¿Que pasaría si un día despiertas en tu novela favorita?¿Y no solo eso sino que despiertas siendo la villana?
ACTUALIZACIONES TODOS LOS DÍAS UN CAPITULO.
NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 4.
Mientras que el duque y el emperador se marchaban, la duquesa decidió hablar.
—Clariza creo que la niña tiene razón, estábamos tan emocionados en unir nuestras familias que nunca les preguntamos cómo se sentían al respecto. Nosotras nos casamos por amor, no podemos obligar a nuestros hijos a hacer lo contrarío.
— Tienes razón . ¿En qué momento creció tanto esta niña que nos hizo dar cuenta de nuestro error con unas simples palabras?.
— No lo sé, pero me alegra saber que ya es toda una mujer.
Los príncipes se habían levantado de la mesa para dar una vuelta por el jardín. Ellos también querian hablar de lo sucedido, asi que en cuánto se alejaron el primero en romper el hielo fue Sebastián.
— ¿Sigues dudando hermano?
— ¿De que me hablas Sebastián?
— Vamos hermano, a mí no me puedes ocultar nada, se muy bien que tú no creías nada de la perdida de memoria de la señorita Elizabeth.
— Es cierto, a ti no te puedo mentir. Y no, ya no tengo dudas ella me olvidó.
— ¿Y porque esa cara? ¿no era lo que querías? ya eres libre.
— ¿De que hablás Sebastián? Que ella no me recuerde, no significa que el compromiso esté roto . Padre no lo permitirá.
— Eso no fue lo que me pareció a mí. Mira Erick, te conozco bien y se que estás confundido, no esperabas que la señorita Elizabeth hiciera lo que hizo. Pero desde que te enteraste que estabas comprometido con ella, lo único que hiciste fue alejarla . Nunca le diste la oportunidad de ser cercanos, y yo creo que es verdad lo que ella dijo, su actitud hacia tí solo fue como la de una niña buscando entablar una amistad, como ella le dijo una relación de hermanos. Nunca ví que te quisiera seducir o insinuaciones de su parte.
Erick estaba mudo lo que decía su hermano tenía lógica. Ella siempre se comportó educa con él, mientras que él siempre la ignoro y desprecio todos sus intentos de acercamiento. Entonces, si esto era lo que el quería ¿Por qué se sentía así?.
Sebastián por su parte veía preocupado la actitud de su hermano. Pues hace mucho que él se había dado cuenta que su hermano sentía algo más por Elizabeth que desprecio, pero su hermano era muy necio para aceptarlo.
Por otro lado, en el estudio del duque se encontraban los dos hombres tomando unos tragos .
— Amigo compadezco al pobre chico que se casé con tu hija. Me sentí regañado como cuando éramos niños.
— Yo sentí exactamente lo mismo. Nunca creí que yo, él duque más temido del imperio Esmeralda, lo dejará mudo su hija de diecisiete años, es obvio que heredo el carácter de su madre.
— Ja,ja,ja. Pero bueno, ya hablando enserio ¿Que vamos hacer con el tema del compromiso?
— Es que no hay nada que hacer, es obvio que mi hija no se quiere casar con tu hijo y por lo visto a él tampoco le agrada mucho la idea, así que, no hay nada que discutir, no podemos obligarlos a casarse, cuando nosotros elegimos a nuestras compañeras por amor.
— Bueno, está bien. Vayamos a darle la noticia juntos a nuestra familias , no retrasamos más el asunto.
Los dos hombres salieron del estudio camino hacia el jardín para encontrarse con sus esposas y hablar sobre la decisión que tomaron.
***
En la habitación de Elizabeth se encontraba Beth preparándole un baño a su señorita mientras está le contaba lo sucedido en el jardín.
— ¿Señorita Elizabeth está segura de querer acabar con el compromiso?
— Si Beth, hoy me di cuenta que solo yo estaba poniendo de mi parte para que esté compromiso funcionará.
Pero bueno, ya no pensemos en eso. Mejor dime ¿Qué es lo que suelo hacer para pasar mis días?
Beth al ver que su señorita no pretendía seguir hablando del tema, decidió hacerle caso y empezó a hablarle sobre lo que ella le había preguntar, le contó que en este momento estaba en periodo de vacaciones y que este año era el último que cursaba.
