El tema será una historia de amor y misterio ambientada en un pequeño pueblo costero
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La Paz Provisional
El sol salió sobre el pueblo, bañando las calles y los hogares con su cálida luz. La batalla contra la Sombra de la Destrucción había dejado cicatrices, tanto físicas como emocionales, pero también había fortalecido los lazos entre los habitantes y los guardianes. Mientras la vida volvía lentamente a la normalidad, Clara y sus aliados trabajaban para reparar los daños y reconstruir lo que había sido destruido.
En los días siguientes, Clara organizó reuniones con los guardianes para discutir los próximos pasos. Aunque la Sombra de la Destrucción había sido derrotada, sabían que nuevas amenazas podían surgir en cualquier momento. Decidieron mantener una vigilancia constante y continuar entrenando a los habitantes del pueblo para que estuvieran preparados para cualquier eventualidad.
Una tarde, mientras Clara estaba en su casa revisando algunos antiguos manuscritos, Felipe entró con una expresión preocupada.
—Clara, necesitamos hablar. Hay algo que hemos estado ignorando, y creo que es importante que lo enfrentemos —dijo, sentándose frente a ella.
Clara dejó los manuscritos a un lado y lo miró con atención.
—¿De qué se trata, Felipe? —preguntó, sintiendo un ligero nudo en el estómago.
—Durante la batalla, noté que algunos de nuestros aliados comenzaron a mostrar signos de debilidad, como si algo estuviera drenando su energía. He hablado con Baltasar y Arturo, y creen que puede haber una fuente de oscuridad residual en algún lugar cercano, algo que no hemos detectado —explicó Felipe, con una voz seria.
Clara asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.
—Si hay una fuente de oscuridad residual, debemos encontrarla y eliminarla. No podemos permitir que afecte a nuestros aliados o a nuestro pueblo —dijo, con determinación.
Juntos, Clara y Felipe convocaron a Baltasar y Arturo para discutir el plan. Decidieron organizar una expedición para buscar la fuente de la oscuridad, llevando consigo a algunos de los guardianes más experimentados.
Al día siguiente, el grupo partió al amanecer, con Clara liderando la expedición. Recorrieron los bosques y montañas cercanas, buscando cualquier señal de la oscuridad residual. A medida que avanzaban, Clara sintió una creciente sensación de inquietud, como si algo los estuviera observando desde las sombras.
Después de varios días de búsqueda, el grupo llegó a un antiguo valle, oculto entre las montañas. En el centro del valle, encontraron una cueva oscura y profunda, de la que emanaba una energía siniestra.
—Aquí es donde se oculta la oscuridad. Podemos sentirlo —dijo Baltasar, cerrando los ojos para concentrarse en la energía.
Clara asintió y, con el cetro en la mano, lideró al grupo hacia la cueva. A medida que se adentraban en la oscuridad, la sensación de maldad se hacía más fuerte, como si la cueva estuviera viva y respirara una energía oscura y opresiva.
Al llegar al fondo de la cueva, encontraron un altar antiguo, cubierto de inscripciones arcanas y rodeado de sombras que parecían moverse por sí solas. En el centro del altar había un cristal oscuro que emanaba una luz tenue y siniestra.
—Este debe ser el origen de la oscuridad residual. Debemos destruirlo —dijo Clara, levantando el cetro y preparándose para canalizar su energía.
Sin embargo, antes de que pudiera actuar, las sombras se arremolinaron y tomaron forma, revelando la figura del líder enemigo que creían haber derrotado.
—¿Pensaban que era tan fácil deshacerse de mí? La oscuridad siempre encuentra una forma de regresar —dijo, con una voz llena de odio y malicia.
Clara y sus aliados se prepararon para la batalla. Sabían que debían actuar rápidamente para destruir el cristal y eliminar la fuente de la oscuridad de una vez por todas.
La batalla fue feroz. Las sombras atacaban desde todas direcciones, tratando de separar al grupo y debilitar su espíritu. Pero Clara, con el cetro en mano, guio a sus aliados con determinación y valentía.
—¡No permitiremos que la oscuridad nos derrote! —gritó, canalizando la energía de sus aliados a través del cetro.
La luz del cetro brilló intensamente, empujando a las sombras hacia atrás y debilitando al líder enemigo. Felipe, Baltasar y Arturo usaron sus habilidades para mantener a raya a las sombras mientras Clara se acercaba al altar.
Con un último esfuerzo, Clara dirigió toda la energía del cetro hacia el cristal oscuro. La luz purificadora envolvió el altar, y el cristal comenzó a resquebrajarse. El líder enemigo lanzó un grito de desesperación mientras la luz lo consumía, desintegrando su forma oscura y maligna.
El cristal se rompió en mil pedazos, liberando una explosión de energía que disipó las sombras y purificó la cueva. Clara y sus aliados se desplomaron, exhaustos pero victoriosos.
—Lo logramos. La oscuridad ha sido derrotada —dijo Clara, respirando con dificultad pero con una sonrisa de alivio.
El grupo regresó al pueblo, donde fueron recibidos como héroes. La noticia de la victoria se difundió rápidamente, y los habitantes celebraron con alegría y gratitud.
Con la fuente de la oscuridad destruida, el pueblo comenzó a sanar y prosperar. Clara y sus aliados continuaron trabajando para mantener la paz y la seguridad, sabiendo que siempre habría desafíos por delante, pero también sabiendo que juntos, podían superar cualquier cosa.