La Duquesa Abandonada

Aina piensa en lo que le dijo Nina, el jardín poco a poco ya va mejorando y se pierde en sus pensamientos.

-En la novela la princesa heredera al ser retirada de su cargo, pide la ayuda del duque y él la ayuda incluso la trae aquí, si eso pasa que haré, a no, si esa mujer viene me voy y me llevo a Luciel conmigo, pero primero la arrastro por toda la casa.

-Mi señora, de que habla?

Le decía su doncella que le fue avisar que la cena está lista

-No nada, vamos.

Luciel está más contento, su niñera no lo trata mal al contrario es muy amable y buena, sus maestros nuevos también las lecciones que lleva son sencillas y su magia es poderosa, pero con el maestro no le da miedo, al contrario, se siente confiado.

-Joven amo, es hora de ir a cenar.

-Sí, sabes ya no ceno solo, la duquesa cena conmigo y estarán mis maestros.

-Eso es bueno, vaya yo lo espero.

-No puedes cenar con nosotros.

-No joven amo, usted vaya, yo cenaré después de que estés dormido.

-Está bien.

Camino al comedor se encuentra con Aina, la saluda y ella lo lleva.

-Luciel como te va con tu niñera, es amable.

-Sí, ella es buena.

-Bien, no debes dejar que nadie te ponga una mano encima, nadie puede tocarte, tú eres el joven amo, el próximo Duque.

-Seré como mi padre.

-Así es, Luciel tú sabes la historia de tu familia?

-Si, mis bisabuelos fueron los anteriores emperadores, ellos tenían dos hijos, la emperatriz actual y a mi abuelo, papá de mi papá, el murió, por eso su hermana es la emperatriz.

-Lo dije bien?

-Si, tu tía fue coronada Emperatriz porque tú padre era muy joven, era solo un bebé y tu abuelo no logro ser el Emperador, murió mucho antes, si él estuviera vivo sería el emperador, tu padre sería el príncipe heredero y tú también.

-Papa dice que eso no será posible, ahora somos del ducado.

-Eso es verdad, pero en este momento, el príncipe heredero no tiene hijos, eso quiere decir que después del príncipe sigue tu padre y luego tú en línea de sucesión, por eso eres de la familia real, nadie tiene el derecho de maltratarte, si algo te pasa sería un delito para esa persona, tu papá es un príncipe también.

-Ya entiendo, gracias, no dejaré que nadie me maltrate.

-También debes ser respetado, sé que vas a algunas fiestas solo, ahora iré contigo, tampoco debes dejar que te falten al respeto.

-Se burlan de mí porque no tengo mamá, pero mi mamá está...

-Si mamá ya no está, Luciel sé que no soy tu mamá, aun así al estar casada con tu padre me convierte en tu mamá, puedes decir que tu mamá está con los dioses, pero que tu otra madre está contigo, estaré contigo en esas fiestas y si alguien te molesta lo saco volando.

Luciel reía por lo que dijo, una gran sonrisa se dibuja en su rostro, Aina también le sonríe, van a cenar, al terminar ella lo acompaña a su cuarto donde le lee un cuento, verlo dormir le confirma que no lo va a dejar, puede pedirle ayuda a su padre para poder estar con Luciel, incluso puede pedirle ayuda a la emperatriz.

-Tú no serás una mala persona, tu padre tendrá más hijos con esa mujer, tú y yo podemos ir al sur, al mar, quiero ir al mar, aquí hace frío.

Aina sale del cuarto de Luciel y va al suyo, así ella está decidida a cuidarlo, para los siguientes días, todos están en sus actividades, Aina organiza las salidas de Luciel, por el momento solo serán las fiestas donde ella pueda acompañarlo.

-Duquesa irá conmigo.

-Si, el marqués es socio de tu papá, es cumpleaños de su hija.

-Está bien.

El viaje no es muy largo, para Luciel es muy emocionante ir con Aina ella es muy bonita y le gusta su compañía.

Al llegar todas las miradas son para ambos, es raro que la duquesa salga con el niño, suponen que es porque por fin ha decidido salir, al pequeño lo ven diferente más alegre y mejor vestido.

-Bienvenidos, sus lugares están listos.

-Gracias marquesa, felicidades a su hija le hemos traído un regalo, espero que le guste.

