brusco, cuando se dio cuenta de que ella era virgen, ya era muy tarde él había entrado en ella de manera muy brusca.

Después de analizar la situación pensó que lo hecho, hecho esta y no se puede cambiar nada además ella nunca dijo que fuera despacio, ahora lo importante era embarazarla y divorciarse de ella, pensó Adrik aunque en su corazón se sentía como un miserable, la buscó por todos lados y la consiguió afuera de la cabaña mirando a lo lejos como si no hubiese nadie a su alrededor.

— Aquí estás!. — dijo Adrik caminando hacia ella.

— Quiero estar sola!. — respondió Sofía.

— Tenemos que hablar. — dijo su esposo.

— Aquí el único que habla eres tú y yo solo tengo que obedecer. — respondió Sofía.

— Entonces escucha con atención, mi familia quiere que tengamos un hijo lo más pronto posible, si aceptas y tenemos a ese bebé, nos podríamos divorciar enseguida, no habría necesidad de seguir unidos en esta relación que no nos hace feliz a ninguno de los dos. — explico Adrik.

— Ja, ja, ja, usted si es cara dura, piensa que permitiré que me vuelva a tocar, pues no señor, yo con usted no quiero nada y lo que le pido, no lo que le exijo es que me dé el divorcio, quiero volver a la ciudad y olvidar que esa mxxxxxx noche sucedió.

— Está bien como tú quieras, después no te quejes cuando tú y tu familia estén en la más absoluta miseria.

— Váyase al diablo, por mí hasta mi familia se puede ir al mismísimo infierno, yo no soy una cualquiera para que me hayan vendido como mercancía y para que lo sepa, los odio a todos y ojalá se pudran en el infierno.

Sofía intentó levantarse, pero por su debilidad no tuvo estabilidad y volvió a caer en el suelo, Adrik corrió a ayudarla y por unos instantes quedó atrapado en la mirada de Sofía, la mirada de tristeza y melancolía que tenía apenas ayer, ahora fue cambiada por una mirada de odio y desprecio.

— Le dije que no me tocará, ya déjeme en paz.

— Estás prendida en fiebre, vamos te ayudo y llamaré a un médico para que te atienda.

— No necesito nada de usted, así que por mí no se preocupe, mejor vaya llamando a un taxi para que me saque de este lugar.

Adrik iba a hacer lo que Sofía pidió, pero primero llamo a su papá para preguntar cómo estaban las cosas con el abuelo.

— Hola hijo, qué tal, como te encuentras?.— dijo casualmente Fedor.

— Todo bien papá, solo un poco cansado por el viaje. — respondió Adrik.

— Si imagino que por el viaje!, la mujercita debió salir toda una fiera en la cama, pero bueno debe satisfacerte bastante para mantenerte feliz y ahora más que su papá sufrió un infarto debido a tantas deudas que tiene.

— Cómo que un infarto?, de que estás hablando papá? — pregunto conmocionado Adrik.

— Así como lo escuchas hijo, el viejo está muy grave en el hospital y al parecer no tienen ni para pagar una clínica decente, solo te digo que si los vas a ayudar al menos has que valga la pena.

— Hablamos después papá. — dijo Adrik colgando la llamada.

Cuando Adrik colgó Sofía entro a la casa, se veía bastante mal, pero ella era tan terca que no quería aceptar la ayuda de nadie.

— Y bien, llamaste al taxi?. — pregunto Sofía.

— Aún no lo he hecho, antes tengo algo que decirme. — dijo Adrik mirándola sin expresión.

— No me interesa lo que tengas que decirme, ahora solo quiero salir de aquí.

— Cuando Sofía estaba a punto de volver a salir de la cabaña, su esposo le soltó la noticia sin anestesia.— Tu papá está muy grave en el hospital, según me dijo mi papá sufrió un infarto y no tienen ni siquiera para pagar un buen hospital.

El mundo de Sofía se vino abajo con aquella noticia, ella no podía creerlo, si hasta hace unas horas él estaba bien no había razón para que el sufriera un infarto.