****
En el jardín los adultos hablaban del tema del compromiso y ya habían dejado en claro que sería cancelado, justo en ese momento llegaron los príncipes y el emperador aprovecho para despedirse de sus amigos.
— Bueno será mejor que nos retiramos ya ocupamos mucho de su tiempo y también tenemos deberes que atender. Stefan nos esteremos viendo mañana en la junta semanal. Lizbeth nos vemos en otro momento, déjale un saludo a mi ahijada de mi parte, estaré al pendiente de su recuperación. Cualquier cosa me avisan.
— Claro Federico yo te estaré avisando cualquier cambio.
Así se fueron despidiendo todos hasta que solo quedaron los duques en la entrada.
En el carruaje, el emperador miraba de reojo a su hijo, él cual parecía querés preguntarle algo pero no sé animaba, hasta que junto el valor y preguntó.
—¿Padre que decidieron con respecto al compromiso?
— Creo que estarás contentó, con el duque acordamos cancelar el compromiso, ya que ni tú, ni la señorita Elizabeth están de acuerdo con el matrimonio. Así que no tienes que preocuparte más.
Luego de esto volvió el silencio al carruaje...
Al llegar al palacio, cada uno se fue a sus respectivos deberes, pero por más que Erick trato de concentrarse no lo logro. Cansado de esta situación, decidió ir a buscar a su hermano que, según le habían dicho, estaba entrenando con los caballeros.
Cuando llegó Sebastián lo miró y sonrío, definitivamente conocía muy bien a su hermano mayor. Le lanzó una espada a sus pies y dijo.
— ¿Veamos cuánto has aprendido hermano?
Por más que Sebastián era casi dos años menor a Erick, tenía mejores habilidades con la espada, ya que siempre se mantenía en entrenamiento y esto hacia que cada vez sea más habilidoso. Por otro lado Erick al ser el príncipe heredero tenía muchas más responsabilidades que lo mantenían fuera de práctica, pero igualmente le daba buena pelea a su hermano menor.
— No me subestimes hermano, la última vez casi te ganó.
— Muy bien dijiste hermano, casi.
Sebastián sonrío burlón y comenzaron la pelea los hermanos estuvieron practicando por más de dos horas, hasta que decidieron parar y tomar un descansó.
— ¿Cómo te sientes?
pregunto Sebastián sentándose en el césped bajo un árbol a lo que Erick imitó
— No sabría decirte hermano.
— Tienes que ir haciéndote a la idea. Era lo que siempre quisiste Erick, ser libre de ese compromiso. Ahora ya lo estás. Disfrútalo... mientras puedas, porque no creo que te dure mucho. Recuerda que tú eres el príncipe heredero y necesitas una emperatriz y si no era la señorita Elizabeth va a ser cualquier otra . En cuanto la corte se entere de la anulación de tu compromiso te van a querer meter a sus hijas hasta por los ojos.
Y justo en ese momento Erick pensó
—(Y no voy a ser el único, Elizabeth es conocida por todo el imperio por su belleza y elegancia . Es más que seguro que en cuanto todos se enteren de que ya no esta más comprometida conmigo le van a llover los pretendientes.)
En ese momento cayó en cuenta de su error, el solo imaginar a Elizabeth siendo cortejada por otros lo puso furioso. Se levantó enojado y caminó hacia su palacio, debía cambiarse y hablar con el emperador. No podía permitir que nadie se le acercará, algo se le tenía que ocurrir.
****
En el Ducado, luego de la partida de los emperadores, los duques decidieron ir a informarle a su hija de su decisión. Se encaminaron hasta la habitación de Elizabeth y una vez allí, llamaron a su puerta y escucharon la confirmación para ingresar. Elizabeth se encontraba leyendo un libro, sentada en el sofá que se encontraba en su habitación, levantó la vista y se encontró con sus padres, dejo el libro a un lado y espero a que hablaran.
— Hola cariño ¿Cómo te sientes?.
– Mejor padre, ¿Los emperadores ya se fueron?
— Si cariño, justo de eso veníamos a hablarte. Ya tomamos una decisión con respecto al compromiso, pero tengo que preguntar ¿estás totalmente segura de la decisión que estás tomando?
— Si padre, yo sé que ustedes piensan que esto se debe a mi falta de recuerdos, pero no es así. Estoy segura de mi decisión, y espero que ustedes cómo mi familia me apoyen.
