COMO OBTENER EL DIVORCIO! (Omegaverse)

Santuario natural Daisy.

El espacio que una vez sirvió como campo de tiro, ahora era un santuario.

"Puedes disfrutar libremente de ese espacio, no entiendo a ese idiota, pero supongo que hizo algo sensato y bueno, ahora eres la jefa"

Desde lo alto del árbol como la vez pasada, Fabián apreciaba la vista junto con su querida Daisy.

Ahora que Daisy estaba a salvo, Fabián quería encontrar un trabajo, pues mantenerse desocupado ya empezaba a fatigarlo.

El orden de las oportunidades para obtener el divorcio tal vez cambiaría, por lo que Fabián no podía quedarse a esperar quieto, tenía la necesidad de hacer algo productivo.

"¿Crees que podré tener el mismo trabajo que antes?, este mundo puede ser más difícil para un omega", platicaba Fabián con Daisy.

"¡Cuac, cuac!"

Fabián era electricista en su mundo original, bastante hábil de hecho.

Siendo un omega en este mundo, no sabía si tendría la oportunidad de encontrar un trabajo en su campo, sin mencionar que no contaba con los estudios correspondientes para el trabajo.

"¿Podría empezar como aprendiz?"

"¿Aprendiz de qué?"

Desde abajo, la fuerte voz de Vadim pudo oírse.

Fabián miró hacia abajo al reconocer la voz.

"¡Vadim!, ¡tienes una mala costumbre de escuchar conversaciones ajenas!"

"Es culpa tuya por hablar en voz alta"

"¡No lo hacía!, ¡son tus oídos los que se parecen a los de un sabueso!"

"¿Entonces por qué estás gritando ahora?, si puedo oírte bien con estos oídos de sabueso"

El árbol era demasiado alto, difícil para una persona poder escuchar desde abajo y viceversa.

Fabián hablaba en voz alta, casi gritando por si Vadim no lo escuchaba, pero el alfa tenía razón, sintiéndose avergonzado, Fabián bajó el tono de su voz.

"¿Qué es lo que quieres?", preguntó.

"Me preguntaba que hacías ahí y terminé por oír algo bastante interesante", dijo el alfa, "¿que tratas de decir con aprendiz?, ¿qué es lo que una persona como tú, con todas las comodidades buscaría afuera?"

'Si escuchó todo', pensó Fabián.

"Ya lo oíste ¿no es así?, ¿por qué preguntas si ya oíste todo?"

Estando en un lugar tan alto, Vadim podía ver muy bien a Fabián, sus expresiones y sutiles movimientos, el joven lo miraba desde arriba junto con el pato que había rescatado.

"¿Cuándo piensas bajar?, tienes que responder mi pregunta", habló Vadim mirando hacia arriba.

"En dos horas", respondió Fabián.

"¿Qué planeas hacer ahí durante dos horas?, baja"

"Me gusta este lugar, y tienes razón, tal vez dos horas no son suficientes, me quedaré por tres horas", señaló Fabián con sus dedos.

La réplica de Vadim no llegó, Fabián observó hacia abajo y pudo ver como el alfa comenzaba a subir al árbol.

"¿Qué estás haciendo?"

"Subir, platicaremos cómodamente ahí", sonrió Vadim subiendo por el árbol.

Parecía un monstruo, un personaje de una película de terror que seguía al protagonista.

"¡No subas Vadim!, ¡vas a romper las ramas!"

"¿Estás preocupado por si me suelto de las ramas?"

"¡Claro que no!"

Sería difícil escapar desde un lugar tan alto, por lo que Fabián no tendría salida si Vadim llegaba a subir hasta su lugar.

"¡Voy a bajar!, ¡así que baja!", gritó Fabián.

Sin embargo, Vadim continúo subiendo rama por rama por la que Fabián pretendía bajar, parecía leer sus intenciones.

"Este idiota"

Tomando algunas hojas, Fabián las arrojó hacia el alfa esperando que este desistiera de subir, más no sirvió de nada.

Cada hoja caía sobre el rostro de Vadim, pero este seguía subiendo sin verse afectado, hasta que algo espeso entre blanco y verdoso cayó sobre el rostro del alfa haciendo que se detuviera.

"..."

"..."

"Pfff, ja ja ja ja ja ja"

La fuerte risa de Fabián se escuchó desde el árbol.

"Ja ja ja ja, eso tiene muchos nutrientes, Vadim, ja ja ja ja"

El excremento de pato estaba sobre todo el rostro de Vadim, y la autora intelectual fue Daisy, quien luego de completar su tarea se fue volando del sitio.

"Ja ja ja ja", Fabián no dejaba de reír.

Por tanto reír, la concentración de Fabián se desvió del alfa que continúo subiendo hasta llegar a su lado.

Sin importarle que estuviera ahí, Fabián sacó un pañuelo de su bolsillo con el que limpió el rostro de Vadim.

"Pfff, ja ja ja ja"

Teniendo cerca el rostro de Vadim, Fabián comenzó a reír con más fuerza.

"Come demasiado ¿no es así?"

"Ja ja ja ja", la risa de Fabián se hizo aún más fuerte por las palabras del alfa.

El atardecer ya podía verse desde lo alto, reflejando con un hermoso color a las dos personas que estaban sobre el árbol.

Días después, Vadim ordenó construir un nuevo espacio en el que Fabián se encargaría de las instalaciones eléctricas.