Luciel saluda a la marquesa y a su hija, les entrega el regalo, la niña lo acepta y le da las gracias.

Luciel va con los niños y Aina pasa al jardín donde hay mesas para tomar té y postres, ella ve de lejos a Luciel quien juega con algunos niños.

Aina solo ve los postres y se sirve algunos, pide limonada para tomar y se sienta en una mesa, pronto una joven de su edad se sienta con ella

-Duquesa buen día, me llamo Luciana, mi padre es el conde Cárter.

-Mucho gusto.

-Es una gran sorpresa verla, más acompañando al joven maestro.

-Si, él poco a poco me ha aceptado.

-Eso es bueno, todo aquí es diferente, no es como en la capital, oh! Lo siento no quiero incomodar.

-No se preocupe, eso quedó en el pasado.

Aina se da cuenta de que aquella joven quiere molestarla.

-Debe ser triste que la hayan abandonado, el duque no la ama no es cierto.

-A mí no me abandonaron, si bien el compromiso se canceló, ahora estoy bien, aunque no lo crea ser Emperatriz es una gran responsabilidad, ser duquesa es menos complicado.

-Bueno eso sí, aun así no me gustaría estar con un hombre que no me ama.

-Espero que se case con alguien que la ame, un poco difícil, pero le deseo que así sea.

Aquella joven no lograba hacerla enojar, así que se retira sin siquiera despedirse.

-Ja, pensaba que me enojaría y armaría un escándalo, para mí el príncipe y el duque son irrelevantes.

Eso decía cuando nota que Luciel está rodeado de niños, así que va hacia él, Luciel se veía un poco triste, al acercarse más escucha lo que le dicen.

-Tu no tienes mamá, esa mujer no es tu madre y nunca lo será, cuando tenga hijos te hará a un lado.

-Ella es...

-No es nada, hasta tu madre te dejo, prefiero morir a cuidarte.

-Como te atreves a decirle eso a mi hijo, quien eres?

Los niños se quedaron callados, el niño que hablaba no contestaba

-Quien es la madre de este niño, Luciel ven aqui.

Luciel va a lado de Aina quien está muy enojada, la madre del niño no está, resulta ser sobrino de aquella joven que la molestaba.

-Es mi sobrino, heredero del condado Cárter.

-Creo que no le han enseñado bien, su madre debería poner más atención.

-El tiene una excelente educación.

-No lo parece, dime quién es mi hijo?

-Que?

-Dime quien es mi hijo?

-Él es Luciel Graham, heredero del gran Ducado.

-Efectivamente, pero también es de la familia real, mi esposo es sobrino de la emperatriz, Luciel aparte de ser un Duque es un príncipe, tercero en línea de sucesión, nadie aquí puede faltarle al respeto, lo que dice tu sobrino no es lo que un niño diría, o alguien le dijo que decir o alguien en tu familia lo dice.

La joven no decía nada, al sobrino se puso a llorar por qué Aina lo miraba feo.

-Es solo un niño.

-Un niño cruel, Luciel Graham tiene una madre y soy yo, Aina Graham, duquesa y esposa del gran duque Dunkan Graham, no perdonaré a nadie que le falte al respeto y tú dile a tu madre que espero una disculpa por escrito, o me veré en la necesidad de mandar la queja al palacio.

Aina solo sale con Luciel de la mano, el él se va sin decir nada, pero va feliz, nunca nadie lo había defendido y ella dijo que es su madre.

-Luciel estás bien, tu mamá no murió por tu culpa y menos por qué haya querido, son situaciones que pasan.

-Lo que dijo es verdad? Será mi madre.

-Sí, soy tu madre, vamos a casa.

Luciel tomo todo el valor que tenía para preguntarle lo qué tanto ha querido.

-Entonces puedo decirte mamá? ¿No me dejarás? No te vas a ir?

-Puedes decirme cómo quieras, no me voy a ir, por qué lo dices.

-La otra niñera decía que te ibas a ir, que mi papá no te quiere y tú tampoco lo quieres.

-Hee! Bueno eso es complicado, pero haré un trato contigo, yo estaré a tu lado y seré tu madre.

Luciel la abraza para poder decirle que si, que si acepta el trato y que él se portará bien para que no tenga queja de él.