Adopte Al Villano Como Mascota

-¿Por qué? ¿Por qué me está sacando las cadenas?

Pregunto Kiel mirando sorprendido los dorados ojos de Lucia los cuales parecían tener el mismísimo sol en ellos, “¿Qué porque? Solo porque quiero que seas feliz” pensó Lucia al mirarlo pero no se atrevió a decir esto ya que apenas se estaban conociendo.

-No pienses demasiado, ahora soy tu maestra y no quiero que quien este a mi lado tenga estas cosas oxidadas junto a mí.

Dijo Lucia mientras miraba a Kiel a los ojos, este la miro y no pudo creer que luego de cuatro años al fin podía sentir la brisa en sus muñecas, no se sentía agobiado ni tenía miedo ni rabia al verla a los ojos “Ella aunque se comporte así no es diferente a otros nobles, ellos siempre tienen otras intenciones” pensó Kiel mientras veía a Lucia marcharse por la puerta. Al día siguiente Lucia despertó temprano y Karina preparo su baño para luego vestirse, al terminar Lucia bajo al primer piso y saludo a sus padres los cuales estaban sentados en la mesa junto a su hermano Gilbert, fue entonces que la curiosidad la hizo mirar a todos lados sin ver a Kiel en ninguna parte “¿Dónde está Kiel?” se preguntó mientras comía al conversar con su familia, estos mimaban a Lucia completamente siendo muy amada por toda su familia.

-Señor con su permiso le comunico que el joven conde Víctor Lanson se encuentra en la sala y pide ver a la señorita.

-Hija tu prometido ha venido a verte vamos ve a verlo.

-¿Qué? Pero…

Lucia miro a sus padres los cuales la incitaron a ir a saludar su prometido mientras su hermano mayor solo sonrió y volvió a mirar su plato, el hermano de Lucia no se llevaba bien con el prometido de esta pero ya que su hermana lo quería él lo había aceptado. Lucia se levantó de la mesa y fue a verse con el conde viendo así un hombre de cabello negro y ojos rojos, este se veía atractivo aún más cuando vio a Lucia y la saludo inclinándose para besar su mano “Que pectorales” pensó Lucia al ver como se marcaban los músculos de su prometido por encima de su traje.

-Mi señorita Lucia, eh estado muy preocupado por usted últimamente al haberme enterado de su accidente en los establos, yo como su prometido quería…

-Vamos al jardín mejor, es un poco aburrido conversar de esto parados aquí en medio de la sala ¿no cree?

Dijo Lucia volteando mientras caminaba por la puerta “Ella, ella ¿me ha ignorado?” se preguntó el conde al haber estado acostumbrado siempre a que esta se colgara de su brazo en cuanto lo veía, Lucia desde pequeña siempre había estado completamente enamorada del conde aunque el solo se había convertido en su prometido por la fortuna del ducado.

-Se, señorita como le decía estuve muy preocupado por usted, usted es mi prometida y la señorita más hermosa en el reino por lo que mi desesperación por no saber de su estado me tenía ansioso, yo…

-Joven Víctor deténgase por favor, no es necesario que siga fingiendo preocupación por mí.

Respondió Lucia interrumpiendo a Víctor el cual se quedó paralizado al lado de está mirándola con los ojos abiertos.

-Los dos sabemos que lo que dice no es cierto principalmente porque desde que me vio lo único que ha hecho es hablar nada más que de usted y de como usted se ha sentido respecto a mi accidente, si lo de su preocupación hacia mi fuera genuino usted lo primero que hubiera hecho al verme hubiera sido preguntar por mi estado de salud y por cómo me encontraba.

-No eso no es, yo si quería preguntar por su estado solo pensé que tales usted no quería hablar de ese tema ya que usted siempre ha sido muy reservada.

-No busque más excusas y por favor márchese de mi casa no quiero verlo por el momento.

Dijo Lucia mientras lo miraba manera desinteresada.

-Pero mi señorita usted es mi prometida no puede…

-Váyase ahora, no estoy de humor para hablar con alguien como usted en este momento.

