Diana

Yo tenía una vida no normal, pero si común en todos los barrios, vivía con mis padres y mi hermano, mi madre una mujer que siempre estuvo en casa disfrutando de ciertos lujos que mi padre le permitía tener, mi padre era algunos años mayor que mi madre ellos aparentemente se amaban, mi padre tenía muchos negocios ilícitos y mi madre lo sabía, el siempre viajaba y un día como es común algo salió mal y lo mataron, recuerdo que mi madre al recibir la noticia nos llamó a la sala a mi hermano y a mí, nos dijo que nuestro padre había muerto, ella tenía la mirada perdida y se dió la vuelta y entró al cuarto, nosotros llorabamos en la puerta de su cuarto buscábamos consuelo en ella no sabíamos que hacer y ella no nos abrió la puerta, yo tenía 12 años en ese entonces y mi hermano tenía 14, nosotros no asistimos al funeral y tampoco supimos nunca dónde fué enterrado nuestro padre, mi madre nos prohibió hablar de él sin explicación alguna, pero era nuestro padre era imposible, un día yo le dije a mi madre que me diera la dirección para visitar los restos de mi padre y llevarle flores ella sin decirme nada me dió una cachetada, yo sólo lloré hasta que mi hermano llegó a consolarme y me prometió que el investigaria lo ocurrido con nuestro padre, mi hermano ya tenia 15 años y como era hombre mi madre lo dejaba entrar y salir de casa cuándo quisiera, el empezó a buscar respuestas pero mi madre se enteró y llevó a dos hombres a casa, recuerdo los gritos de mi hermano, ellos lo golpeaban fuertemente, y mi madre me sostenía y yo sólo gritaba y lloraba con desesperación, cada golpe que recibía mi hermano yo lo sentía en el alma asi fué que entendimos que no debíamos ni pensar en nuestro padre, todos seguimos nuestras vidas como si el nunca existió, yo seguía en la escuela, mi mamá vivía su vida desenfrenadamente y siempre llegaba a casa ebria y desaliñada y cuándo no llegaba a casa mi hermano salía por ella y la encontraba tirada en algún lugar, mí hermano con el tiempo empezó a tener malas juntas hasta que cayó en las drogas y ya no le importaba buscar a mi mamá, raramente los veía en casa yo seguí estudiando y prácticamente vivía sola. Hasta que un día mi hermano fué a prisión por un robo en casa de un policía, y a mi madre no le importó ir por él, le pagó a un abogado para que estuviera al pendiente pero ella nunca lo fué a visitar, un día tocaron a la puerta y cuándo abrí estaba mi madre tirada, con el rostro deforme de tanto golpe, desnuda, claramente habia sido abusada, yo llamé a la ambulancia y luego de ser atendida por los médicos dijeron que tendría pocas posibilidades de sobrevivir ya que había sido abusada por muchos hombres, los médicos llamaron a la policía y me iban a llevar a una casa hogar ya que las posibilidades de que mi madre sobreviviera eran escasas, una prima de mi madre dijo que se haría cargo de mí y entonces me llevó a casa, ella sólo me dejó allí y se fué, me dijo que era mejor estar sola en mi casa que en una casa hogar llena de desconocidos, mi madre se curó y volvió a casa pero si rostro estaba lleno de cicatrices y duró tiempo en silla de ruedas, yo no trabajaba porque mi padre nos había dejado el futuro bien asegurado, pero tuve que dejar los estudios para dedicarme a mi madre, ella sólo me trataba como una enfermera, ella empezó a caminar poco a poco, pero hasta hoy su pierna cojea, usa bastón. Un día la ví arreglarse y no solicitó mi ayuda como de costumbre, tocaron a la puerta y entró Dorothy, ellas hablaron un momento y mi madre me dijo que tomara mis cosas que yo iba a casa de Dorothy a resolver unos asuntos que mi padre había dejado pendiente, es claro que eso me confundió muchísimo, pero aún así no quise hacer enojar a mi madre y me fuí con Dorothy, en el camino me quedé dormida y al abrir los ojos ya estábamos en la entrada de éste lugar, cuándo entramos Dorothy francamente me dijo que mi padre tenía una gran deuda con ella y que como el ya no estaba mi madre tenía que pagarla, mi madre no quiso darle el dinero así que me ofreció a mí como parte de pago.