Cristóbal Devereaux, un billonario arrogante. Qué está a punto de casarse.
Imagínatelo. De porte impecable, a sus 35 años, está acostumbrado a tener el control de cualquier situación. Rodeado de lujos en cada aspecto de su vida.
Pero los acontecimientos que está a punto de vivir, lo harán dar un giro de 180 grados en su vida. Volviéndose un hombre más arrogante, solitario de corazón frío. Olvidándose de su vida social, durante varios años.
Pero la vida le tiene preparado varios acontecimientos, donde tendrá que aprender a distinguir el verdadero amor. Y darse la oportunidad de amar libremente.
Acompañame en está nueva obra esperando sea de su agrado.
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Advertencias
Por qué, después de todo, no estaba allí, para una visita casual. Ella se detuvo unos pasos frente a su hijo, y lo examinó con detenimiento.
-- Sigues igual. -- dijo con voz tranquila. --
Cristóbal la observó con frialdad. -- tú has envejecido. --
Leonora dejó escapar una leve sonrisa. -- Los años pasan, querido hijo. --
Cristóbal entre cerro los ojos respondiendo. -- ¿A que debo el honor de tu visita? --
Ella implicó la cabeza. -- Creo que sabes perfectamente por qué estoy aquí. --
Él se recargó en su silla y entrelazó los dedos sobre la mesa. -- Ilumíname. --
Los ojos de leonora se endurecieron. -- Atropellaste a una chica. --
Cristóbal no reaccionó de inmediato. -- ¿Eso que tiene que ver contigo? --
-- Lo suficiente como, para que haya cruzado la ciudad para venir a verte. -- Respondió Leonora con toda frialdad.
-- ¿sabes. En qué estado está? --
Cristóbal no dijo nada. Ella dio un paso adelante. -- Está debatiéndose entre la vida y la muerte, Cristóbal. --
-- Lo sé. -- Su voz baja, pero firme.
leonora apretó los labios. -- ¿Y qué piensas hacer al respecto? --
Cristóbal suspiró, girando levemente la silla, para mirar por la ventana. --
-- Ya me ocupé de todo. Los médicos están haciendo lo posible. --
-- ¿eso es todo? -- preguntó ella, cruzándose de brazos.
-- ¿qué más esperas que haga? --
-- Dime la verdad. -- Insistió leonora. -- ¿fue un accidente? --
-- ¿y insinuas, que lo hice a propósito? --
-- No estoy insinuando nada. Solo quiero saber, si mi hijo es un hombre que atropella a personas y sigue adelante como si nada. --
Cristóbal dejó escapar una risa seca. -- Por supuesto. Por qué eso es lo que piensas de mí. ¿No? --
-- No estoy aquí, para discutir el pasado contigo--
--¿No? -- Cristóbal, la miró fijamente. -- ¿Entonces por qué estás aquí, madre. --
Leonora sostuvo su mirada. -- Porque quiero saber si en algún Rincón de ese corazón de piedra que tienes queda algo de humanidad. --
El silencio se instaló entre ellos. Cristóbal apretó la mandíbula. -- Hice lo que debía hacer. Me aseguré de que tuviera la mejor atención médica posible. --
Leonora lo estudió por un momento antes de decir: -- ¿fuiste a verla? --
Cristóbal desvió la mirada su madre exhaló con incredulidad, mientras que Cristóbal le negó a su madre que la había ido a visitar.
-- Por supuesto que no. ¿para qué lo haría? --
-- Porque ella no podría despertar. Porque es una vida, Cristóba. --
-- ¿Y qué esperas que haga? ¿qué me siente junto a su cama y le tome la mano? --
Leonora lo observó con decepción.
-- No puedes comprar el perdón con dinero, Cristóbal. --
El río, pero no había humor en su voz. --
-- Y tú no puedes venir aquí después de años y pretender darme lecciones de moral. --
-- No se trata de mí, se trata de ti. --
Leonora suspiro, cansada.
-- Sabes cuándo me prohibiste volver a esta casa pensé que al menos cambiarías un poco si yo dejaba de entrometerme en tus asuntos. Pero ya veo que no has cambiado en lo absoluto. --
Cristóbal se levantó de su silla con lentitud. -- Cuidado, con lo que dices. --
-- ¿por qué? ¿vas a volver a echarme? --
Cristóbal se acercó hasta quedar frente a ella. --
-- Si --
Leonora lo observó con tristeza.
-- ¿sabes qué es lo peor de todo? --
-- Ilumíname. --
-- Qué ni siquiera te importa. --
Cristóbal sostuvo su mirada sin parpadear. -- Tienes razón. --
El despacho de Cristóbal se sumergió en un silencio espeso. el aire entre madre e hijo era tenso, cargado de emociones contenidas, resentimientos antiguos y palabras no dichas. Leonora Devereaux, con su porte elegante y su mirada afilada, observó a su hijo como si intentara encontrar algo en él que no había visto en años. Pero Cristóbal no le dio el gusto de mostrar debilidad. Seguía de pie frente imponente, con los brazos cruzados y una expresión fría. --
Sabía que su madre, era astuta y buscaba él alguna debilidad. Y, en el fondo, pensó que era mejor, no mostrás interés por nada ni nadie. Sin embargo, cuando Leonora se giró sobre sus talones y se dirigió hacia la puerta, se detuvo de repente.
