La Esposa Substituta De Magnata

Emmanuel Lopez

Cuando Joarah volvió a dormirse a mi lado, me levanté de la cama con cuidado de no despertarla. Necesitaba hacer algunos preparativos antes de regresar a México. Salí al balcón de la habitación, donde me envolvió la brisa fresca de la mañana, y saqué el móvil del bolsillo. Tenía que ponerme en contacto con alguien inmediatamente.

Marqué el número de la niñera de mi hijo Antonio, que en realidad era mucho más que eso. Marta había sido una guardia de seguridad de confianza y una amiga leal durante muchos años. Sabía lo que estaba en juego y siempre iba un paso por delante cuando se trataba de proteger a mi hijo. Confiaba mucho en ella por poner en sus manos la seguridad de mi bien más preciado.

Contestó al segundo timbrazo, con la voz tan tranquila como siempre.

- Emmanuel, ¿cómo va todo? - preguntó Marta, que ya sabía que si llamaba era por algo importante.

- Necesito que hagas algo por mí, Marta. - Fui directo al grano. - Quiero que te subas a mi avión y te vayas a Sicilia. Nos quedaremos aquí en París unos días más, pero vendré a Sicilia a recogerte en cuanto salgamos.

Se quedó callada un momento, probablemente analizando la situación como hacía siempre.

- Entendido. Haré los arreglos. Antonio está bien, no te preocupes. Nos encontraremos en Sicilia.

- Gracias, Marta. Confío en que lo mantendrás a salvo.

Me contestó con un simple "siempre", y supe que comprendía la gravedad de la situación. Colgué, sintiéndome un poco más aliviado al saber que Antonio estaría fuera de cualquier peligro inmediato.

Sin embargo, había que hacer otra llamada. Tenía que hablar con Ricardo, mi viejo amigo y la persona que se ocupaba de las finanzas y los negocios. Él sabía los secretos que había que guardar y el cuidado que había que poner para que todo saliera según lo previsto.

Marqué su número y en cuestión de segundos contestó.

- Emmanuel, me alegro de saber de ti. ¿Qué tal la luna de miel? - preguntó, en ese tono ligero que siempre utilizaba para relajarse.

- Todo va bien por aquí, pero necesito un favor. - Mi voz era seria, y él se dio cuenta enseguida.

- Por supuesto, ¿qué necesitas?

- Necesito que empieces a mover algunos recursos. Nos mudaremos en cuanto volvamos y quiero que todo esté listo. Necesito que transfieras una parte importante de los activos a cuentas que no estén directamente vinculadas a mí. Además, necesito que organices la compra de una propiedad en Sicilia, preferiblemente algo aislado.

Guardó silencio un momento, procesando el pedido.

- Esto es algo más que un cambio, ¿no? - preguntó por fin, con tono preocupado.

- Es necesario, Ricardo. Las cosas se están complicando, y necesito asegurarme de que Joarah y Antony están a salvo. Te enviaré las especificaciones de lo que necesito para esta propiedad. En cuanto a las cuentas, sigo confiando en que mantendrás la discreción.

- Entendido. Me encargaré de todo. Quédate tranquilo, Emmanuel. Cuando vuelvas, todo estará en su lugar.

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