Primer libro de la saga Lobo.
⚠️ CONTENIDO (+18)⚠️
Ella es una hermosa peliroja vendedora de flores, que trabaja duramente para la mujer que la recogió después de la trágica muerte de su familia, la cual fue cruelmente asesinada.
Él es el futuro líder de la mafia italiana y para poder posicionarse en ese puesto primero su padre le exige matar a un traidor, y luego le exige también una Dama que gobierne a su lado. Un día cualquiera conoce a una vendedora de flores que lo deja cautivado desde el primer instante, se obsesiona con ella y la rapta para que sea su Dama, su Reina, su esposa...
Lo que ambos no saben es que tanto su pasado como su futuro están relativamente unidos.
¿Nacerá el amor o el odio?
¿Podrán perdonar o condenarse?
¿Podrán olvidar y superar?
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La información de Dionisio Martini .
Maximiliano Lobo Lombardi❤️🔥
No le hice a Angélica nada de lo que llevaba pensado hacerle. Tengo unas ganas inmensas de castigarla; verla en pijama me descolocó. Aunque no se le veía mucho, ella tiene algo muy llamativo que me vuelve loco, y su negativa, en vez de desmotivarme, hace que la desee más. El sabor de su boca es como un afrodisíaco. Tuve que hacerme de mi mayor autocontrol para no hacerla mía esa misma noche. Ella, con sus ojos, me dice una cosa; pero con sus labios me dice otra. Sé que le atraigo; de alguna forma u otra lo hago. Sí, soy peligroso, pero a ella no le haría daño nunca.
Esa noche, al llegar a mi mansión, fui a ver a mi padre, quien aun en su agonía seguía pidiendo que me casara antes de que él muriera. Nelly no se le despega: ha estado con él día y noche. Me despido de él prometiéndole que pronto me casaré y me voy a mi despacho, donde me reúno con el sottocapo y con Stiven, que son mis hombres de confianza. El primero me cubre la espalda y es el siguiente al mando después de mí; el segundo es mi hombre de confianza: jefe de mis guardias, amigo y consejero en muchas cosas.
Firmo algunos documentos; me informan de varios cargamentos de droga y otros de armas, porque fabricamos y vendemos de ambos. Philips, que es el sottocapo, es el primero en irse, pues le avisan que su esposa está en labor de parto. Me quedo con Stiven.
—¿Ya tienes la información de Dionisio Martini? —le pregunto, dándole un sorbo a mi copa de whisky.
—No, pero mañana se la tengo.
—Eso espero —contesto tajante—. ¿Qué han dicho los investigadores del cabo suelto?
—Nada; no han encontrado nada.
—Mañana a primera hora quiero a uno de ellos aquí. Servirá para el desayuno de los cocodrilos o de alguno de mis lobos.
—Como ordene.
Subo a mi habitación cerca de las dos de la madrugada, me ducho y me acuesto a dormir.
A la mañana siguiente doy varias indicaciones a mis hombres; luego voy a ver a mi padre, quien amaneció más estable. Le ordeno a Nelly que vaya a ducharse, a comer algo y que descanse un poco. Papá puede quedarse unas horas con las enfermeras y los médicos. Cuando salgo del área médica me dirijo al lugar donde me esperan los cinco investigadores encargados de buscar al cabo suelto que nadie encuentra. El indicado para morir está con los ojos vendados y las manos amarradas.
—¡Buenos días, señores! —espero que hoy alguno de ustedes me tenga información importante.
Nadie responde; todos tienen la cabeza gacha. Lo único que escucho son sus respiraciones agitadas por el miedo.
—¿Acaso ya mis lobos se les comieron las lenguas, o qué pasa que nadie habla?
—No hemos encontrado nada, señor Lobo —contesta el que tiene la cara vendada y las manos atadas a la espalda.
—Qué bueno; eso me alegra mucho, pues ya tengo una parte del desayuno de mis cachorros. —Todos palidecen ante mis palabras.
Le hago señas a Stiven y este entiende de inmediato. Un par de hombres vienen por el hombre, le quitan la venda de los ojos y lo arrastran hasta el lago donde están los cocodrilos. El hombre grita desesperado, pero sus lamentos no me valen. Debe morir por inepto: fue el primero en comenzar esta búsqueda y no ha arrojado resultados. Esto le servirá de escarmiento a los demás. Lo lanzan al lago y los cocodrilos se pelean por su cuerpo.
—¿Alguien más desea ser devorado por los cocodrilos? —pregunto en voz alta—. Si cuando los vuelva a llamar no me traen nada que me sirva, todos ustedes serán comida para mis animales. ¿Me han entendido?
—¡Sí, señor Lobo! —responden los cuatro al mismo tiempo.
—Ahora, largo de mi vista. —Todos palidecen y se van lo más rápido que pueden.
—Ya tengo la información de Martini —me dice Stiven cuando estamos solos.
—Ah —respondo—, yo pensé que también querías ser devorado por los cocodrilos.
—¡Dios no lo permita, señor! —me entrega una carpeta negra.
Abro la carpeta y comienzo a leer toda la información. Me encuentro con que el infeliz ha comenzado hace poco a trabajar con Enzo Florentini, un hombre que se dedica a la trata de blancas. El tipo enamora chicas y luego se las entrega a Enzo. Hace dos días entregó a una chica llamada Fátima, que según esto es su hermana menor y es amiga de Angélica. ¡Maldito hijo de puta!
—Según lo que investigué, el tal Dionisio también le va a entregar a Enzo a la señorita Angélica hoy.
—Sobre mi cadáver. Primero mato a ese infeliz. Prepara todo que nos vamos en busca de mi mujer.
Enzo Florentini es uno de mis peores enemigos. Yo soy un mafioso: productor y expendedor de drogas letales, fabricante y exportador de armas; Enzo es un traficante de personas: compra y vende mujeres, niños y hombres jóvenes para prostituirlos. No dejaré que le coloque un dedo encima a mi futura esposa.
Reúno a mis mejores hombres y salgo en busca de Angélica, la futura dama de la mafia italiana. Mi futura mujer.
Maximilano Lobo.
** Angélica Moretti **
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