Víctor frunció el ceño y se marchó de la mansión molesto mientras Lucia siguió caminando por el jardín sin saber que alguien había estado observando toda la conversación “Ella, ella rechazo a su prometido” Kiel no podía creer lo que había visto, normalmente las damas de la nobleza no hacían esas cosas y siempre eran educadas y guardaban completamente sus apariencias mostrándose frágiles y débiles ante los hombres pero Lucia era todo lo contrario, parecía ser fuerte y decidía en todo lo que elegía hacer, al paso de las horas Lucia fue a ver a los caballeros del ducado a su campo de entrenamiento y esta se sentó a mirándolos directamente sin morbo alguno disfrutando del espectáculo frente a sus ojos “Son todos guapísimos, pensé que solo los personajes principales tendrían buena apariencia pero incluso los caballeros del ducado son atractivos” pensó Lucia quedándose unos minutos más observándolos “Músculos, muchos músculos” pensó mientras los miraba, luego de un tiempo se levantó y se marchó a la casa “Es hora de ver a Kiel” Lucia camino hacia la habitación de este viendo que el cuarto que se le había dado al final estaba en el segundo piso y no en el tercero como ella creía “Pensé que le darían el cuarto más cercano al mío pero creo que no fue así aunque el cuarto de él queda exactamente debajo de la ventana de mi habitación” pensó Lucia mientras tocaba la puerta del cuarto de Kiel, al entrar vio a Kiel sentado al lado de la ventana y al verla entrar se puso de rodillas de inmediato esperando las palabras de esta.

-Bienvenida mi ama.

-¿Kiel?

-Si ama.

Lucia no podía creer el comportamiento de este por lo que se acercó a él apresuradamente, al quedar de pies frente a él se inclinó y toco suavemente el mentón de este con sus dedos para mirarlo a la cara.

-Llámame señorita, no eres un animal Kiel.

-Pero usted me ha comprado para…

-Sí, te compre como mi mascota pero eso no te convierte en un animal Kiel, el ser mi mascota solo te convierte en quien debe brindarme lealtad, compañía y protección nada más que eso, si te considerara en un animal no te hubiera dado un cuarto como este ni hubiera pagado tanto dinero en ti.

Dijo Lucia mientras miraba hacia la puerta sabiendo que las sirvientas estaban detrás de esta escuchando la conversación de ella con Kiel, fue entonces que Lucia se alejó de Kiel y le ordenó levantarse.

-¿Has comido ya?

-No señorita hoy no.

-Bien entonces mandare a pedir algunas comidas y me acompañaras, desde mañana quiero que te prepares ya que serás entrenado por el capitán de los caballeros del duque diariamente desde las cinco de la mañana para que estés preparado para protegerme, no me hagas arrepentirme del dinero que gaste en ti Kiel o tendré que enviarte de vuelta con la vizcondesa.

Lucia toco la campana que se encontraba en la mesa de la habitación de Kiel y tres sirvientas entraron de inmediato mirando a Kiel de pies frente a Lucia quien ya se había sentado en la pequeña mesa de té de la habitación, al paso de unos minutos llegaron las sirvientas con pasteles y té para que estos compartieran “No me gusta ser tan dura con él pero si lo dejo como esta solo volverá a las calles y seguramente la vizcondesa volvería atraparlo” pensó Lucia mientras lo miraba comer.

-Mañana llamare a un profesor de etiqueta para ti Kiel así que espero no me decepciones y aprendas rápido.

Kiel la miro y no podía creer que esta le estuviera brindando tanto siendo que solo lo había comprado para ser un perro leal ante ella, “La vizcondesa me vendió porque estaba segura que esta dama sería más temible pero…pero ella no parece ser tan mala por el momento” pensó Kiel mientras miro el rostro de Lucia la cual llevaba la taza de té a sus labios y miraba el sol entrar por la ventana, Kiel siguió la mirada de esta y vio el sol poniéndose al final de las montañas y no pudo evitar volver a mirar los ojos de Lucia “Sus ojos se parecen a la puesta de sol… son fascinantes” pensó Kiel mientras la observaba a detalle.

-Es de mala educación observar por tantos minutos a una señorita Kiel, creo que eso deberías corregirlo apropiadamente.