-- una última cosa, Cristóbal. --
Cristobal alzó una ceja serio . -- ¿vas a darme otra lección de moral? --
Leonora no respondió de inmediato. se quedó en su lugar, con la espalda recta y las manos aguantadas firmemente unidas delante de ella.
-- Te haré una advertencia. -- dijo finalmente, con una calma, pero inquietante. -- Y te sugiero que la escuches con atención. --
Cristóbal exhaló con impaciencia. -- Adelante. sorpréndeme. --
Leonora se giró lentamente, para encararlo. --
-- Esa chica a la que atropellaste... no es solo una víctima más de tus imprudencias. --
Los ojos de Cristóbal se entre cerraron ligeramente. -- ¿Qué quieres decir con eso? --
-- Que quizás no fue un accidente. --
-- ¿Que estás insinuando que alguien provocó esto? --
-- No fue estoy insinuando nada. -- Respondió Leonora con firmeza.
-- Solo te digo, que si de verdad crees que fue una simple coincidencia, entonces no eres
inteligente como creía. --
Cristóbal sintió que una extraña sensación le recorría la columna. No podía ser posible lo que su madre.
-- Estás viendo fantasmas donde no los hay. -- dijo con frialdad. --
--No estoy viendo fantasmas, como dices. -- Leonora ladeó la cabeza. -- Dime algo, hijo. ¿Sabes realmente quien es la chica? --
Alexander Cristóbal apretó los labios. -- Una simple mujer que cruzo la calle en el momento equivocado. --
Leonora dejo escapar una sonrisa seca. Cristóbal sintió una punzada de irritación. -- Si tienes algo que decir, dilo de una vez. Y no te andes con rodeos. --
Leonora lo miro fijamente. -- Esa chica tiene un pasado. Y puede que su presencia en tu vida, no sea casualidad. --
Cristóbal sintió un leve escalofrío, pero lo ocultó bien.
-- ¿Cómo lo sabes? --
Leonora se caminó unos pasos hacia su hijo. -- No la ignores, y has algo más por ella. --
Cristóbal observo el brillo de advertencia en los ojos de su madre. Sabía que, a pesar de todo. Leonora nunca hablaba en vano. Si ella le decía que tuviera cuidado, era porque había algo real detrás de sus palabras.
-- ¿No crees que sería mejor que hables claro? --
Leonora dio un suspiró cansado. -- Ten cuidado, Cristóbal. No dejes que tu arrogancia te ciegue. --
Y, sin decir nada más, Leonora se giro saliendo del despacho de su hijo. Cuando la puerta se cerro, detrás de ella, Cristóbal se quedó inmóvil, sintiendo que un extraño vacío se instalaba en su pecho. Esa advertencia no iba a salir tan fácilmente de su mente.
Es que acaso nadie conoce de las famosas pruebas de paternidad aún el niño estando en el vientre o de los servicios de investigacion que se pueden contratar para averiguar lo impensable sobre las personas!?!?!?!? Cómo es que no han buscado al ruso que tenía retenida a la Patricia!?!?!?!?
Y que Cristóbal con todo y todo logre superar sus complejos, superar su pasado, a su madre y seguir adelante.
Al principio de todo, ella debería estar en prisión, cumpliendo triple condena.
Y Cristóbal, aunque inocente de lo hecho por su madre, actuó de la misma forma. Sólo se caso para tener el control de si por casualidad Lucía llegará a morir manejar todo como el desarrollo normal de un matrimonio, que al morir la esposa por consiguiente solo quedar él con el papel de viudo en vez de asesinato por atropello.
Qué burla más grande lo que es la gente con dinero.
Si de verdad quieren pagar lo que hicieron la vieja debe comparecer ante la ley y confesar sus acciones.
Y Cristóbal si de verdad se enamoró de Lucía, aceptar la verdad del porqué en realidad de casi con ella, pedir perdón por su comportamiento y si ella le quiere dar la oportunidad de seguir juntos, es una decisión real, sin manipulación de ninguna persona o circunstancias.
Lo que no entiendo cómo en ese cerebro tan brillante es que la idea del matrimonio solucionaba algo de lo que hizo!?
Como le dijo Cristóbal lo hizo todo por su beneficio... Pensando que siendo su nuera y atándolas en su familia no buscarían vengarse de ella al saber la verdad. O que al enamorarse los hijos todo quedaría en el olvido y ella campante ilesa de sus malas acciones....
En verdad que a veces me pregunto, de dónde, las escritoras, sacan esas ideas tan maquiavélicas para escribir estás historias.
Ella es tan culpable como él de todo lo que está pasando. Él, porque a pesar de ser como es, dejo que el pasado lo arropara de nuevo. T Y ella sumida en un círculo vicioso de sufrir y aceptar sin salida, tan despreocupada de su arreglo personal (por más terapias y estar en casa encerrada, no debía andar como una ruina andante) nunca he leído que tomó la iniciativa de intentar un acercamiento más emocional del que pretende, mucho menos con las escasas palabras entre ellos. Sí en verdad hubiese sentido algo que estaba floreciendo, hubiese hecho algo... (una gota de agua siempre en el mismo sitio puede llegar a romper piedras). A qué hombre le atrae una mujer así!?. La mujer siempre sabe cómo enamorar con sutil delicadeza.