— Claro qué si mi cielo. Tú cómo nuestra única hija siempre quisimos lo mejor para ti, creímos que este compromiso también era lo que tú querías, pero como ya vimos que no es así, hablamos con los emperadores y bueno el compromiso quedó cancelado.
Elizabeth podía ver la cara de tristeza en sus padres, realmente ellos querían esto , pero si seguía con la trama de la historia pronto encontraría su fin y eso no estaba en los planes de Elizabeth.
Ni bien termino de hablar su madre, Elizabeth, se acercó a ellos y los abrazo.
— Gracias, gracias padres no soben lo feliz que me siento de saber que puedo contar con ustedes, hasta en los temas más delicados.
—Porsupuesto que si mi niña , no hay nada que nosotros no hiciéramos por tí.
—En eso tiene razón tu padre cariño, tu siempre contarás con todo nuestro apoyo.
— Hay algo más que quisiera pedirles padres.
Por el momento me gustaría que no se supiera de la ruptura del compromiso. No me gustaría que los nobles empiecen a envíar propuesta de matrimonio.
El duque Stefan se quedó pensando en las palabras de su hija, y era cierto, no pensó en eso al momento de cancelar el compromiso. Su hija era hermosa y de buena posición, era más que obvio que no le iban a faltar las propuestas de matrimonio, pero eso era algo que se le salía completamente de las manos. Una vez cancelado el compromiso, el príncipe heredero tendría que volver a encontrar una candidata para emperatriz. Y justo en ese momento todos se enteraría de que su hija era libre de comprometerse nuevamente.
— Déjame ver qué se puede hacer cariño. Es algo que debo hablarlo con el emperador, tú no eres la única persona involucrada en este compromiso y no sé qué planes tenga Federico de ahora en adelante, pero ni bien tenga una respuesta, yo te lo comunico linda. Ahora ya no pensemos en eso, disfrutemos el tiempo que nos quede juntos, en tres semanas tienes que volver a la academia para terminar tu último año de estudios.
—¿Amor crees que es correcto enviar a nuestra hija al instituto aún sabiendo que ella no recuerda nada?
Yo creo que podríamos posponer su ingreso hasta que ella recupere la memoria .
—Madre no tienes de que preocuparte, por supuesto que iré, si necesito apoyo se los pediré, pero no quiero retrasar mis estudios.
— Claro cariño, disculpa a tu madre, pero con todo lo que pasó no puedo evitar preocuparme por tí.
– Lo sé madre y se los agradezco.
— Bueno cariño, te dejamos que sigas con tu lectura nosotros tenemos asuntos que atender, te vemos a la hora de la cena.
— Claro padre.
El duque tomó la mano de su esposa indicándole que era momento de que dejarán sola a su hija , ya que el día de hoy se lo habían tomado libre tenía ganas de tomar un momento a solas con la duquesa. Está aunque un poco renuente acepto dejar a su hija sola y lo siguió. Salieron de la habitación y emprendieron rumbo a su alcoba. Una vez que llegaron ahí, el duque abrazo a su esposa por la espalda y le susurro al oído.
— Ya cariño deja de preocuparte por la niña y disfrutemos este tiempo junto que nos queda para nosotros dos .
— Si lo sé, es solo que no puedo evitar preocuparme.—Mientras que ella hablaba el duque iba depositado besos en el cuello de su esposa.—Mmm... ahora entiendo a que se refería mi esposo cuando decía disfruta el tiempo juntos.
La duquesa giro para quedar frente a frente con el duque y así poder besarlo apasionadamente.
Así pasaron toda la tarde los duques entre besos y caricias, puesto que a pesar de los años ellos seguían mantenimiento la llama de la pasión encendida.
****
Elizabeth, por su parte, luego de que sus padres salieran de su habitación continúo con lo que estaba haciendo antes de que ellos llegarán. Estaba anotado todo lo que se acordaba de la novela en un cuaderno de manera cronologíca para poder adelantarse a los eventos , y así poder ayudar las personas que como ella tiene finales trágicos.
– Voy a ayudar a tantos como pueda. No me parece justo que se hayan sacrificado más de seis persona solo por la felicidad de dos.
Pensaba Elizabeth en voz alta mientras ideaba un plan para poder ayudar a todos esos personajes secundarios como ella, que a criterio del autor de la novel, no merecían ser felices y siempre terminaban sacrificándose por la felicidad de los protagonistas.